viernes, diciembre 28, 2007

452 TAL COMO HABÍA DICHO MANDINGA

Trataba de serenarse pero las ideas parecían hervir en la cabeza saltando una por encima de la otra. Todo encajaba. No iba a ser la primera vez que algún poder imperial planease hacer limpiezas étnicas sobre territorios problemáticos. Para ellos podría llegar a ser un buen negocio la sustitución o desplazamiento de una población rebelde, por otra más hedonista y conforme con los placeres que se les presentaran como posibles. ¿Qué paradoja! Que las huestes celestiales terminaran dándole la razón al Diablo con tal de neutralizar la ola de amor a la libertad que se estaba derramando sobre el mundo Y que confesión del fracaso más absoluto, para ese
Dios que solo encuentra adoración de parte de aquellos que tienen la mente esclavizada por la incapacidad de rebelión!

Recordó la narración de Abelardo 110 Escenas de la Vida Real y le dio mucha risa. No sólo el tipo se había tenido que terminar casando con un par de pájaros, sino que ahora sus seguidores terminarían siendo todos robots, ja ja. Sin duda poco respeto se tenía el propio Señor de las Alturas como para contentarse con tan poco.

En eso Ernesto se abismó en la desolación de enterarse de que seres supuestamente superiores terminaran siendo tan estúpidos como cualquier pobre humano que no haya podido asomarse más allá del propio ego. Asi que... las dimensiones adicionales y los novecientos años de vida no le agregaban nada al grosor del espíritu! Empatábamos con los dioses. Mano a mano. Y ellos lo sabían...

Ahora parecía ponerse todo más claro. Éramos semejantes, por eso a los dioses siempre les había importado tanto nuestra opinión! Claro por eso era que hacían portentos incomprensibles para mentes primitivas! Para tenernos asustados y no fuéramos ni a pensar en semejantes pecaminosas ideas. Mandinga había dicho la verdad en toda la línea! Claro que los diablos y los dioses eran de una esencia, los hombres también! Todo ser puede ser un diablo o un dios o un hombre o un marciano. Cada espíritu, El Espíritu.

miércoles, diciembre 26, 2007

451 LOS MESTIZOS


Nerviosamente buscó más información en Internet sobre los Donjuanes. Así lo escribió en el buscador obteniendo:


Jude Law es irresistible por naturaleza y además el infiel más famoso del 2005, al confesar su engaño a Sienna Miller con una niñera.
Sin embargo, su rol de donjuán por excelencia lo tuvo en la cinta Alfie, donde justamente conoció a su novia engañada...


Aparentemente una estrella de cine... pero que... ¡también presentaba los rasgos característicos de Douglas Domenech! Aunque no su color de piel, que no importaba, porque...¿Serían ellos el resultado de un mestizaje?
Todavía le faltaba convicción. Tecleo ahora la expresión "filosofía donjuanesca" pero esta vez no encontró nada interesante a no ser la información de que "El termino Don Juanismo proviene o surge de una comedia de TIRSO DE MOLINA, escritor del siglo XVII. Este personaje (Don Juan) es un hombre que se dedica a engañar, seducir, violar, asesinar y mentir a toda mujer de la nobleza que se pone en su camino con el único fin de mantener relaciones sexuales con ellas.",cosa que ya conocía. En cambio la parte esa de "asesinar" le llamaba la atención. ¿No sería que por casualidad se tratara nomás de una epidemia de Don Juanes a la vieja usanza?...No, los rasgos fisonómicos no se podrían repetir de esa manera! Entonces... Tal vez fueran nomás mestizos con parte de los genes de Dow y parte de los de muchachitas seducidas por todos lados...
La idea de que nos estaban queriendo vencer introduciendo genes sintéticos en nuestra población estalló en el cerebro de Ernesto. Genes sintéticos... Sería eso posible? y si lo era qué utilidad podrían tener sin ser otra que hacernos más proclives a obedecer a la autoridad? (como si fuéramos poco) O algo por el estilo que estuviera programado de alguna forma en los genes. ¡Puta madre! ¡Qué arma más sofisticada!

sábado, diciembre 22, 2007

450 LOS DONJUANES

,Saltó del taburete donde estaba sentado y salió corriendo a los gritos olvidando que Manuel y el Cholo estaban ausentes. La galería se veía enorme y vacía a lo largo de veinte metros que distaban las primeras bolas estacionadas. No se sentían ruidos ni conversaciones... Todos habían salido...

Sospechaba que Margarita estuviera en el dormitorio de Manuel con su compañero Giorgionne cada día más derretido y ahora empeñado en escribir la historia del movimiento hippie del Uruguay que ella le iba recordando, pero no quería molestar.

-¡Los celulares!

