domingo, noviembre 30, 2014

943. Dejate de joder !

A la vuelta de la reunión Manuel trataba de explicarle a Magda el por qué de aquellas sonrisas que había esbosado cuando Vittorio trataba de disimular que había experimentado con drogas.

-Lo que le produjeron las drogas fue un viaje a un mundo paralelo. Un mundo paralelo donde me conocía, entendés...?
-Y vos como lo sabés?
-Porque yo vengo de allá...
-¿Has consumido drogas... cuándo...?
-No... vengo de un mundo paralelo... Parece que en cambio vos...
- Ah, Manuel! ¿Otra vez con cosas raras? ¡Dejate de joder!
-Pero Flaca, escuchame... No es que esté loco, es que he vivido cosas extrañas... tuve esa suerte o desgracia, yo qué se...
-Y cuando, a ver, cuando fue que te pasó eso. Nos conocemos desde que éramos gurises y nunca te ví drogado o volando por mundos paralelos.
-Escuchame, pensá en lo que digo... Yo hace pocos años que vivo en esa casa...
-Y yo también , claro, acá nació Ulyces. ¿Y...?
-Pero vos también habías venido huyendo de otro mundo... Los dos éramos alienigenas

Magda entrecerró los ojos.

-Uuuhhhhhhhhhhhhh

-¿Vos no te acordás de algo parecido, verdad...?
-Manuel estás delirando! Qué te pasa... desde cuándo...
-Lo que no se es si vos apareciste a remplazar a la otra Magda... O si fui yo que me cambié de mundo sin querer...
-¡Pará Manuel! PARÁ  !!!
-Si fuera así, yo habría desplazado de tu lado a tu otro compañero, el de este mundo...
-Parece el argumento de una película- remató Magda, sin gritar ahora, resignada, conteniendo las lágrimas.

miércoles, noviembre 26, 2014

942. Drogas

                                                  ***********************

Podríamos explicar la laguna que se ha producido en nuestra comunicación apelando a tantas cosas como las tormentas solares, el acelerado cambio climático o las reiteradas elecciones presidenciales en América Latina. Pero no queremos faltar al más elemental principio de honestidad con vosotros
. La verdad es que no tenemos la menor idea sobre cuál ha sido la causa.
 Así que...

                                                  ************************






-No me acuerdo de haberte atendido nunca en mi consultorio, pero te recuerdo igual....de otro lado, aunque parezca imposible.

Su tono desgarrado atrajo al instante a los otros quienes cerraron el círculo.

 -¿...por qué imposible...? -dijo alguien

-Porque... -se sostuvo la cabeza con las manos-...porque es... sencillamente imposible que un personaje de mis fantasías aparezca aquí enfrente.

Manuel sonrió.

-Yo no soy ninguna fantasía, tengo madre... y hasta padrastro.

Vittorio miró hacia don Miguel buscando apoyo.

-Recuerda aquella conversación sobre el libro de Huxsley, bueno...

Don Miguel se le acercó más y de un modo extraño y hasta temeroso lo tomó la mano que tenía sobre el respaldo de la silla delantera.

-Y entonces lo hizo no más...!

Los otros no entendían nada.

-Sí, y en uno de esos lugares vi a este muchacho.

Ahora fue Manuel quien se arrimó.

-Ves? Ya estás empezando a conectarte...

Eso fue lo último inteligible de esa escena. A partir de ese momento se entretejen tantas líneas de pensamiento y especialmente tantas emociones sobresaltadas que sería imposible reproducirlas conservando el orden pero también las simultaneidades.
La reticencia de Vittorio Giorgionne se debía a la timidez de descubrir frente a otras personas algunas experiencias que, en perfecta concordancia con algunos derechos propios de un profesional de la salud mental... Es decir que había experimentado, sólo por curiosidad profesional, con sustancias psicoactivas y que... bueno que había tenido visiones de otros mundos y otros planos de la realidad. Pero eso era algo demasiado privado como para desparramarlo frente a aquella gente y por eso... En cambio con don Miguel...
Pero don Miguel seguía conmovido por la expresión "la segunda dimensión del tiempo" rescatada del pasado por este muchachito enigmático, que ahora parecía estar involucrado en alguna experiencia compartida con el Licenciado Giorgionne. Drogas por supuesto. Él no le había querido facilitar algunas sustancias...





Miguel, como buen anarquista era honesto.






viernes, junio 27, 2014

941. 1967 - 2006... Ja Ja

Vittorio captó el tono ligeramente burlón, desafiante tal vez, cosa que  le aumentó la curiosidad.

--Y eso del hacha celta... ¿Qué entendés vos por un hacha celta? Perdoname el tono inquisidor, pero fuiste vos quién las mencionó.
--Es cierto. Para mí las hachas celtas además de ser hachas usadas o hechas por los celtas para partir cráneos y cosas así, son otros objetos, poco parecidos a un hacha, aunque también antiguos y también atribuidos a los celtas, que tenían la particularidad de que si se les hacía girar en un sentido sobre una superficie, al cabo de un momento perdían el impulso y poco a poco comenzaban a girar en el sentido contrario. Usted mismo me lo explicó y me dijo que tenía una en su escritorio en Montevideo. Un regalo que le había traído de Europa un amigo viajero.
--Ahhhh... ¿Y cuando te dije eso, y dónde...?
--Bueno ja, me lo dijo en su consultorio de la Policlínica una vez que me hicieron ir para que me revisara y dijera si estaba loco o no.
--...mmm
--Esa vez dijo que estaba completamente cuerdo porque según vos locos son los que creen que su fantacía es la única verdadera... No se que quisiste decir con eso, pero... tal vez tu diagnóstico no fue certero...
--Estoy seguro de que nunca te atendí en mi consultorio.
--Es que no te acordás... Se suponía que a mi me había dado un ataque de epilepsia o algo así y además que pretendía haber estado en contacto con mi abuelo muerto, Abelardo, el mismo que era amigo de don Miguel.
--Ah, ya veo... ¿Y realmente creías estar en contacto con tu abuelo muerto?
--Ja ja, eso es lo más gracioso, vos me diste el alta sin que yo me desdijera de ninguna cosa... hasta te mostré los guijarros con los que me comunicaba con él... bailaban como las hachas celtas, pero eran muy pequeños y bailaban sin parar
--Te comunicabas a través de los guijarros...?
--Claro... usando una clave, como si fuera Morse... las variantes eran, si el guijarro giraba hacia la derecha o hacia la izquierda.
--¿Y el te contestaba...?
--Ël había inventado el juego y me lo había mandado de regalo.
--Desde el más allá?
--No, desde Guichón...pero eso sería muy largo de contar.
--Es que no entiendo... acaso él estaba muerto en Guichón?
--No. Estaba muerto, pero antes de morir vivió en Guichón y allí con un amigo llamado Bosco labraron esos guijarros y los convirtieron en transmisores de mensajes. Al morir dejó un juego de guijarros para que Bosco me los entregara. Y entonces ocurrió otra cosa graciosa Vittorio, que Bosco tenía mi misma edad ¡y estábamos en el año 1967! Ja ja. eso ocurrió un día del año 2006.

