El llamado de Giorgionne era para decirle que posiblemente el Pepe , a esa hora estaría siendo informado de lo que ellos habían visto, porque entraban en una reunión dónde Peponne le iba a pasar por escrito la información.
-Vamos a tener que comprar una olla, Manuel. Si me paga la Palomeque podría pasar por el autoservicio del chino…
Le pensaba dar un poco de tiempo y después volver a llamar para saber cual había sido la reacción. Manuel le respondió que todo bien. Que le metiera para adelante hasta que el tipo dijera algo.
-¿No te parece?
-¿Qué?
-¿Me dejás que yo la elija?
-¿Pensás cocinar siempre vos?
La flaca se mordió el labio para que no se le notara la risa.
-Entonces elegí el color de las paredes también vos…Eso sí, después me vas a dejar pegar las estrellitas en la parte alta!
-¿Estrellitas?
Manuel se divirtió con el gesto de no entender de la flaca.
-Sí, estrellitas de papel metálico. Va a parecer que estamos mirando el cielo.
-Tendríamos que pintar de negro!
-No. No me gusta la oscuridad. De cualquier color que te guste pero que sea luminoso.
El teléfono sonó justo cuando Magda empezaba a servir un humeante guiso de arroz con pollo, en los platos, con ambas manos. Contestó Manuel.
-Ché Manuel, me contestó el gordo! Parece que se armó bruto revuelo. El Pepe casi no comentó nada pero agarró su celular y se fue aparte a hablar y enseguida se puso a gritar como si el del otro lado no le quisiera entender que roto el secreto, roto todo compromiso, según dice el gordo que dijo él.
-¿Trajimos queso rayado?
-¿Y nada más?
-Sí, aquí está en el bolso toma echale vos primero.
-No, qué nada más. Quiere tener una reunión con todos los testigos!
-¡Cuidado que está caliente!
-¿Cuándo? Mirá que mañana y pasado, por lo menos tengo que trabajar.
-Se te enfría…
-¿Y a la noche?
-A la noche estoy cansado! No me jodas. No puedo dedicarle todo el tiempo a las cosas misteriosas!
-Se está poniendo pesado, no?
-Bueno voy a ver cómo lo puedo arreglar, después te llamo.
-Ah flaca, esto tiene un perfume!
-Sabes que… me gustaría un color medio cremita…Como una crema a la que se le ha batido una yema adentro, hasta con algunos granitos de azúcar, me lo imagino.
-Flaca. Estoy comiendo guiso de arroz. No me metas el huevo batido en el plato, ja.
-Y capaz que queda rico.
-Pero más rico que esto no.
-Querés más?
-Bueno, dame.
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