Entonces volvió sobre sus pasos, recogió el taburete y se sentó frente al monitor. Llamada triangulada con el Cholo y el teléfono de Magda para decirles lo que tal vez ya supieran sobre el avance de los grises clones sobre las praderas sudamericanas. "En este momento no te puedo contestar, podés dejarme un mensaje después del tono." Dijo la voz de Magda gravada sobre el chip de cianuro de potasio amalgamado. El teléfono de Cholo en cambio mantenía la voz originaria que tampoco daba otra opción que la del correo de voz. Volvió a las noticias.

Ahora el informe se centraba en Buenos Aires atendiendo a otro fenómeno nuevo. La proliferación de unos sujetos  que se dedicaban a seducir mujeres jóvenes y  pregonar una filosofía despreocupada, tendiente al goce de la vida tal cual se presentara, sin mediar esfuerzo alguno, ni responsabilidad, ni nada. Las dos cosas a la vez, pregonaban. A los periodistas les había parecido al menos preocupante, sin entrar a discutir el derecho innegable que cada cual tiene de pensar y decir lo que le pareciere. Les llamaban "Los Donjuanes" y constituían otro tipo humano de la abigarrada fauna de la otrora capital argentina. Altos en general y dotados de una verba más que  rica en palabras extrañas y extranjerías, acostumbraban merodear en los parques públicos, las plazas y las paradas de colectivo en busca de carne fresca y oídos abiertos. No parecían violentos pero sí obsesos sexuales.  Los mostraban ahora en plena faena por el Parque Rivadavía donde recostaban sus ocasionales parejas contra las casillas de los vendedores de libros para mejor quitarles la ropa mientras les daban besos apasionados.

A Ernesto el corazón le dio un vuelco dentro del pecho. Aquellas facciones... le traían premoniciones siniestras... Porque eran todos parecidos entre sí y tenían algo en la manera de curvárseles la cejas o de hacer ese gesto ambiguo con la comisura de los labios... ¡Se parecían a Douglas Demenech!

viernes, diciembre 21, 2007

449 LOS CLONES MÓVILES

Miraba tranquilo el último capítulo de Las Bolas de Manuel  en el monitor. Siempre le divertía buscar las tantas y sutiles diferencias que se podían descubrir entre la versión casi novelada que se emitía por la cadena y lo que a él le constaba que hubiese sucedido en todo aquello que hubiera presenciado. Acababan, por ejemplo, de mostrar una casita parecida a la de Manuel donde los actores entraron

abrazados mientras por la chimenea salía humo como si alguien les esperara con la estufa prendida en pleno verano. No obstante se había emocionado y sabiéndose sólo frente al aparato dejó nomás que una furtiva lágrima se deslizara por su mejilla derecha sin aplastarla con el dorso de un puño autoritario. Sentía la garganta anudada de feliz congoja por la felicidad de su pareja de amigos volviendo a su modesta vivienda. Cosas que se le ocurrían cuando se emocionaba y llenaba todas sus percepciones de chaparrones de adjetivos bonitos. Tanto que llegado un momento hasta el mismo se empalagaba y se ponía a pensar en otra cosa, o en la misma,  pero vista desde otro punto. Hemisferio.

Ahora empezaba a hacer cuentas estimativas de los tiempos que habrían necesitado -los de la producción- en cada etapa -las mínimas imprescindibles- para emitir esas escenas que no podían haber sido ensayadas más que un minuto antes de salir al aire. Vino un flash informativo de esos que a él ni mucho le interesaban porque nunca se sabía si pertenecía a la realidad cotidiana o a la trama interna, semi literaria de Las Bolas de Manuel. Ese juego que hacían los autores de la tira para volver más dramáticas algunas partes de la narración, como ahora que estaban  poniendo imágenes de archivo con el desembarco de las tropas de clones en Puerto San Julián de la patagonia argentina.

Aunque... Algo tenían de diferente estas imágenes con las que retenía en su memoria... Ahora saltaban medio continente para mostrar las calles de Asunción del Paraguay con sus transeúntes comentando el comienzo del movimiento de los clones en la zona del Chaco. La siguiente toma con teleobjetivo mostró un grupo de clones inexpresivos que montaban sobre sus espaldas bultos de supuestas armas y comenzaban a caminar. Todos iguales de grises y fuertes sujetos bien alimentados que sabían obedecer sin preguntarse por la coherencia entre los fines y los medios...

¡Estaban avanzando!

jueves, diciembre 20, 2007

448 DURANTE LA CALMA

En Algorta era Pascual Ruiz, zapatero de oficio y un poco tirado a poeta, quién comentaba entre clavo y clavo con el trespíés apoyado sobre su viejo delantal de badana:

-Tuve miedo de que el Manuelito nos fallara. De verdad tuve miedo... Como hacían todos los políticos, hasta los más arrimados al pueblo, prometiendo mantener siempre el contacto con la gente y el oído abierto...

Sicario Pereira, el cliente que esperaba el término de la media suela, apenas levantó los párpados del golpeteo del martillo sobre los clavitos al rostro expresivo del zapatero. su amigo de siempre, de mucho antes de que triunfara el anarquismo y ahora todos se mostraran amistosos y respetuosos para la gente distinta.