jueves, junio 26, 2014

940. Puta Madre


--Emmm... (silencio prolongado durante el cual Manuel se puso a mover un pié atrás y adelante como queriendo escarbar el piso a lo perro).
--Ehhh... (y a mirar el suelo como si se le hubiese caído algo)
--Esteee...( por fin levantó la vista. Parecía decidido y seguro)
--Mire don Miguel, por supuesto que me acuerdo de cuando iba de visita por la casa de mi abuelo. Me encantaba escuchar la conversación pero no entendía de qué hablaban. Solo recuerdo algunas palabras. Recuerdo claramente y repetido que... Bueno una frase que usted decía, le decía a mi abuelo con frecuencia que... algo así: "No Abelardo, con la Relatividad todo bien, pero esos de la Cuántica han de estar locos", je je, es lo único que recuerdo y todavía no entiendo bien a qué se refería.

Don Miguel se sacó los lentes y se secó los párpados con los dedos en un gesto característico. Levantó otra vez la cabeza y contraatacó;

--Noo, yo no dije eso nunca, muchacho, pero no importa... vayamos a mi pregunta y no te me escabullas: ¿Qué es eso de la segunda dimensión del tiempo?

Manuel parecía haberse acomodado a la situación.

--Algo que mi abuelo decía... que repetía.... era su dicho favorito. Si recibía una buena noticia exclamaba "¡La Segunda Dimensión del Tiempo!", y si se le caía algo, por ejemplo, y se rompía, en vez de decir "La Puta Madre", como decimos todos, decía eso...

Don Miguel se quedó un momento observándolo mientras su dedo índice subía y bajaba por su frente (tenía la cabeza otra vez baja), como haciendo rodar arriba  y abajo la pequeña pelotita de las ideas.

--No me digas que nunca le preguntaste por qué decía eso...
--... me acuerdo también que muchas veces ustedes se trenzaban con un montón de papeles y discutían. Que esto está mal, que esto está bien... y me daba cuenta de que algunas veces él le daba la razón y corregían las cosas que habían escrito en aquellos cuadernos gruesos y mugrientos.
--¿Pero le preguntaste, sí o no?

--Siii..., le pregunte....pero no entendí lo que me dijo.

El gesto defraudado de don Miguel fue lo suficientemente elocuente como para que la atención de Manuel pasara al segundo contrincante, es decir interlocutor, Vittorio Giorgionne, el licenciado en Psicología, que ardía de curiosidad por este personaje desconocido y sin embargo poseedor de información sobre su persona.

Vittorio se acercó una fila de sillas hasta quedar frente a Manuel y le hizo gesto de que se acercara.

--Parece que me conocés... pero yo no te recuerdo, perdoname... ¿Es que acaso hemos estado juntos en otro lugar...?

Manuel no debería haber contestado de la forma que lo hizo. Se salió completamente de libreto alterando el rumbo de esta historia cuando dijo divertidamente;

--Sí, claro... En otros lugares y otros tiempos... Nos conocimos mucho... Pero usted tal vez no lo recuerde, a todos se nos olvidan cosas

martes, junio 24, 2014

939. Un niño sentado en el suelo.

Manuel.exhaló un largo y sonoro suspiro. Era la única manera de resumir las múltiples explicaciones que a todo lo expuesto, a todo lo pensado, sospechado o temido, podría él darles, de no ser que no se atrevía a enfrentar las consecuencias. Tenía hecho un compromiso con la flaca, con la otra flaca, de mantenerse al margen de toda polémica para poder vivir tranquilos en este mundo y así poder darle un marco pacífico a la niñez de Ulyces, sin guerras ni demonios ni viajes en el tiempo. También exhalaba, con el aire del suspiro, las hondas dudas que sobre su propia cordura, ahora sí, abrigaba en ese dolor oscuro que sentía en el corazón. Además ahora estaba solo. En todas las anteriores encrucijadas,  a no ser en las primeras, había siempre contado con la compañía de su amada Magda, pero ahora...
Ahora no podía evadir algunas respuestas... Hizo fuerza y logró apenas una sonrisa.

-Pregunten de a uno por favor...

Don Miguel retomó con porfía.

Muchacho, hace un rato te escuchamos decir o preguntarte, luego de esa especie de desmayo que te sobrevino, si eso no estaría relacionado con "la famosa segunda dimensión del tiempo que decía tu abuelo". Bueno... Yo fui muy amigo de tu abuelo Abelardo... ahora que recuerdo nuestras largas conversaciones, te recuerdo también a vos, que solías andar por allí en los rincones de su laboratorio o taller, sentado en el suelo, rodeado de revistas que de a ratos leías, pero también, no me cabe duda, escuchando lo que se hablaba. Y de qué se hablaba siempre sino de ciencia?  De las teorías más avanzadas, aquellas que a mi, siendo de toda la vida un aficionado a la ciencia, me resultaban difíciles de comprender... Pero no a Abelardo. Él tenía una mente portentosa y no se acobardaba ante ninguna especulación por incomprensible que me pudiera parecer a mí... Recuerdo que en una de mis últimas visitas me estuvo reseñando su última teoría: La del Tiempo Multidimensional. Era según me dijo una continuación a un nivel lógico y matemático más profundo, de la conocida Teoría de la Relatividad de Einstein... Bien al escucharte hace un rato referirte a la segunda dimensión del tiempo de pronto me vi llevado hasta aquella tarde y llenado del mismo temor irracional ante lo desconocido... Pero el tiempo ha pasado y ahora... bueno, temo haber perdido la oportunidad de ampliar mi comprensión del Universo. Tal vez vos... Tal vez, aun siendo un niño, hayas guardado en tu memoria mucho más que yo... algún dato...  tal vez papeles de tu abuelo, fórmulas o conceptos... no se...

Dicho todo eso el viejo se calló pero sin dejar de taladrarle con la mirada debajo de aquella frente surcada de arrugas horizontales.


sábado, junio 21, 2014

938. ¿Nos conocemos de otro lado?

