jueves, julio 26, 2012

914. Pero Además

Pero además...

...nuestras emociones no serían nuestras! Serían... del Espectador. Ese sujeto misterioso que tal vez ha pagado una suma importante de dinero para poder disfrutar viendo y sintiendo por todos los poros como que es uno mismo con nosotros, es decir nuestro personaje... y nosotros vendríamos a ser él... porque suyas son las emociones que sentimos... mejor dicho somos nosotros, el Espectador, quien se emociona identificándose con el personaje que creíamos ser.. El personaje está pergeñado en la obra. Nosotros le hemos llenado de vida.

Y sin embargo...por cuál razón sabemos tanto sobre nuestro personaje y nada sobre nosotros mismos. Sólo sabemos aquello que hemos recogido del libro o de la obra esa multiforme...

-Será porque estamos demasiado concentrados?

-O porque recordar quienes somos nos quitaría gran parte del placer de la lectura?


     



                                                                                                                                                                  

913. Anónimo Caballero

Hay un viejo libro titulado Planilandia en el que su autor nos enseña a razonar sobre cómo veríamos la realidad si fuéramos planilandeses, es decir habitantes de un mundo que sólo tiene dos dimensiones espaciales. Largo y ancho. Los árboles allí tienen dos dimensiones, son planos. Las casas no tienen techo ni lo necesitan, porque arriba y abajo no hay nada. No hay arriba ni abajo, sólo ancho y largo.
El autor nos enseña a razónar cuando un portento ocurre en Planilandia. una esfera que viene desde el universo de muchas dimensiones (que rodea a Planilandia),  commienza a atravezar su plano. Que comenzaría apareciendo un punto que pronto se transforma en un círculo que va creciendo y que después... ¿Captan la idea, no es así?
Si ya leyeron el libro o sus comentaristas sabrán que luego de razonar un cambio de dimensiones nos hacemos más capaces de razonar otro cambio mayor.

También el tema del autor lo podemos razonar comenzando con una realidad simplificada. La nuestra de todos los días. Pongamos que tomamos un libro y comenzamos a leer. Es una historia donde un personaje llamado Manuel va pasando por distintas peripecias. A poco de continuar la lectura tenemos los primeros relámpagos de emoción. Nos resulta simpático el personaje, por momentos comenzamos a identificarnos con él. ¿Quién no tiene escondido el sentimiento de ser demasiado torpe, irresponsable, o simplemente desordenado? O pongamos cualquier otro conjunto de virtudes y defectos que cualquiera puede encontrar en casi cualquier otra persona. En los personajes, cuando se produce la magia de la identificación, encontraremos siempre un espejo en que mirarnos para intentar perdonarnos y hasta si fuera posible amarnos. Entonces el personaje cobra vida, se vuelve real. Nosotros le damos vida dentro de la nuestra y le prestamos sentimientos y emociones mucho más allá de las que pueda mencionar su autor. Sufrimos con él pero sufrimos con nosotros. El autor a marcado algunas pautas pero quienes le hemos dado vida al personaje hemos sido nosotros. Carne de nuestra carne y sangre de nuestra sangre.

Al pobre autor no le ha quedado otro camino que seducirnos. Esa es su arte. Convencernos de que el personaje puede tener algo que decirnos, algo importante, o divertido, o enternecedor. Invitarnos a un baile cuando ya la música suena. Si aceptamos el corazón del personaje comienza a latir. Su piel a exhalar aromas de ser vivo. Su voz sueña familiar a nuestros oídos. Hemos sido seducidos. Lo logramos.