-Por supuesto, Don Pascual, que no se iba meter en una guerra personal. El no es más que un símbolo de todos nosotros.

Pascual se rió:

-Ja, símbolo y todo... adonde vaya él, vamos todos.

Sicario también se rió.

En Cerro de las Cuentas un niño miraba el cielo a la espera de ver pasar alguna bola de las que hacían el intercambio entre las comunas. Cuando fuera grande iba a ser piloto, se lo imaginaba viéndose al mando de la mente de una preciosa bola plateada que surcaba los cielos y bajaba a sobrevolar las ciudades, que nunca él había visto más que en el viejo televisor blanco y negro de la tía. En cuanto a esa guerra de que hablaban...no sabía qué pensar...

En Bella Unión, hermoso pueblo, Joselo, más que opinar deliraba entusiasmo bélico, rodeado de los amigos, en la charla de la vereda. Creía suficiente la información que les había llegado para ponerse a terminar las bolas que estuviesen empezadas, armarlas con los nuevos sistemas y.. pasar a dominar el universo con una pequeña flotilla invulnerable ante todas las armas conocidas. Un Caballo de Troya colado en la trastienda del poder universal!

Marcelo le quería calmar. Qué apuro había. Si no les podían hacer daño... se podían quedar tranquilos.

-A las bolas no les pueden hacer daño... pero a nosotros sí.

Manuel había vuelto con la Magda a su casita. Especie de licencia acordada al término de todas las transmisiones y que ya parecía haber sumido a todo el sud continente en una siesta pueblerina de esas donde sólo se siente algún disimulado coc coc de alguna gallina picoteando por costumbre.

Margarita había quedado en el dormitorio de Manuel, en la caverna, con Vittorio.

Ernesto frente al monitor...

martes, diciembre 18, 2007

447 EL NO QUIERE LA GUERRA

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Por lo tanto vinieron días tranquilos. Después de enviar montañas de información contenidas en la memoria de la computadora. Después de cambiar ideas acerca de qué cosas eran las que no se podían omitir para que la decisión de los compañeros se pudiese tomar con conocimiento de causa. Después de que el tremendo trajín que significó hacerlo hubo terminado, entonces, sobrevinieron los días tranquilos. La calma necesaria para que todos se fueran enterando no sólo de la compleja anatomía del universo y sus pobladores, sino de todos los antecedentes que sobre cada protagonista se tenía. Tres días duros que pasaron fueron  seguidos ya de otros tres de calma que van corriendo sin que los Maqui's siquiera se enteraran del enorme interés que en toda América, vamos, en todo el mundo, habíase generado en torno a ese piélago de información que  se derramaba como una ola sobre toda capacidad de absorción informativa.

Mucha gente recibía aquello como única continuación a sus recuerdos de la creación en siete días y no tenía más remedio que declararse confundida. Otros conocían los marcianos de Orson Welles y muchos habían leído El Eternauta, pero igual distaban bastante de poderse imaginar lo que se les decía, no como una obra literaria, sino como la descripción apenas amena de la anatomía y fisiología de la realidad. Anatemizaban las notas y comentarios de Abelardo cuando se empeñaba en enseñar física en trece dimensiones o divagar sobre la naturaleza última del espíritu. Pero revivían en las narraciones sobre la accidentada vida de Manuel. Aunque cueste creer esa misma gente que  seguía desde hacía unos meses, la vida de Manuel a través del televisor, tuviera tanto interés en apuntar en su memoria algunos detalles más!

Doña Flor se lo decía a su vecina charlando bajo la higuera de aquel patio de Estación Chamberlain.

-Como te digo, Clara, yo misma no sé que tiene Manuel que me hace tenerle confianza. No quiero decir que por eso no vaya a opinar distinto que él en cualquier momento, pero... Yo sé que es sincero.

Clara asentía con la cabeza sin dejar de sonreír cándidamente.

-Él no quiere la guerra...

-Por qué decís eso?

-Lo leí en el reporte de Magda sobre algunas características de Manuel... No lo dice así, terminantemente pero... Dice que Manuel siempre que puede evita todo tipo de violencia...

-Esto es distinto, Clara.

-Yo no veo la necesidad de la guerra. Ahí dice que actualmente las bolas de nosotros son invulnerables ante las armas que ellos tienen.

-Aparentemente, dice, y no las bolas que están en uso, sino las que equipemos con las nuevas tecnologías traídas por el abuelo Abelardo.

-Es cierto... ¿Te has fijado en lo entero que se ve el viejo?