Cuando todos estuvieron adentro, mojados hasta los tuétanos, Manuel pidió disculpas. Se las pidio sin saber qué tono sería el adecuado para una cuestión así. Pedir disculpas es difícil siempre. Mucho más cuando no se sabe de qué cosa disculparse. De ser quién se es, de sentir lo que se siente, de asombrarse del contínuo misterio de la existencia ¿?
No convenció a nadie, por supuesto, pero aprovechó el silencio y la quietud general para volver su brazo derecho al cuello de Magda y comenzar otra vez la salida... Pero se detuvo y giró de pronto la cabeza para mirar al licenciado Giorgionne --¿ Vittorio, todavía tiene en su escritorio aquella hacha celta que gira marcha atrás....?--le dijo. Se le escapó, más bien. Pero bastó con eso para que todas las voces se lanzaran a hablar. La voz cascada de don Miguel primero, preguntando otra vez qué había querido decir un rato antes con aquello de las dos dimensiones del tiempo. Una pregunta muy intencionada, como de quién está dispuesto a abrir una investigación en serio. Segunda voz la de Giorgionne, más extrañado que nunca ahora que el muchacho demostraba no sólo conocer su nombre de pila, sino hasta qué clase de objetos tiene sobre su escritorio.

--Tal vez nos conocemos de otro lado que yo no recuerdo?

Cholo, no agregó ninguna pregunta, pero se acercó a su supuesto amigo con tanta expresión de extrañeza que ahora parecía hasta temerle.
Dengue agrandaba aun más los ojos y los llevaba de uno a otro mientras sus labios temblaban. Por último balbuceó:

--No lo acosen... hay cosas que no se pueden explicar.

Dijo eso y algunas lágrimas comenzaron a deslizarse por sus mejillas

martes, junio 10, 2014

937. ¿Cómo explicarle...?

Salieron muy lentamente del montecito pareciendo no importarse del aguacero. Crujían mojadas ramas bajo los pies que antes de pisar se elevaban de manera bastante torpe. Les esperaban sobre el balastro inundado de la calle, los otros de la reunión en abanico, pero primero la flaca Magda, una imagen derretida por la lluvia y por las lágrimas. Lloraba en silencio de brazos caídos
Manuel llegó a ella y ahora sí tuvo ganas de abrazarla, y lo hizo, aunque con el nudo en la garganta de saberse otro que el que esta muchacha amaba... y de no poder explicárselo! ¿Cómo explicarle ahora en medio de la otra gente y debajo de la lluvia torrencial que él no era él ni ella la misma ella? ¿Que lo mundos  paralelos,que son réplicas inexactas de este mundo, contienen más o menos a las mismas personas que hay acá, pero desconocidas entre ellas? No sabría ni por dónde comenzar con tal explicación... Ni si tendría algún sentido... porque tal vez todo, por muy real que pareciera, no era más que una inmensa ilusión.

  --No te preocupes...
  --...¿pero qué... te pasó...?
  --...nada...mi mente no anda funcionando bien... no te preocupes, en un rato se me pasa... ja
  --...parecías tan raro...!
  --Bueno, Flaca,...yo siempre he sido raro.
  --Nooo... no así.

Los otros se había venido acercando y formaban ya un círculo estrecho. Cholo tomó la iniciativa de invitar a todos a entrar de nuevo a la casa. Comenzaron a desfilar como en un cortejo fúnebre y cuando llegaban al borde del alero del rancho... agachaban la cabeza para pasar y recibian un chorro de agua fría que caía sobre las nucas y se iba por debajo de las ropas.

domingo, junio 01, 2014

936. Simple Imaginación

Amagó Manuel a ponerse a aclarar aquella confusión producida, pero de nuevo se calló, volviendo a mirar con desconsuelo a su amada "flaca". Ella mantenía su anteriror expresión preocupada. Le hizo aquella mueca con los labios que mantenían como contraseña de acuerdo, para casos como éste, en los que las palabras no eran capaces, por lentas o complicadas, de lograr una complicidad instantánea. Nada. Volvió la mirada a los otros, levantó un poco el índice en dirección a don Miguel, como si fuera a iniciar, ahora sí, la esperada respuesta. Pero... Bajó el dedo,  la mano se la llevó hasta el mentón, como meditando aun o queriendo darle un redondeo mejor a lo que iba a decir. Pero no... Apenas deslisó una mirada resvalosa sobre ellos antes de mirar hacia la puerta por la que había entrado,  ponerse en movimiento hacia ella y seguir hacia la noche de afuera, para que sus pasos sonaran en el balastro mojado y sus ropas se fueran pegando al cuerpo a medida que el agua corría por las piernas hacia el suelo.
Era posible verle alejarse iluminado por sordos relámpagos, verle adentrarse bien pronto en el baldío de más allá de la casa de los Rofriguez y seguir  al fondo, como cuando de niño había gustado de imaginar en aquella maraña de ramas y enredaderas una verdadera jungla que ahora, en la noche lluviosa, más bien se sentía como una boca enorme de oscuridad que se lo estaba tragando.
Otro relámpago le permitió vislumbrar el viejo tronco caído que recordaba. Sobre él se fue a sentar, de espalda al mundo, sosteniendo la cara entre las manos y los codos en las rodillas, mientras  ni se percataba de que aquello era un vendabal de agua y viento y desolación.

Tal vez, en serio, todo fuese una locura. Simple o complicada locura. Una creación de su mente enferma. Los mundos paralelos. Su abuelo Abelardo, muy muerto pero muy vivo. Los encuentros y batallas con los ángeles. Su padre Mandinga III, negro rey de los semidioses. Todo.
Simple imaginación, y ahora...

Ahora no sabía separar lo real de lo imaginario, a partir de aquel día de los agujeros redondos en el piso del baño... O antes! Tal vez su vida entera, todo lo que recordaba, no fuera más que un conjunto de ilusiones...

Pero de pronto en la oscuridad, una mano se apoyó sobre su hombro y una voz, dentro del fragor de la naturaleza, una voz de hombre que le hablaba:

--Vení muchacho, volvamos a la casa...

Parecía ser la voz de Giorgionne. Se dio vuelta y observó un contorno similar al conocido. El saco de un rato antes que parecía licuarse desde las mangas. Los lentes de grueso marco y enseguida, en otro relámpago, la imagen patente de su viejo conocido, hasta en los mínimos detalles fotográficos... Pero todas sus locas alucinaciones, siempre había sido de irreprochable realismo...