Pero mirando todo eso desde un plano más arriba vemos que el autor es ahora un personaje más. Tanto como el personaje mismo o el que antes hacía de lector, o sea nosotros. Nosotros somos ahora un personaje. Un personaje que lee un libro y presta sus emociones al personaje de su simpatía, uno de los que otro personaje, el autor, a descrito en aspecto y conducta dentro de lo que sabe hacer mediante unas cuantas palabras y signos de puntuación...
Pero si nosotros fuéramos otro personaje, sería porque alguien es nuestro autor. Alguien que nos ha imaginado y ha podido imaginar cada uno de los segundos que componen nuestras vidas, con todos los detalles de lo que nos rodea, sean temperaturas, o sonidos o plaguicidas agrícolas... No sólo eso. Si somos personaje tendremos no sólo autor sino también lector o espectador. Alguien que ha sido seducido por nuestro autor para que nos preste atención y participe de la experiencia multisensorial de sentirse adentro nuestro, y por eso dentro de nuestra historia.
Será un autor que escribe no con palabras sino con atmósferas veraniegas y encrucijadas vitales para que nuestra humanidad, inventada por él con carne y con sangre, llene de deleite estético, o de cualquier otro tipo, a ese anónimo caballero que nos está haciendo sentir que estamos vivos.

Nuestra vida entera, sería su lectura y diversión. Nuestra muerte  la página final de otra historia


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miércoles, julio 25, 2012

912. El Mundo de Nunca Jamás

 Títeres de madera o de materiales entrelazados cuánticos, tanto da. Que no llamamos a las cosas más que de la manera que aprendimos a llamarles y a comprenderles en la infancia. Más o menos, aunque le agreguemos palabras bonitas o rimbombantes o fórmulas matemáticas
No sólo es cierto que  toda tecnología extremadamente  avanzada nos resultaría indistinguible de la magia. También que toda cultura es una interpretación mágica de la existencia. La nuestra nos programa para ver y sentir lo que debemos sentir, más allá de pequeños porcentajes de oscilación azarosa.

Ahora muchos entenderán que Manuel con Magdalena se mueren inertes sobre aquella cama. En las penumbras de la madrugada. Cuando falta aun para que aparezca el sol.
 O entenderán que se han ido en un vuelo no programado para las otras dimensiones, como Peter Pan a su mundo de Nunca Jamás.
O Tal vez que su autor o sus autores, por fin se han cansado de darle vueltas a las tres ideas que tuvieron desde un principio.
O que...

Pero nada de eso es cierto.

Al menos eso nos parece.

Más bien que la muerte, incompresible señora, no deja huellas sobre un un camino de niebla,  Ni ahorca gallinas literarias, para derramar después las sangres en conjuros malditos, inoportunos.

Por otra parte, de haberse ido ellos a otro conjunto de dimensiones, ya habríamos recibido noticias.

 (No damos fe de que realmente exista  el mundo de Nunca Jamás)

Por último el espinoso tema del o los autores...

Comencemos por el principio:

...






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viernes, julio 20, 2012

911. ¿Qué es El Espacio?


Luego se durmieron. Entrelazados y tibios. Con los miembros flojos flotando a la deriva en el mundo de los sueños que les fue llevando ora juntos ora separados por las ondas de ese océano siempre ignoto. País sin tiempo ni lógica donde lo claro es oscuro y todo misterio se ilumina. El sueño. Esa historia fuera de libreto y fuera del espacio. O en otro espacio. Paralelo, digamos. Sin escandalizar a nadie. O sin quererlo hacer. Porque a veces se hace difícil evitar el escándalo de decir que las cosas son como son y no como quería tu tía abuela, o el cura del pueblo, o la maestra o el sentido común.

Toda vez que sucede algo es algo extraordinario. Por qué habríamos de callarlo? Simplemente porque no lo comprendemos? No es suficiente motivo. Casi todas las cosas de las que hablamos  están más allá de nuestra comprensión.

¿O acaso serías capaz de explicarme qué es el espacio usando sólo palabras previamente entendidas de común acuerdo?

Y sin hacer trampas tipo "El espacio es el lugar en el que estamos", porque si te pregunto que significa lugar me vas a decir que es un determinado trozo de espacio.