-Sí, pero nada que ver frente a Mandinga.

sábado, diciembre 15, 2007

446 NO HAY GUERRA BUENA


Nerviosamente miró a su abuelo, al Cholo, a Mandinga otra vez… Observó al Dengue, cómo se recostaba en uno de los saledizos de la nave y fingía estar mirando por uno de los ojos de buey las redondas nubes del verano, tal cual que si estuviese tirado a la sombra de un árbol frondoso y mascando un tallo de hierba mirase las vacas que pastaban sin otra cosa que hacer. Como Dengue se podía imaginar a millones de muchachos que sobre el planeta esperan turno para comenzar a vivir… Observó la catadura del chumbo, con su mandíbula apretada y los ojos vidriosos, en plena lucha, continuando su lucha de uno contra todos, despareja, injusta, desesperanzada pero sin claudicaciones… Se detuvo en la flaca, su entrañable flaca, siempre al pié del cañón, adaptándose a la extraña vida que le había tocado por culpa suya, sensible pero contenida, inteligente pero postergada. Ernesto… Ese extraño niño grande que no ha dudado en perder toda su fortuna para brindársela a la humanidad… Margarita, su madre hippy… Abelardo, su loco, loco abuelo, más genio que Einstein y más idealista que un adolescente solitario…


Llegaban al término de las escaramuzas. Para adelante estaba la guerra. La verdadera guerra, aquella de la que ningún combatiente sale del todo indemne… ¿Tenía acaso él, algún derecho a mandarlos a al combate?


Se decidió a hablar.


-No hay guerra buena. Tampoco es bueno vivir de rodillas. Propongo que mandemos toda la información que tenemos a las comunas de América y dejemos que ellos resuelvan.


Cholo advirtió que toda América y gran parte del resto del mundo ya estaban informados por Las Bolas de Manuel, sus repetidoras y comentaristas.


Ernesto objetó que había mucho más información que la que nunca se hubiese publicado.


Abelardo, que no tenía sentido decidir sobre lo inevitable.


Margarita prefería que se hiciese el amor y no la guerra.


El Cholo filosofó sobre la vida. No lo era, según él, aquella que no se basara en la dignidad.


Chumbo no quería aflojar ahora que ya los tenían dominados.


Mandinga tampoco.


Magda y el Dengue dijeron que fuera para lo que fuera irían a dónde Manuel.


Manuel se sentó en el punto de comando de la nave. Respiró hondo y dejó que todas las vibraciones concéntricas bañaran su mente y su cuerpo, las concentró como en una bola de luz enceguesedora y la lanzó vertiginosa en todas las direcciones que les rodeaban.


Todos sintieron el nudo que se les desataba en las entrañas. El camino a la caverna estaba nuevamente despejado.

sábado, diciembre 08, 2007

445 EL IMPOSIBLE EQUILIBRIO

Margarita Imploró una explicación. Dijo haber entendido que iban a destruir esas naves que les tenían rodeados y bajo fuego. Pero también que su hijo quería matar a Dios para que viniese a reinar uno mejor. Y además que deberían destruir todo el bando enemigo para quedar sólo ellos y dividirse entonces en dos nuevos bandos enemigos…
A todo Manuel asintió bajando la cabeza cada vez un poco más aunque con lo último no estuvo del todo de acuerdo. No era eso de dividirse en dos bandos enemigos lo que había querido decir con exactitud, sino que no iban a ser ellos tan perfectos, ni sus ideas, como para que todo el mundo les aceptase para siempre. Ni siquiera ellos mismos. Recordaba lo que había pensado cuando siendo un niño le dijeron que existía un Dios y muchos diablos que invitaban a la gente a revelarse para así comérselos después asados en las llamas del infierno. Porque Dios podía hacer cualquier cosa y El Diablo era un envidioso de ese poder. Le había parecido todo muy injusto, pero puesto a elegir, le resultaba más divertido el papel del Diablo antes que el de ese señor barbudo sentado arriba de las nubes y lanzando rayos sobre los que abajo no se arrodillaran. Ya de chico había odiado a los déspotas y a todos los cagones que se transforman en sus alcahuetes. Después… cuando más grande fue comprendiendo que inevitablemente todos no pueden tener el mismo coraje, ni la misma inteligencia, ni la misma fuerza o habilidad. Y pensaba… que si hubiese un mundo donde lo más importante fuera la fuerza, sería un lugar horrible lleno de matones imbéciles. Pero si lo que se valorara más fuera la inteligencia, tal vez sería un mundo muy progresista pero dominado por unos sabihondos insensibles. Que si predominara el sentimiento amoroso, talvez se reprodujeran demasiado y además que nadie quisiera trabajar. Y así con todo… Que todas las cosas eran necesarias siempre que se combinaran con las otras como en una buena receta.
-Ahora… Me encuentro con esta novedad de que el equilibrio no es posible, que todo el mundo está cambiando, no sólo nosotros. Que ahora puede dejar de ser importante la pelea entre Dios y el Diablo, porque tal vez cuando se muriera del viejo ya nadie ocupara su trono y el reino de Dios desapareciera. Claro que eso no es posible sin la intervención de nosotros, que en este momento estamos logrando una supremacía militar claramente capaz de aniquilar las huestes angelicales…
Se interrumpió a sí mismo.
-¿Decime Mandinga, Cuantas naves pueden tener los ángeles, en total?
Mandinga revoleó los ojos.
-Y… Ellos dominan toda la Vía Láctea más algunas colonias en Magallanes… Ponele… Unas… Doscientas mil de las súper pelotudas, esas que llevan miles de Arcángeles con su nave grande que contienen a su vez miles de bolas individuales.
-Ah.

