jueves, marzo 15, 2007

241: ¡DOCUMENTOS!

Seguro. Ellos iban protegidos por la penumbra que ya ganaba espacio entre los montes. Sobre a Gianastasio era mayor la claridad, pero la gente andaba apurada tratando de terminar los ajetreos antes de que llegara la noche. Además que Trum, debajo de su gorra con orejeras, rellena de papeles, parecía un hombrecito bigotudo más que un roedor mutante que escarba por las noches galerías debajo de nuestras camas Marcharon por la carretera a bastante velocidad hasta cruzar el puente del 20 y medio. Después siguieron por el pasto del costado y a la altura de Aerosur, Trum ordenó detener el aparato para poderse bajar. Cruzó el alambrado con esa habilidad que muestran cuando quieren los animales y llegando a un matorral de chilcas que por allí había pidió a Ernesto que lo esperara y se perdió para abajo como tragado por la tierra.
Un rato después, ya con la noche cayéndosele encima Ernesto sintió que vibraba la tierra debajo de sus pies y supo que Trum volvía. Claro, volvía de gran conversación con otro tucu como él. Se asomaron entre las chilcas para pedirle que se acercara. El otro se llamaba Purdrum o algo así y era el principal contacto de los Tucus locales con los Maquis del sótano de la UTE. Ahora Ernesto desconectó el cable de la bujía a la Harley y se introdujo también por la boca de la galería, tras sus amigos que lo iban a presentar a Miguel, un vecino de San José de Carrasco que de día era farmacéutico y de noche terrorista.
Miguel los esperaba en el sótano con otros dos Maquis, una caja de vino y una jarra de jugo de macachines. La conversación fue directamente al grano porque los locales no eran ningunos tontos y estaban enterados de casi todo lo ocurrido con las bolas y los raptos. Se entusiasmaron mucho con la noticia de que pronto iban a tener una flotilla propia con la que podrían recuperar un cachito de independencia. Liberar aunque fuera un pequeño territorio donde por fin se llamara a las cosas por su nombre. Al pan, pan y a la mierda, mierda.
En media hora quedó sellado un pacto provisorio. Asistencia mutua y secreto. Intercambio de información y entrenamiento.
Volvieron entonces a meterse en la galería. Trum adelante, incapaz de desorientarse aunque fueran muchos los ramales que surgían a uno y otro lado, incansable, contento. Al salir la Harley tenía varios admiradores que la alumbraban con linternas. Eran policías. Trum se escondió de nuevo entre las chilcas mientras Ernesto llevaba la mano al bolsillo de atrás y comprobaba que allí estaban los documentos. Al cruzar el alambrado una luz se incrustó entre sus ojos. Documentos, esdeustedestamoto? Notienepatente tiene los papeles? Porque si no…No puede andar por la calle sin patente, don. Si no tiene documentos vamos a tener que llevarlo a la seccional con moto y todo… pero…aparte. Parece conservada con todas las piezas originales…Aunque es viejaza, no… Bueno vaya, don. Pero no la saque más a la ruta sin patente…Por lo menos a la ruta vio?

(Esta es una historia continuada. Sería aconsejable leerla desde el post n. 1)

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