--A vos también te estoy imaginando...




lunes, mayo 26, 2014

935. El señor de los lentes

Manuel escuchó pero no pudo contestar, hubo algo previo que le quedaba resonando en la cabeza. Ese hombre que a la izquierda de Ernesto se había estado poniendo los lentes... quién era? Levantó una mano, una palma, hacia don Miguel para pedirle una pausa antes de contestarle, y también la mirada hacia dicha persona de lentes... ¡Era el licenciado Giorgionne! El mismo e irrefutable Giorgionne con quién habían disfrutado y sufrido innumerables aventuras en los otros mundos. Quedó un momento petrificado. Tenía muy presente que cuando ellos entraron al rancho Giorgionne no estaba. ¿De dónde había salido? ¿En qué momento había llegado, entrado e ido a sentarse allí en la silla libre de al lado de Ernesto? ¿Acaso en el instante minúsculo en que su conciencia había parpadeado...? No...no parecía posible...

--Eeeeh...(mirando fijamente al hombre)...Qué tal Giorgionne...Cuando entré no estaba...No le vi llegar...Eeh...

Giorgionne, porque era él en efecto, se quedó sin poder contestar nada. Hay veces en que la lógica y el sentido de la realidad nos impiden adaptarnos a una circunstancia inesperada. Verse en la necesidad,. de repente, de explicar que uno existe, y sigue existiendo, en un lugar y un tiempo determinados, no es cosa sencilla sin apelar a un discurso filosófico complejo y lleno de supuestos que seríamos incapaces de fundamentar. Aparte de eso, Giorgionne apenas si recordaba haber sabido de  ese muchacho llamado Manuel Aquelarre por una ficha médica, que por casualidad y curiosidad malsana, había espiado en la policlínica, ficha en la que constaba que el doctor Mendez le había atendido y medicado dos veces por alteraciones diagnosticadas como crisis epilépticas leves. Aunque por cierto había retenido su extraño apellido, el que volvió a encontrar cuando Miguel, el viejo farmacéutico, le leyó la corta lista de los invitados a  aquella pintoresca reunión de "auténticos anarquistas".
Por fin pudo contestar:

--Bien...bien...Pero me sorprende que digas que no me viste... Estaba aquí cuando entraste con tu compañera y Cholo les presentó.

Manuel giró la cabeza hacia Magda. Magda le hizo apenas una caída de cabeza para decirle que sí, que el hombre decía la verdad. Manuel volvió a mirar a Giorgionne y luego a don Miguel... y a todos... Se tomó el cráneo entre las manos.

--Esperen un momento... Acá está ocurriendo algo raro... que puede ser grave... Cuando yo entré Giorgionne no estaba ahí ni en ningún otro lugar. Es más, cuando Cholo me invitó a esta reunión me mostró la lista y en ella no figuraba Giorgionne. Y como no figuraba y yo le sabía afín a nuestras ideas, pensé, sólo pensé sin decir nada, que para una futura reunión le iba a proponer...
--¡No!--saltó Cholo como un resorte-- te lo nombre! Estaba en la lista y te dije que era el sicólogo que atendía en la policlínica... Mirá--sacó un papelito doblado del bolsillo trasero de su pantalón-- aquí está la lista y Giorgionne figura tercero.-
--Pero además --terció ahora el licenciado-- no nos conocemos personalmente... al menos no recuerdo haber hablado contigo de nada y... mucho menos de cosas como mi simpatía con las ideas anarquistas... de eso solo hablo con algunos amigos íntimos...

Todas las miradas volvieron,. en silencio, a concentrarse en Manuel. Se sentía rodeado.

domingo, mayo 25, 2014

934. Las Dos Dimensiones del Tiempo

Se había quedado pensando en eso llevado por la inercia de su estado interrogativo, por eso no había puesto atención en que las gotas caían cada vez más apretadas entre sí, transformándose en un verdadero chaparrón, sobre cuyo rumor de fondo ahora se estaba escuchando decir a viva voz aquel su último pensamiento:

--¿Serán estas las famosas dos dimensiones del Tiempo que decía mi abuelo?

Pero además advirtió un nuevo cambio. La escena a su alrededor había dejado de ser una sucesión de instantáneas congeladas para transformarse en un grupo de personas vivas que se le acercaban solícitas, aunque un poco retenidas por la incomprensible pregunta que acababa de pronunciar.
Magdalena fue la primera en llegar a él y tomarle del brazo mientras le sonreía con una expresión a medio camino entre la incredulidad y la complicidad. Solamente ella había comprendido en parte el sentido de la pregunta, porque no del todo, en aquel momento, después de la espectacular caída.Ernesto Federico, junto a quién estaba a su derecha colocándose los lentes se ofrecieron a llevarle al médico de la policlínica, y Dengue  se echó a reír, ya seguro de que nada grave había ocurrido. Sin embargo Don Miguel mantenía sus  cejas levantadas y sin hacer caso a las risas preguntó a Manuel por el significado de sus últimas palabras.

miércoles, mayo 21, 2014

933. Entre gota y gota

La lluvia se había generalizado sobre Lagomar y toda la costa platense. Caía sobre techos de dos aguas cubiertos con tejas coloniales y sobre las viejas casas con techo de zinc, anteriores a la moda del turismo de fin de semana o de los meses de verano. Llovía sobre los pinares y entre los árboles hasta el grueso colchón  de pinochas mezcladas a veces con algunas hojas de eucalipto. También llovía sobre los quinchos de totora, como los que cubrían los ranchitos del Cholo.
Y mientras seguía lloviendo el tiempo no pasaba más que a pulsos o latidos entre gota y gota.
Porque mientras llovía nadie se preocupaba.- Después de caída cada gota, nada ocurría hasta que cayera la siguiente, de modo que... entre gota y gota, dentro del rancho tampoco pasaba el tiempo. Alrededor del cuerpo caído de Manuel, mientras él apenas había iniciado el intento de levantarse de sobre los restos de la mesa, todos seguían mirando sorprendidos y sin terminar de comprender los sucedido. Cayó ahora otra gota y los últimos ojos que habían quedado mirando hacia cualquier lado, confluyeron también sobre los miembros de Manuel, ocupados todavía en desenredarse, mientras los que habían visto la caída desde el primer momento adelantaban sus manos un paso hacia adelante, con la probable y retardada intención de detener el inevitable y desprolijo desmoronamiento.
Pero ya pasaba el chasquido de esa gota y todo volvía a aquietarse menos el pensamiento de Manuel que seguía preguntándose sobre la causa de que las cosas hubieran comenzado a suceder de ese modo tan lento y tan discontinuo.