(Esta es una historia continuada. Sería aconsejable leerla desde el post n. 1)

jueves, diciembre 06, 2007

444 EL PRÓXIMO DIOS

La bola plateada de Abelardo se volvió a sacudir con impertinencia tal que pudo ese sólo hecho sacar a todos de la línea de pensamiento que había predominado en la última hora.
-Están poniéndose pesados –rezongó el Cholo buscando apoyo con la mirada para el inicio de acciones tendientes a definir la situación. En su mente por momentos se pintaba con increíble profundidad y brillo cromático, una dantesca batalla dónde era el mismo espacio tiempo el que a modo de arcos tensos que se enderezan, hacía vibrar el universo todo obligado a la expansión continua. Mientras por otro lado la voz de la razón le aconsejaba que se metieran dentro del punto y esperaran allí a que los ángeles se aburrieran o a que ellos descubrieran la manera de reaparecer a años luz de distancia.
La voz de Abelardo sonó densa como una colada de plomo fundido.
-Yo voto por aniquilarlos.
Era la voz de un aciano cansado de buscarle el lado bueno a las cosas que se empecinan en entorpecer toda solución imaginada. Un anciano desengañado de toda posibilidad para un bando enemigo incapaz de convivir con otro en una especie de entente. Un bando cuya máxima era: “Todo aquel que no se arrodille frente a mi será mi enemigo y lo destruiré.”
Manuel leyó esos pensamientos de su abuelo, retrocedió mentalmente unos pasos y suspiró sabiendo que Abelardo podría estar equivocado, como cualquiera, hasta un genio se puede equivocar, pero que si había llegado a esa conclusión no habría sido, seguramente, sin analizar una y mil veces cada posibilidad… quedaba un punto de duda… Miró a Mandinga para interrogarle:
-¿Desde cuando existen estas guerras?
-Desde que se tenga memoria… Cada generación de dioses y demonios apenas va agregando nuevos capítulos a la historia.
-Entonces ellos no pueden con nosotros… No nos pueden destruir… Si ellos son el bien, nosotros seremos el mal. Si nos destruyeran deberían ellos dividirse en dos bandos para poder existir…
Cholo se extrañó.
-¿De dónde sacaste eso?
Manuel sonrió algo ruborizado.
-No sé. Se me ocurrió de repente que no se puede vivir sin un contrario que sea lo que nosotros no queremos ser. Que podemos aniquilar a esas naves pero no al viejo Dios o a otro nuevo que se siente en su trono…
-Pero dijiste que un bando si aniquilaba al otro se tendría que dividir engendrando en su seno el mismo tipo de polaridad anterior…?
-Claro. Y esa podría ser la única manera de progresar… -se quedó pensativo unos minutos sin que nadie hablara.
-…el próximo Dios será un poco menos hijo de puta!
(Esta es una historia continuada. Sería aconsejable leerla desde el post n. 1)

miércoles, diciembre 05, 2007

443 DONDE GIRAN LOS AXIOMAS

Continuaba Abelardo:

Pónganse en mi lugar. Un niño de diez años de un pueblo perdido entre las cuchillas, sin más literatura que las revistas de historietas ni más conocimientos científicos que las puteadas que daba su padre vasco mientras herraba los caballos que no se querían quedar quietos. Un niño que había aprendido que fantasear era pecado y que ir a buscar la vaca en vez de jugar era su deber. Ese niño había hecho un descubrimiento! …a nadie, por supuiesto–Abelardo sin querer bajó la voz- le había hablado de mis dibujos mentales, más que a Bosco, quien intentó lo mismo con más miedo que valor y renunció justo cuando llegaba a buenos resultados. Con un año de práctica ya podía hacer frente a mis ojos cualquier diseño complicado y por momentos incluso dotarlo de profundidad siempre que renunciara al movimiento. En otros seis meses no había cosa que no pudiera reproducir y desarrollar. Fue entonces que se me ocurrió la estúpida idea de entrar un paso más dentro de ese espacio insólito en que movía mis naves interplanetarias. Digo estúpida idea porque yo no era más que un niño ignorante, lleno de vanidad por haber podido dominar ese espacio visual. Entré, no un paso sino muchos y supe enseguida que me las estaba viendo con algo que mucho más tarde llamé el entramado cordial de la estructura cósmica. Algo indescriptible, por supuesto, pero parecido a sentirse flotando en algún lugar indeterminado del corazón de una súper computadora. Me movía por especie de corredores a los que no les veía límites sino tendencias. Que me hacían avanzar girando como un axioma sobre su eje… Bueno… poco a poco me fui haciendo la idea de que si alteraba algo dentro de esos corredores, era posible alterar otras cosas tal vez a mucha distancia. No sólo terremotos y tornados, sino también acelerar un parto o lograr que una determinada bolilla salga del bolillero como primer premio. Yo había empezado a comprender algunas cosas de la biología y a leer de cuando en cuando algún horóscopo… Se me ocurrió que podría hacerse un horóscopo biológico y que además… desde los corredores se podría alterar las influencias negativas sobre una determinada persona. ¡Fueron tres investigaciones apasionantes! Genética, Astrología y el Otro Espacio. Empecé a traer la vaca más temprano y pasar primero por la biblioteca de la escuela y después por la del Liceo, mintiendo necesidades del estudio normal. De

