Tres días completos estuvieron haciendo vuelos de entrenamiento y ajustando detalles en cada una de las bolas. Tres días de mucha actividad por la Galería máxima donde era continuo el cruce de pequeños grupos que iban hacia una u otra bola, o que volvían de ellas, discutiendo los detalles de las maniobras efectuadas. Los más hábiles pilotos resultaron ser los más jóvenes, pero ninguno se quedó sin pilotear. Entre los hábiles, primeros los Tucus que, con ese oído tísico que tienen y esa manera de ser…hasta eran capaces de manejar la bola desde antes de subir. Y estacionarla mejor ya cuando se retiraban al tranquito hacia la jarra de macachines.
A la noche subieron a “Los Dogones” para festejar con un asado y buen vino el enorme progreso logrado. Eran propietarios de una escuadrilla de naves transdimensionales capaces de atravesar montañas, sumergirse en el mar o viajar a otros mundos, indistintamente, sin mayores esfuerzos ni gasto de energía. Por eso los brindis se sucedieron a nombre de cada una de las cosas que las bolas podían hacer. De lo que ellos podían hacer. De lo que iban… Claro, esa fue la pregunta que hizo Miguel y que dio término al jolgorio. Qué iban a hacer ahora con las bolas? La pretendida independencia la iban a conseguir transformando estos farolitos chinos en efectivas armas de guerra? O iban a huir hacia ese orificio interior cada vez que algún militarote descerebrado viniera a reprimirlos? No había noticia de ninguna guerra que se hubiera ganado huyendo! Primero el Cholo y después Manuel se inclinaron por los métodos pacíficos que no tenían por que ser la repetición del no comer con sal. Era el momento del salto cualitativo, como dijo Cholo como para justificar el abrazo que Manuel le regalaba en aprobación. Salvo que al Cholo salir a hacer piruetas sobre la playa para asombrar a la gente le parecía un recurso de publicidad traicionera si no iba acompañado de una explicación que le diera un sentido de lucha en común con toda la gente. –De acuerdo.- Le respondió Manuel. –Pero dame un poco de tiempo. Primero llamamos la atención sin decir nada. Que la gente comente, que se junte a determinadas horas para ver las bolas que andan otra vez haciendo cosas raras. Que diga que son OVNIS y venga Flavio Cerca de dar explicaciones. Que vengan todos los canales de todo el mundo. Entonces sí. Cuando les digamos que hay cosas en el cielo que están viniendo a raptar gente y a darle órdenes al gobierno para que se baje más los pantalones. ..Entonces nos van a creer
Gruesos golpes de manos interrumpieron el discurso de Manuel. Eran los que daba Mandinga del otro lado del portón de calle, de puro bromista, porque entró sin que le atendieran a mostrar su nuevo atuendo rastafari y a felicitar a Manuel por la estrategia. Las rastas le golpeaban el medio de la espalda cuando sacudía la cabeza diciendo sí, al modo del caballo en forzado trote. Porque poniéndose serio, con lo que se le estiraba un tanto la trompa, decía que sí con la palabra y con la cabeza mientras creía recordar que eso era, o algo parecido lo que Germán Oesterheld le había pedido que tratara de promover. Un levantamiento popular.
-Conozco varios lugares en América en los que se están generando movimientos similares.
_¿Tienen bolas también?
-No, pero están bastante embravecidos y a veces tienen las ideas claras.
Cholo se interesó. Preguntó por la línea ideológica de esos movimientos. Mandinga sonrió.
-A vos te va a parecer raro. Pero ya no quedan materialistas. Es el espíritu de América el que renace, el de la vieja América. Ya verán aparcer a los Tupac y los Quetzacoatl y tantos otros primos mios derrotados por la cruz, la espada y el dólar.
-¿Son movimientos religiosos?
-No…No…Ahora los dioses vamos a andar de pata en el suelo, como todos.
Sonó el celular de Giorgionne con Pepponne al habla. El gobierno ardía. Mujica, a duras penas sostenía la situación pero necesitaba tirarles algo. Por lo menos un juego de planos incompletos de la construcción de una bola ya que no un ejemplar real. Habían tenido que reponer al hombrecito gris en su cargo de investigaciones especiales de carácter estratégico, por ahora en su oficina… ¿Y la reunión, para cuando? Tenían la oportunidad de iniciar un movimiento de masas… La idea de Mujica era no cargar las tintas en lo ideológico sino en un renacimiento espiritual, en un nuevo gran entusiasmo generoso y emotivo y apenas un poquito místico. Necesitaban a alguien que encarnara esa masa emocional. Joven y optimista. Generoso y vital. Gracioso e inteligente, en fin alguien que no existe pero que así sería visto por la mayoría a poco que tenga sólo algunas de esas virtudes y se preste a funcionar dentro de un plan muy bien pensado.
Ahí tapó el celular con la palma de la mano Vittorio porque viendo el gesto torcido del Cholo, supuso el comentario. ¡Marketing!
Te llamo después le dijo.
Manuel sacudía la cabeza. Margarita parecía preocupada. El Rulo no podía ponerse más serio. Julieta miraba a Manuel. Ernesto se debatía en dudas que reflejaba quebrando los nudillos. Giorgionne parecía feliz. El Dengue hacía gestos de “que se vayan a cagar”. Magda metía su mano por debajo de la remera de Manuel y Cholo pensaba, pensaba…
Después Manuel dijo que los detalles los iban a ir viendo sobre la marcha. Que no iban a decir ninguna mentira aunque a veces fuera difícil explicar algunas cosas. Lo del punto por ejemplo. Y que lo primero era lograr un espacio donde no se metan las bolas de los ángeles ni los aviones secretos. A los políticos había que mantenerlos aparte.
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