--¿Se habrá cansado el tiempo de correr...? --Pensó a las risas y se acordó de pronto de su abuelo Abelardo-- ¿Tendría este fenómeno algo que ver con el famoso tiempo de dos dimensiones que alguna vez, en algún lado, le había querido explicar su abuelo?
























 s

domingo, mayo 18, 2014

932. Dulce de Membrillo

Fue todo uno, terminar de caer y comenzar a levantarse, porque no había sufrido de un verdadero desmayo sino de algo mucho más fugaz: una suspensión instantánea de la conciencia que le había hecho perder el sentido de la vertical.
Recuperada la conciencia de tiempo y lugar se dispuso a enderezarse mientras iba considerando la necesidad de pedir disculpas, al menos al amigo Cholo, sobre cuya mesa acaba de caer y aplastarla.
Lo raro fue percatarse de la expresión hierática conque todos, alrededor, le miraban. Es decir, algunos; porque otros seguían mirando a otros lados, aunque marcaran un rictus de sorpresa de algún modo.¡Congelados! Estaban todos congelados en un momento!... Pero no. Ahora se habían movido un poco... demasiado poco... tan poco como lo poco que se había logrado enderezar él desde el momento en que había decidido hacerlo. Se estaba moviendo de un modo pastoso, como nadando dentro de una enorme barra de dulce de membrillo. El tiempo! El tiempo se había vuelto viscoso y pastoso y fluía mucho más lento que el propio pensamiento! Por eso no podía moverse a la velocidad acostumbra... o sí, tal vez... Y los otros también... estarían tratando de venir a ayudarle a levantarse...si es que sus pensamientos en cambio, hubieran conservado la misma velocidad de antes... como era su caso...
Algo le llamó la atención. Un sonido largo que parecía venir desde afuera y vibrar como una lonja sin demasiada tensión y terminar desparramándose como una palanganada de estaño fundido o de mercurio. ¡Una gota! ¿¡Había sido una gota! Tal vez la primera gota de un chaparrón, caída justo enfrente de la puerta del rancho, sobre aquellos ladrillos colorados y gastados por los años, que de un momento a otro se iba a descolgar sobre todo el quincho... ¡Qué hermoso...! Y ahora otra y otra palanganada de sonido. Otras gotas..Ya estaba lloviendo... al frente y en el patio de tierra que separaba los dos ranchitos del Cholo...y por todo Lagomar seguramente... llovía...
¡Con lo que a él le gustaba!

martes, mayo 06, 2014

931. La Naturaleza Humana

Pero Manuel no llegó a escuchar ni el comienzo de la exposición que enseguida don Miguel comenzó a desarrollar con su voz cascada; antes sus ojos se llenaron de luz blanca y los oídos de un blanco silencio dentro del que apenas se escuchaban, al modo del canto de pequeños grillos, el simple crepitar de las diminutas moléculas del aire. Sólo su pensamiento, dislocado de cualquier localidad o tiempo, continuaba revisando recuerdos confusos entremezclados con varias preguntas sin respuesta. ¿En cual de los mundos conocidos se encontraba...? ¿Serían aquellos amigos, hasta unos momentos antes presentes, los mismos conque había compartido aquella aventura, que creía recordar, en la que habían todos estado tratando de sacar del cuerpo de Dengue al segundo Dengue, que por extrañas razones allí se había metido en su huida precipitada...?
¿O no?
¿O todo no había sido más que un sueño del que por último terminara despertando meses después, una límpida mañana de otoño, frente a su casa, mirando al sur, conciente apenas de seguir siendo el mismo jardinero de Lagomar, junto  a la flaca Magda, su compañera, a la que nunca terminaría de querer lo suficiente.
Todo le pareció absurdo. Tanto más esa luz blanca que le rodeaba y ese silencio blanco que le hacía flotar en una nada sin tiempo.

Pero la reunión había continuado sin que nadie se diera cuenta de lo que le ocurría a Manuel. Don Miguel se explayaba en razones y fundamentos que le hacían considerarse un anarquista, pero además... Sobre la posible posibilidad de que algún día el hombre se hiciese capaz de vivir libremente sin que nadie le gobernase. En esto reconoció como paradoja que quienes en un momento fueran incapaces de vivir en libertad pudieran en un momento decidirse a intentarlo junto a otros semejantes, y que al intentarlo, lo imposible se volviera posible.
Todo lo remató muy seriamente como un profesor que expresa un axioma para que los alumnos lo puedan memorizar:
"La Naturaleza  Humana sólo es rígida en lo tocante a adaptarse siempre a las condiciones de vida que se le presentan. "

Agregando que si hemos sido capaces de adaptarnos a vivir como esclavos, sobre los hielos del ártico o las selvas tropicales, en estados teocráticos, bajo el feudalismo,.el imperialismo colonial, el supuesto socialismo soviético, el inhumano capitalismo moderno o las hordas guerreras de los mogoles y tantas variantes de todas esas cosas ... sociedades basadas en el intercambio de regalos o en las creencias más increíbles... ¿Por qué no vamos a ser capaces de adaptarnos a vivir en completa libertad?

Fue más o menos a esa altura del discurso que Manuel, que se había mantenido normalmente vertical, aunque un tanto pálido, aflojó las piernas y cayó, sin pedir permiso sobre la pequeña mesa que en el medio de aquel espacio central había colocado Cholo con algunas hojas de papel y otras tantas biromes.
                      






viernes, abril 25, 2014

930. Pulgares girando

Detrás de los muchachos entró el propio Cholo que había ido hasta la vereda a encontrarlos. Entró ya conversando, como si se hubiese estado llenando de palabras  que no iban a sonar a discurso. Por lo pronto más bien comenzó siendo una confesión personal más que una arenga.

-Bueno amigos... la verdad es que no soy ningún estudioso de los autores ni de las teorías, igual que algunos de ustedes soy simplemente un anarquista visceral... Así que...

Y continuó un par de minutos más o menos en esa tonalidad e invitando a ponerse cómodos y a expresarse con total libertad.
Don Miguel escuchó con perfecta atención al tiempo que sus pulgares giraban y se cruzaban por encima de sus piernas, ahí en la primera fila.  En cambio Ignacio de Oliveira mantuvo las manos quietas sobre las rayas del pantalón, Chumbo dejó brillar sus ojos, inmóviles y expectantes, y Dengue no hizo más que seguir con la mirada cada movimiento y cada gesto de Cholo mientras hablaba,
Los muchachos se habían sentado por detrás de los mayores hacia la derecha para tener a todos dentro del campo visual y vieron cuando Chumbo se paró con los ojos bastante brillosos y esquivos.