Astrología no había nada, así que decidí fabricar una en base a biografías de gente famosa y las fechas de sus percances conocidos. Al principio todo parecía claro y en menos de un año tenía un sistema astrológico formado por once meses que se dividían en once ternas. Y un conjunto de variables que se operaban con un sistema de numeración basado en el once. Dentro de los corredores ya era capaz de sentir empáticamente los comandos que iban transitando rumbo a sus destinos. Y en biología me copé con el asunto de la doble espiral genética y su sistema de codificación.

(Esta es una historia continuada. Sería aconsejable leerla desde el post n. 1)

martes, diciembre 04, 2007

442 ASTROESTADÍSTICA

Y continuó Mandinga:
-Voy a aprovechar que está Abelardo presente, testigo de varias cosas de las que tendré que contar y en otras… por lo menos va a poder controlar que no me salga de la lógica… Allá por 1950 había decidido salirme de la aldea de mi hogar para dar los primeros pasos sin guía por lo que se suponía que serían mis dominios en el caso de que la nueva guerra que se preparaba terminara en victoria. Mis padres me dejaron ir concientes de que ya había pasado por todas las pruebas de idoneidad y coraje que se acostumbran en nuestra tribu y de que a mis quinientos y pocos años de edad debería ser capaz de conducirme como un verdadero Mandinga, sin necesidad de rezongos ni de consejos reiterados. Me había trazado el plan de preparar a nuestra clientela de negros, mulatos, indios y mestizos de toda clase que habitaban por supuesto la vieja Africa, pero también y especialmente esta América tan descuartizada y alienada por efecto del más devastador lavado de cerebro masivo que se haya realizado sobre el planeta Tierra. Mi madre fue una divinidad de segunda en la religión Maya y mi padre el primogénito del primogénito del primo del primer Mandinga que bajó a conversar con los entonces ignorantes Dogones de Malí. Mi sangre, por las dos vertientes es semi-divina, o cómo ustedes quieran llamarle, sin dejar de convenir conmigo que podría ser tomada como una correcta tarjeta de presentación. Yo también soy un mestizo. Y tengo mucho para darles, sin condiciones ni generando deudas impagables. Bueno… Les decía que vine a preparar a mi gente para el advenimiento de los nuevos tiempos. Sí, ya se que les parecerá historia conocida y pregonada por mil y un loco de esos que andan cacareando por las plazas públicas… También probé con ese método. Pero… bueno, esa era mi intención y se me ocurrió que lo mejor era detectar aquí y allá sujetos jóvenes, de notable inteligencia y coraje intelectual como para desafiar la costra ideológica que cinco siglos de coloniaje y prostitución habían dejado sobre los cerebros americanos. En Uruguay conseguí cinco adeptos, todos ellos muy rebeldes e iconoclastas. El sexto era ese Bosco al que no pude doblegar en su infantil manía de encontrarle un porqué a cada cosa –todos rieron- pero que sin considerarse alumno ni iniciado, por la sola fuerza de su poderosa curiosidad terminó consintiendo en colaborar en algunos aspectos de mi plan….-Mandinga hizo una larga pausa.
-Y Manuel! Manuel existía antes de que yo tuviera noticia alguna de sus peculiares características…pero nació mucho después, para ustedes, cuando ya esta historia venía corriendo y desarrollándose. Abelardo entre otras cosas estudió astrología, pero no esa bobada que sale en diarios y revistas sino una variante de su invención que llamaba Astroestadística y que le quitó el sueño muchísimas noches de luna de esas que las parejas van a bañarse desnudas al mar. Al cabo de cinco años concluyo que todo no pasaba de ser un devaneo para mentes mal alimentadas y dormidas. Tiró los fajos de papel que había estado escupiendo la impresora durante años y se sentó a pensar que sin embargo… que sin embargo… él ya había iniciado una serie de acciones inspiradas en los primeros datos de su Sistema de Análisis y Pronostico Estadístico. (SAPE es su sigla castellana.)
Abelardo interrumpió con lastimosa voz:
-Basta Mandi, te doy las gracias. Hace tiempo que quería confesar lo que sigue de esta historia sin encontrar el comienzo… Yo había aprendido a alterar, aunque mismamente las imágenes que frente a mis ojos se formaban cuando estaba en la oscuridad. Eso fue así cuando tenía unos diaz años y por nimio que parezca el hecho, sin embargo fue suficiente para cambiar el curso de mi vida. Todos los días me acostaba un rato antes de tener sueño y apagaba la luz de mi habitación con las ventanas cerradas. Mis dibujos no tardaban en aparecer y yo me pasaba ejercitando en el control de sus características. Formé primero rudimentarias figuras geométricas tan simples como un triángulo o un cuadrado pero… No tarde más de cinco noches en lograr que se quedaran quietos frente a mis ojos sin templar ni cambiar de colores. Los dominaba! Comprendía además que aquellas figuras no estaban suspendidas en el espacio común frente a mis ojos. Que estaban en otro espacio, pero que estaban! También, que yo había extendido un tentáculo de mi poder hasta ese otro espacio, vibrátil y energético, y había puesto a funcionar la máquina según mi gusto y voluntad. Me sentí poderoso…
(Esta es una historia continuada. Sería aconsejable leerla desde el post n. 1)