Como dos títeres de madera tarde, luego de la función
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domingo, julio 15, 2012

910. Natillas con miel

 Natillas con miel.A veces nos contentamos con tan poco y a a veces... nos cae del cielo una catarata de contento tal que parece que no puede caber en nuestro pobre corazón. Así ocurre cuando comprobamos que podemos estar absolutamente solos con otra persona, hablando o en silencio, sin sufrir ninguna tensión ni sed, ni escalofríos ni nada. Satisfechos ambos, de haberse encontrado.

 Poca información tenemos de la infancia de estos chicos, pero sabemos de varias fuentes que se criaron más en la calle que en sus casas. Pandillas callejeras, en general pacíficas, de diversión cotidiana. Y que ellos, muy jóvenes, solían tener relaciones sexuales. Claro que nuestras fuentes no suelen ser imparciales, por eso agregan muchas valoraciones negativas a todo lo anterior, que nosotros separamos lo mejor posible. En concreto parecen ser el caso entre mil de un amor tan duradero en juventud.

Porque ellos se encontraron. Se reconocieron entre muchas caras en movimiento. Puedo confiar en esa persona. Sí,puedo. Era algo  natural. Un olfato, que se tiene para algunas cosas. Y no les falló, como a muchos que creen tenerlo y no lo tienen. Los que se aferran a una fe ciega aunque las evidencias estén todas en contra.Ellos no teorizaban el amor. No se decían poemas de amor enamorado, pero se miraban de una manera total.

Se encontraron jugando debajo de unas ramas cortadas por un vecino y que ellos habían tomado como improvisado campamento una tardecita de otoño. Ja ja.

Pero qué tensión cuando comprendieron que aquello que sentían ambos desde hacía tiempo, el uno por el otro, les había conducido inexorablemente a la actual situación, aunque ninguno lo hubiese imaginado. Aunque lo hayan imaginado, por supuesto, una y mil veces. Pero no se lo habían imaginado así, tan completo a pesar del apuro entre las ramas y los gritos de los otros que venían acercándose.




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miércoles, julio 11, 2012

909. Dejame dormir

Ahora Magda negaba terminantemente haber estado en la casa de Ernesto Federico. Enfurruñada y abrazando su almohada como si fuese ella misma niña pequeña, en un ataque de celos.

-Dejame dormir.

Pero es que Manuel necesitaba saber si lo que recordaba de la noche anterior había sido seguido por cosas que no recordaba, como la liberación exitosa de Dengue 2, y por supuesto, el previo correcto funcionamiento del Sintonizador de Dimensiones, sin el cual nada hubiese sido posible...

-Pero flaca, tenés que contestarme algunas preguntas!

Y eso la sacó a la flaca. La sacó de sus cabales, por primera vez en lo que va de este relato. Nunca antes Magdalena Epicurea González, que así se llamaba y se ha de seguir llamando, la muchacha, había protagonizado ataque de histeria tal. Se levantó desnuda sobre sus rodillas, perturbadoramente bella y lanzando llamas de pasión descontrolada para increpar por la ausencia de su amado en el lecho y en el hogar, por tanto tiempo, sin siquiera haber llevado el teléfono, como siempre, para comunicarse, por lo menos.

-Flaquita no te enojés...

Lo que contestó Magdalena no se pudo comprender, pero fue muy breve, algo así como un eructo medio largo terminado en a acentuada. Su cabeza  se perdió debajo de la almohada y Manuel quedó inmóvil al borde de la cama, con una rodilla sobre el colchón y la boca apretada para no volver a hablar.

Se tiró de nuevo sobre el colchón mirando el techo. Hizo varias respiraciones profundas y ya casi se dormía cuando sintió llegar una caricia a lo largo de su brazo.

-Perdoname, flaquito.


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jueves, julio 05, 2012

908. 3 x 6 = 7

De pronto ya estaban fijando la primera cuerda con la segunda y enseguida la tercera. Ante un coro de ojos circulares tensaron el primer triángulo y lo elevaron como si sostuviera una vela, tan perfecto se veía,. Pero lo dejaron a un lado y armaron en un santiamén el segundo. El tercero... y así hasta el sexto.