-Yo tampoco sé mucho, mejor dicho nada, de lo que se entiende por Anarquismo, pero... mi vida es una pura anarquía, ya lo saben... y... no me parece que eso le sirva a todos... (terminó sonriente)

Dón miguel, que había tenido que girar completamente el torso para ver de Frente a Chumbo, no pudo evitar sentirse cómplice, no por haber tenido algo que ver con las azañas ilegales del muchacho, sino porque cuando ocurrían y el vecindario rumoreaba escandalizado, él se había siempre sentido reconfortado porque quedasen todavía jóvenes dispuestos a mandar al carajo los valores de toda esa gente mezquina.

miércoles, abril 23, 2014

929. ¿...los dos...?

-Que vamos a tratar de ir... bueno según a qué hora... vamos los dos.

¿...los dos...?
-Sí...¿ La flaca no está invitada...?
-...no, eee...
-...¿No, qué...? ¿No está invitada?
-No, claro que puede ir, solo que...
-Que qué, Cholo...? O es una reunión de machos solamente?
-No, perdoná... es que ni me lo había puesto a pensar y me sorprendí, Está invitada, por supuesto!

Cuando entraron al rancho del Cholo se encontraron sentados en el centro del ambiente, casi debajo de la lamparilla, en los mejores asientos, a dos señores bastante maduros : Don Miguel el farmacéutico e Ignacio de Oliveira, el vecino más original de la zona. Más adentro, apenas en la penumbra del fondo, acodado sobre un tronco que hacía de nervadura en la pared de barro estaba el Chumbo, el famoso Chumbo! Y a un costado sentado al revés en una silla de madera el Dengue, observaba a todos desde su cara flaca.

viernes, abril 18, 2014

928. Razones Politicas?

Ese día vio su final  sin mayores novedades. Fueron en busca de Ulyces al jardín, volvieron y por largo rato rieron de las ocurrencias del pergenio. Luego cocinaron a cuatro manos untadas de aceite y orégano, mientras mascaban maní tostado y terminaron a pequeños sorbos  el vino que había quedado en la botella. 

La lámpara de la cocina daba poca luz y por eso les pareció a cada uno estarse viendo en una película antigua, de esas que se basaban en las imágenes. Todavía se veían jóvenes... o tal vez deseables.

Comieron, acostaron a Ulyces y apagaron la luz.

Al otro día, Manuel se encontró con Cholo cuando iba por sus jardines en la bicicleta. Allí por donde esos dos eucaliptos gruesos uno de los cuales mantiene aquella chapa herrumbrada de un cartel  de propaganda, casi llegando a la altura de  Becú. Porque entre esos dos troncos estará filmada algún día la escena de la conversación que a continuación hemos de consignar:

Manuel- Hola Cholo... ayer...
Cholo- Sí, no te disculpes. Rulo cayó en mal momento, ya sé...

(La cámara se irá acercando lentamente a la cara de Cholo hasta ponerla en un primer plano lo suficientemente próximo como para que se puedan apreciar uno a uno los poros de su piel morena, con el propósito de que los más mínimos temblores de ese rostro y especialmente los peculiares cambios en la forma, o tal vez el brillo de los ojos, denotaran al espectador posible, toda una gama de intensidades emocionales inapropiadas, o no acostumbradas, en un simple cruce de caminos) 

Manuel- (la voz se escuchará por el parlante de la izquierda) Bueno... entonces no pude contestarte...

Viendo la imagen tan grande del rostro de Cholo, uno podría suponer que su mente pasaba cuenta de todos los posibles significados de los cambios de la entonación de la voz de Manuel al pronunciar esas pocas palabras. Por eso parecía oscilar alrededor de una expresión por completo neutra. Claro que no conocía cual era la contestación y por eso mismo tal vez... Subía a cada interpretación positiva y bajaba cuando enseguida surgía la duda.

Cholo-(como en cámara lenta) Y... cuál... es...

Le importaba mucho el asunto aunque no sepamos por qué. Por estrictas razones políticas, como la conformación de un grupo de discusión (eventualmente acción) y perfección de la idea anarquista? o por otras que pusieran a Manuel en un punto de máximo interés para Cholo?

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lunes, abril 07, 2014

927. Como un Puto Burgués

Hasta allí llegó el espíritu investigador de Manuel. Una vez había visto en la tele un tipo que decía que con pocas preguntas bien dirigidas se podía establecer las características intelectuales y hasta afectivas de cualquier sujeto. Era posible. Pero ahora lo que le seguía dando vueltas por la cabeza eran las cosas que el Cholo le había venido a decir a su casa. Más que evidente. Él se había estado lavando las manos en lo político, desde que  desembarcaran en este bendito mundo... No podía negar que lo sentía como una culpa aunque se supiera mil razones capaces de demostrar que nadie tiene más obligación que nadie, por ejemplo él. ¿Por qué razón él, personalmente, tendría que sentirse obligado a dedicarle parte de la vida a la causa colectiva? O por ejemplo: Aceptada la cuota parte de responsabilidad personal en lo colectivo...¿Es que acaso no tendría derecho cada cual, a cumplir esa obligación en los tiempos y en el modo que le causara menos trastorno? ja ja (como un puto burgués diría uno que se tomara la cosa un poco a la ligera)

jueves, abril 03, 2014

926. Opiniones

A poco más de tres sorbos de vino la tensión se fue disipando. Rulo se olvidó de Cholo y del supuesto gusto de Julieta por él. Se olvidó de las desagradables imágenes de todas las veces que no había podido sostenerle una conversación de igual a igual. Y de que siempre parecía que a Manuel le importaban sus opiniones más que las suyas. Ahora Manuel le sonreía a él y también Magda,  Julieta le enlazaba la cintura con su brazo por detrás. Hágase la paz.  Y se hizo con los recuerdos, que no de otra cosa conversaban, los muchos recuerdos de las cosas convividas a lo largo de los años, que Rulo contaba de una manera mentirosa, al parecer de Manuel, aunque pudieran ser ciertas en este mundo en el que estaban.
Por eso al cabo de un rato a Manuel se le ocurrió hacerle hablar de algo más personal como forma de explorar qué clase de Rulo era el que tenía enfrente. Más o menos "ganador" o competitivo. Más o menos machista.