lunes, diciembre 03, 2007

441 LAS VACAS INCRÉDULAS

Es que los humanos. Aun los muertos que han vivido un montón de años en el otro mundo, tienen esa dificultad para moverse con cierta cintura por los meandros elásticos del tiempo. Fijémonos, como ejemplo contundente, en la situación que se daba en ese momento. Estaban viviendo un día cuya duración nadie se había tomado la molestia en medir, pero que si lo hubiesen hecho se habrían llevado la sorpresa de constatar que al menos triplicaba lo que en la tierra se ha tenido siempre como normal. Sobre el puente se les había hecho la noche antes de hora, a la vuelta y de inmediato, sobrevolaron las verdes praderas que progresivamente iban siendo rumiadas por millares de vacas incrédulas mientras ellos cambiaban ideas sin preocuparse de la posición del sol sobre la esfera celeste. A la sazón –me encanta esta forma de eludir el mientras- ya Aníbal Greco y Nilo Perdomo habrían, con seguridad vuelto a su Maldonado, aburridos de esperar y de ver por la pantalla del solitario monitor las peripecias de la frustrada invasión ambientalista terminada en beserío.

¿Y las Flota de los Siete Conglomerados Galácticos?

No, ellos permanecían al acecho. No rumiando pasto sino ideas de cómo rodearles y capturarles vivos, al menos capturar al Manuel ese, que tanto trabajo les venía dando y que ahora se había tomado el atrevimiento de ejecutar –no andemos con eufemismos- nada menos que al agente híbrido Douglas Doménech, producto de la más refinada tecnología genética celestial, cuya tradición y fama se remonta a la propia inseminación de Ave María por intermedio del certero pico de
Espíritu Santo, nuestra madre inmaculada. Claro que en aquel primer experimento, hecho de apuro antes de que murieran los últimos espermatozoides del viejo God, el resultado apenas estuvo medianamente acorde con las expectativas. O sea… En vez del conquistador implacable que iba a derrotar bajo sus suelas a todos los enemigo, quitarles sus mujeres, niños y riquezas e imponer en tutti il cosmos la más rigurosa ley seca. Salió un hippy de blando discurso, amigo de prostitutas, distraído y medio atolondrado bebedor de vino en copas.

Y Manuel… El Manuel, este…. Parecía ser otro engendro genético, aunque en este caso producto de tecnologías alienígenas, es decir diabólicas, mandingueras o tal vez… de ese par de psicópatas inventores que se habían terminado refugiando en los escarpados confines del gran cúmulo de agujeros negros de Ortus Nimbus, del que extraían terajulios de energía por cada segundo de sus estúpìdos experimentos. Era menester capturar al pequeño nuevo Cristo para estudiarle concienzudamente en busca de anular todos sus dotes especiales antes de ejecutarle y dar los trozos de su cuerpo para comida y bebida de los hermanos en la fe.

Esa es y será la ley. Así se hará cumplir aunque en la demanda perdamos nuestras vidas.

Manuel recién entonces llegó a preguntar en serio, qué era eso de colección completa para todos los tiempos que decía muy suelto de cuerpo Mandinga y que a él le sonaba a payada libre como cuando el payador no sabe de que mierda está hablando pero sigue enancado entre las rimas y llevado por las imágenes.

-Para mí que Bosco recibió información sobre mi viaje y sobre mi aspecto.

Mandinga se golpeó las piernas con las palmas.