Momento de gloria fue juntarlos. Porque eran concientes de que a partir de la unión de los triángulos se comenzaba a transitar por los senderos de la magia. No eran tontos para pensar que tamaño portento pudiera ser un producto inocente de las leyes de la física. Que las cuerdas comenzaran a adquirir tensión como lo estaban haciendo a ojos vista de un montón personas y que ahora las dos uniones de tres triángulos parecieran buscarse para unirse en los puntos adecuados... Je je. ¡Pero era lo que estaba ocurriendo!

Se produjo el acople y un rumor se fue levantando desde los testigos y luego, enseguida contestado por las propias cuerdas que ahora ya zumbaban como moscardones desafinados. Experiencia sin dudas desgarrante para cualquiera que estuviese escuchando simultáneamente nueve cuerdas que no logran aun ponerse en armonía. Parecía que se te estaban retorciendo las tripas, que se te corría un oído para arriba mientras el otro se te ponía visco. Y las muelas. ¡Ay las muelas!

Hasta que los desgarrantes chirridos se convirtieron en suave y casi inaudible melodía.

Falta la décima cuerda. La más tramposa.

Porque salía de la unión triple de más a la derecha y debía llegar hasta su equivalente de las izquierda, pero no antes de cruzarse con cada una de las otras nueve, sin rosarlas. Otra locura,
Pero fue como si la cuerda supiera por donde debía pasar para colocarse perfectamente tensa y recta pero al mismo tiempo enlazando cada una de las otras!

Según como se mirara. Porque mirando la cuerda, la cuerda estaba tensa y recta. Pero mirando a las otras se veían cada uno de los nueve entrecruzamientos con la ella.

Por el momento Manuel se lo estaba tomando con filosofía, es decir tratando de zafar de los razonamientos complicados,. ¡Total! No dudaba de que fuera todo real, aunque bajo otras leyes naturales. En eso estaba, de veras satisfecho por el éxito alcanzado, cuando comenzó a ser conciente de que la tibieza que sentía en la mitad izquierda de su cara no se debía a que llegaran de ese lado radiaciones provenientes de algún fuego. Se debía a su propio calor  acumulado sobre la almohada. Porque.. se estaba despertando en su casa. En su dormitorio lleno de silencio y penumbra, junto a la flaca.

Tal vez durmiendo se había olvidado del resto de los hechos. Porque no recordaba más nada después del momento en que la décima cuerda llego a afinarse por sí misma. Sólo que había comenzado a sentir esa tibieza del lado de la almohada.

¿Y con Dengue qué habría pasado?
 (con los dos)


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domingo, julio 01, 2012

907.AMALAYA

  Y por segunda vez en esta historia hemos de contarles que aquel grupo heterogéneo de individuos desconectados en pocos minutos hubo se transformado en un enjambre de voluntades acordes, haya o no malicia en este fenómeno. Gente por lo general tozuda y discutidora que se pacifica y comienza a tener empatía con todos los que le rodean. Comprensión sin necesidad casi de palabras. Buenas maneras y buena onda.

Todos para afuera.

Espontáneamente se dividieron en grupos dividiendo las tareas que indicaban Manuel y Dengue. Medir y cortar los alambres., agregarles los terminales de unión y fijarlos de aquellos tensores que ya Ernesto había  fijado del viejo riel que hacía las veces de topadero en la playa de estacionamiento. Otros iniciaban el corte sistemático de las botellas de plástico siguiendo la espiral natural que se produce cuando se intenta sacar una tira continua de un centímetro de ancho.

Por ahora no se iba a fabricar el engrudo ni se cortarían las revistas y diarios viejos. Solo fabricarían el corazón de una bola. El exótico corazón dotado de sus diez cuerdas capaces de vibrar en quien sabe cuantas dimensiones. Amalaya...




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