-Qué opinás del anarquismo como forma de organizar una sociedad?
-Y qué voy a opinar...? Que es imposible opino.- hamacó a los lados la cabeza negando y agregó- Es utópico... como un embarazo utópico. Sin autoridad...-volvió a hamacar la cabeza.
-...sin autoridad no habría ley, y sin ley nadie sabría qué es lo que puede hacer o no.- Completó Julieta.
-Pero  aunque no haya una ley votada por legisladores puede haber un acuerdo entre la gente... -Terció Magdalena.
-Acuerdo que sólo cumplirían los más boludos.- Retrucó Rulo-

Manuel cambió la pregunta.

-Y de la ley de Matrimonio Igualitario?
-Ah, eso es una payasada del Pepe. Mirá, yo lo quiero mucho pero... Si hasta la palabra le va en contra, fijate... "Matri- monio". Nunca pueden ser dos machos.
-Bueno, pero y dos mujeres...?
-...
Rulo torció la cara en una caricatura de si mismo.
-No, únicamente una Matri y un Monio, ja ja

lunes, marzo 31, 2014

925. Cosas que pasan

Al escuchar aquello Rulo se puso erecto como un gallito de lata mirando la salida del sol.Sin querer afinó la voz y cacareó  sus razones para no bancarse tanta petulancia.
- Lo que te pasa es que estás envidioso, primito!
Manuel apenas bajó la mirada, era improbable que pudiera hilvanar un conjunto de palabras capaces de dar respuesta  a tanta pelotudez...
-Claro que está linda la moto, Rulo... Pero ya te he dicho que odio las motos porque hacen mucho ruido.
-Esas eran las motos de antes. Esta apenas se siente...!
-Bueno me alegro. Que la disfrutes...
-¿Me estás echando...?

Entonces fue que Manuel recordó que contra la pared, espantadas y quietas se habían quedado las muchachas. Esbozó una sonrisa nerviosa y se volvió hacia Rulo, completamente convencido de que debía bajar el tono de las ironías.

-No... hermano ¡ qué te voy a echar! Vení, te convido con un vino del bueno que me regalaron, mirá. -Le dijo con una mano sobre su hombro y caminando de costado hacia los vasos limpios, que estaban boca abajo sobre la bandeja  de aluminio anodizado, junto a la botella vordeaux de vino Tannat.

Todos brindaron por la motocicleta de Rulo.



domingo, marzo 30, 2014

924. El tema del futbol

Al notar la desaparición de Cholo, Rulo se alegró todavía más. Hacía tiempo que el negro le estaba llenando las pelotas con sus ínfulas de gran sabihondo y sus discursos políticos que parecían sermones de un cura franquista (él había conocido uno). Ahora se las daba de crítico y andaba diciendo que se iba del Frente porque se sentía "defraudado" por no decir "estafado" por la realidad del Frente en el gobierno.
 ¡Y además aquello de la vez que le había pescado mirando los senos a Julieta y Julieta sonriendo como una boba!

A Julieta no le pasó desapercibido porque le estuvo observando todo el tiempo con mucho disimulo como eso de verle en el reflejo en los vidrios de la ventana. Hubiera preferido que se quedara porque siempre le había considerado "bocho" y pocas veces había podido escuchar las cosas que decía. A Rulo le caía gordo. Pobre Rulo! Es que se pone necio.... y ahora para colmo quiere ponerse a discutir de fútbol.

Tampoco Magda dejó de observar el pretendido sigilo, ni Manuel

-¿Qué se yo, Rulo... Vos bien sabés que a nosotros el tema del futbol nos tiene podridos!

sábado, marzo 29, 2014

923. Está todo bien

Pero cuando llegaba de vuelta las cosas se complicaron un poco al sentirse llegar una motocicleta sobre el pasto de la entrada, Era Rulo que habiéndose por fin comprado su anhelada moto, pues venía a mostrarla  loco de alegría.
Manuel  se quedó con la boca abierta congelada frente a la incredulidad de Cholo. Tubo que girar la cabeza cuando ya Rulo a los gritos entraba por su cuenta a la casa, pero logró susurrar al menos
-Está todo bien, Cholo... después hablamos...
Tal vez Cholo ni siquiera llegó a escuchar aquello porque a continuación se transformo en un muñeco dejado justo en medio de una reunión de gritones. Atrás de Rulo había entrado Julieta cuando por la puerta del dormitorio regresaba Magda a saludar llena de sonrisa, Manuel fue arrastrado por el abrazo de Rulo y todos repetían la marca de la moto hasta sin saber a qué correspondía. También el precio que había sido bastante moderado para una máquina de aquellas característas, especialmente teniendo en cuenta la cilindrada y el estado general casi impecable.
Al cabo de un rato Cholo se logró levantar de la silla y casi en punta de piés salir con disimulo de la casa a juntar su bicicleta y  pedaleando alejarse por fin de aquella conversación que ya amenañzaba cambiar el tema de la moto por el más acostumbrado del futbol.

viernes, marzo 28, 2014

922. Boludo Conservador


 Ahora quien se sonrojó fue Manuel. Le daba mucha vergüenza decir lo que estaba diciendo, no sólo porque no fuera cierto, sino porque... al decirlo se le amontonaban en la garganta y en la imaginación los mil momentos de gloria anarquista allá en aquellos mundos de las dimensiones y los tiempos perdidos.
Magda hizo como que tenía que traer algo que fue a buscar dentro de la heladera, no le podía ayudar en la actual situación porque tampoco a ella se le ocurría una forma de hacerlo.
Manuel carraspeó como si se hubiese atorado con una mosca al vuelo. Se puso pálido y luego se enrojeció

-Es decir...
Además Cholo no le estaba creyendo.
    -Me parece que Don Miguel podría ser otro de nuestro grupo...
    - Don Miguel? Ah, si... don Miguel el farmacéutico... Siempre fue anarquista, como mi abuelo... pero yo...
    -Vos también siempre estuviste contra el poder... Contra toda clase de poder concentrado... Sobre eso hemos hablado noches enteras!

A esa altura ya las entrañas le hervían. No se soportaba haciendo el papel del boludo conservador y además de estar mintiéndole al Cholo! Se levantó y tomado a la Magda del brazo que asomaba de la puerta de la heladera, la llevó de apuro para el dormitorio dónde con rostro de niño implorante le preguntó qué harían ahora. La flaca parecía haber recobrado la calma.