-Pero Manuel! Sería como decir que yo sabía quienes eran los niños aquellos que en 1957 jugaban a la pelota por las calles de Guichón. Las cosas se dan de otra manera. Ese día bajé en el palmar que hay antes de llegar al pueblo y me procuré ese aspecto extraño que fue lo que les llamó la atención, tal cual lo había supuesto y comprobado en muchos lugares del mundo. Caminé, atravesando el pueblo sin preocuparme por llamar la atención de nadie en particular. Me siguió sólo tu abuelo porque Bosco se cagó todo cuando vio el tamaño de la falsa espada de samurai que llevaba atravesada por la espalda. Pudo haber sido al revés o haber venido cualquier otro niño de los que no estuviesen demasiado interesados en el partido, pero vino Abelardo. Y Abelardo estaba interesado desde antes en las posibilidades de desarrollar alguna meta-ciencia. Congeniamos y hasta se puede decir que nos hicimos amigos…

-Estoy entendiendo que fuiste vos quién le dio la información a Bosco…

-Bueno… lo que ocurrió también podría ser descrito de esa forma…

(Esta es una historia continuada. Sería aconsejable leerla desde el post n. 1)

sábado, diciembre 01, 2007

440 ¿Para qué hacen eso?

En ese punto fue Manuel quien saltó preguntando si entonces cuando le habían llevado al año 1967, cosa que recordaba con total certidumbre, acaso otro Manuel había quedado en su lugar viviendo la continuación de la misma vida anterior, cosa que no recordaba en absoluto. Abelardo puso cara de tener paciencia y comenzó explicando que no siempre los tiempos de una y otra historia paralela tienen la misma duración. Que el desdoblamiento puede durar para el presente apenas una fracción de segundo que ha sido suficiente en el otro tiempo como para vivir varios días.
-¿Te pareció volver al mismo instante?
-Sí. Y otras veces que me raptaban también me pareció lo mismo aunque no se si hice algún viaje en el tiempo.
-Si te pareció reenganchar con algún instante anterior, sin duda.
-Así que cuando me tiraron en Buenos Aires era el pasado… Sin embargo cuando llegué a Gualeguaychú ya estaban con el problema de las papeleras!
-Puede haber una diferencia de horas o hasta de minutos.
-¿Y para qué hacen eso?
Mandinga largó la risa. Tenía ese espíritu juguetón capaz de transformar cualquier situación embarazosa en una muy divertida.
Abelardo se puso colorado.
-Tu viaje a Guichón no se debió efectuar de esa forma ni a ese momento… A pesar de que la idea original fue mía y que después me arrepentí, como yo mismo lo había predicho dando instrucciones para que en el futuro no me hiciesen caso, traté durante mucho tiempo de impedir que se llevara a cabo tendiendo redes de interferencias que posiblemente hubiesen impedido el viaje si no se lo hubiera planeado tan tramposamente comenzando con un retroceso en el tiempo y siguiendo con tu introducción “de colado” en un vuelo de línea de Nuestra Compañía. Estoy casi seguro de que eso se tramoyó entre Bosco y Germán, que aunque sigan siendo mis amigos y nieguen su responsabilidad, considero que se pasaron de la raya.
-Con todo, por qué primero querías regalarme un juego de guijarros y después te arrepentiste? ¿A qué le agarraste miedo?
-Los guijarros eran tuyos. Yo había conseguido llevarme mi juego al segundo tiempo y Bosco ya a los veinte años estaba acobardado por las implicaciones metafísicas de lo que habíamos descubierto. Yo me morí de este mundo con la creencia de que había hecho mal al pretender que te enteraras de cosas tan extravagantes a la temprana edad de veinte años, cuando todavía uno está deslumbrado con las maravillas de la creación, especialmente los cuerpos humanos del otro sexo.
-¿Entonces vos determinaste que los guijarros llegaran a mí cuando cumpliese los veinte años?
-Pero en tu tiempo presente…
-¿Y cómo me lo iban a entregar?
-En principio Bosco en persona o alguien designado por él en caso de no poder cumplir personalmente.
-¿Y por qué no me lo entregabas vos?
-Porque yo sabía que para esa época ya iba a estar muerto. No se lo dije a Bosco –Abelardo sacudió la cabeza como rezongando consigo mismo- se iba a asustar demasiado, yo le conocía…
Manuel se rascó la cabeza.
-Hay un detalle que no encaja… En 1967 Bosco dijo que sabía en qué día iba a llegar yo. Hasta me fue a esperar a la estación de AFE.
-Y además, Manuel, él nunca había visto tu cara!
-No dudó en reconocerme
Otra vez Mandinga se rió divertido.
-Manuel, Manuelito… Tu carucha había salido en la tapa de Hora Cero…
Manuel y Abelardo saltaron al mismo tiempo creyendo haber encontrado a Mandinga en una falta que lo transformaba en al menos un cómplice del rapto.
-¡Pero en el año 2007, no en 1967!
Más diversión para Mandinga.
-No se olviden de que Bosco tenía la colección completa de Hora Cero para todos los tiempos. Cortesía de Germán que ya en vida terráquea se carteaba con él lo mismo que con vos, Abelardo. Ja ja.
-¿Colección completa para todos los tiempos…? –murmuraron todos a coro con tono de incredulidad.
(Esta es una historia continuada. Sería aconsejable leerla desde el post n. 1)