-No ha hecho mención a otros mundos... Parece que sólo quiere formar un grupo para éste.
-Tenés razón...- y levantando la voz. Cholo, perdoná, ya vamos!

anarquismo
 

martes, marzo 25, 2014

921. En qué consiste tu anarquismo?

 La losa de los ojos de Cholo se pasearon por las caras de Manuel y Magda pero se detuvieron en Manuel, El rostro le comenzaba a brillar con la luz que venía de la puerta. Los poros parecían estar abiertos entre los tocos de barba como  de dos o tres días. Se humedeció los labios y casi como sonriendo dijo que había decidido retirarse del Frente. (se refería al Frente Amplio).
Se produjo un vacío prolongado que Cholo comenzó a llenar de palabras explicativas. No se trataba de que él hubiese cambiado de manera de pensar. Ni que de pronto hubiera sido dominado por alguna indiferencia extrema. Ni que fuera de mente tan rígida que no entendiera que de la teoría a la realidad siempre hay mucha distancia. Se trataba del Frente mismo... que ya no tenía nada que ver con lo que ellos habían creído.
 Te vas con los de Asamblea? preguntó Manuel. Y Cholo, subiendo y bajando la mirada, pareció a punto de sonrojarse porque... apenas susurró un "no" entre labios antes de aspirar más aire para entrar de lleno en lo más importante.

-Vuelvo a mis raíces... El Anarquismo.
-¿Pensás votar en blanco...?
-No sé,,, eso es lo de menos. Quisiera formar un grupo de anarquistas verdaderos y... pensé en vos...
Manuel sonrió un poco nervioso.
-¿Y quién te dijo que yo soy un "anarquista verdadero", si yo...?
- Si ya, sé... me acuerdo que no entrabas en esa clase de discusiones, pero... creo que nunca conocí a un anarquista más perfecto. No sé en qué consiste tu anarquismo... tal vez en que vos no te casás con nadie y al mismo tiempo sos humilde... no sé...
Con todo Manuel trató de zafarse del compromiso alegando que de poco podría él ayudar en el grupo cuando ni siquiera sabía en qué consistía el Anarquismo.
-... hasta puede que tengan razón esos que dicen que el Anarquismo es una utopía imposible






 

viernes, marzo 21, 2014

920. No te acordás un carajo





votarPero había llegado visita y a las visita se las atiende, aunque fuere menester bajar un momento de las áureas esferas. Además era Cholo. y Cholo... había sido más que un hermano en todas aquellas andanzas que ahora estaban conjurados a ignorar...
Desde adentro se le veía venir abrazada su derecha sobre el cilindro del termo y el mate sostenido por la izquierda que traía colgada al costado de la cadera.
Manuel se apresuró a salirle al encuentro y al abrazo sonriente mientras trataba de poner los pensamientos y recuerdos en orden, porque...
De qué cosas era que habían estado hablando las últimas veces?
Cuál Cholo era este que tenía entre las brazos?
Hasta qué punto negarlo todo podría ser, capaz, en una de esas...no imposible, una negación estúpida de algo que ya antes había reconocido como cierto?

No lo podía recordar.

Pero Cholo estaba diciendo algo con su voz grave mientras avanzaban ya hacia la puerta de la casa donde Magda les miraba con la sonrisa iluminada por la vertical de un rayo de sol entre las más altas hojas del álamo grande.
Enseguida, alrededor de la mesa de la cocina se fue desgranando la charla sin demorarse mucho en las preguntas y explicaciones sobre la razón de no haberse visto por tanto tiempo. Cholo demostraba interés en hablar de un tema político.

-Es la política, Manuel. Vos sabés que siempre me motivó...
-Sí, bastante más que...
-Pero a vos también!... no me vas a decir que cuando...

(Manuel y Magda prepararon los tímpanos)

=¿...qué...?
-No, digo que cuando...
=¿...qué...?
-...fuimos juntos a aquella manifestación en Montevideo para pedir la libertad de los presos anarquistas del OPR...
(Manuel no recordaba nada) miró a la Flaca
-...se te veía muy comprometido...
Manuel se rió medio en falsa escuadra, algo había cambiado en el brillo de alguna parte de sus ojos. Cholo lo captó al instante.
-Ah no te acordás un carajo! bueno...  no importa, tal vez igual te interese saber lo que he venido a hablar con ustedes











 

domingo, marzo 16, 2014

919. Una visita

Y cuatro meses y aun otros doce, tal vez, quedaron allí frente a la casita, apenas abrigados por el bamboleo de las sombras que las hojas de los plátanos acuarelaban sobre ellos, Dejando que el tiempo siguiera pasando a lo ancho y a lo largo de los mundos...  sin detener sin embargo el fluir de las vidas, ni siquiera la de ellos.
Mientras ese tiempo apropiado enteramente para pasar un largo casting que nos enterara hasta de la locación de la última imagen utilizada en el film, sin embargo, y sin detener la imagen sobreimpresa de ellos dos frente a la casa, como la tapa del libro, o el poster de la cartelera del cine, ellos habían  logrado retomar bastante bien el hilo de sus anteriores existencias.
Ulyces ya concurría al jardín de infantes con su "pintorcito" a cuadros celeste y blanco y su cara manchada de colores. Magdalena se había retomado sus seis horas diarias al frente del ciber, del cual traía trabajos para hacer en casa, algo de diseño, tarjetas y pequeños folletos. Manuel con sus jardines.
Y, por raro que parezca, no les iba del todo mal.

Por supuesto se cuidaban mucho de comentar nada sobre los otros mundos y los otros tiempos. La vida había adquirido el dorado exacto de los trigales previo a la cosecha. Los pájaros trinaban desde las ramas o construían nidos o se revolcaban en los charcos de agua que normales y esporádicos chaparrones formaban acá o allá cuando las nubes decidían descargar sus panzas para continuar su navegación aérea más livianas, blancas y vaposoras.
 Los céspedes crecían y volvían a ser rasurados ante la mirada indiferente de los enanitos de jardín. Las vallas refaccionadas y pintadas de puro blanco hasta su cúspide de dos aguas por sobre la que solían asomarse los ligustros a la espera ( no ellos sino sus dueños) de la tijera tusadora que los transformara en "hermosos" bloques prismáticos de pequeñas hojas verdes. Todo seguía siendo rasurado, peinado y engominado una y otra vez como lo manda la costumbre y el buen gusto de aquellos que quieren en todo ver una postal rococó y exclamar: "Ah, qué hermoso!"

Pero un buen día de aquellos apareció el Cholo de visita.

918. Dos meses más

Pero dos meses después continuaban parados sobre el pasto de frente a la casita, mirando por encima de las copas de los pinos un más allá  indefinido sólo visible a los ojos de los soñadores o tal vez los locos.
¡Estaban deteniendo la historia!



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