lunes, agosto 28, 2006

55 - NUESTRA COMPAÑIA

Lo más importante era aprender a manejar los famosos objetos. Bosco fue a buscarlos a la otra pieza y volvió con una caja de madera toda llena de dibujos raros, y un tablero de cinco lados que él portaba con mucha ceremonia como si fuera un obispo manipulando un cáliz. Sopló la tierra de la mesa antes de apoyar la caja y el tablero y sacar de la caja una bolsa de gamuza que a su vez vació a un costado. Desde la bolsa se desparramó una serie de piedritas que se iban agrupando en racimos como si algo las pegoteara entre ellas. Estaban imantadas, eso se notaba pero a Manuel nada le impresionó ese hecho ni el ver que las piedritas se ponían a girar en un sentido por un momento y después por otro en el sentido contrario luego de una especie de baile de oscilaciones… Estaba aburrido de ver juguetes chinos!
-En esto no podés estar como un observador; tenés que participar!
-¿Qué hago?
-Vas tomando los guijarros de a uno y si sentís algo especial que el te transmite, entonces lo ponés sobre el tablero en el lugar que él quiera… Sí no, lo dejás a un lado, tomás otro y continuás…
-¿Y qué, se forma un dibujo…?
- Lo que te dicho es todo lo que tenía que decirte… ¡He cumplido mi juramento!
-¿Y entonces…?
Bosco, sin contestar entregó la bolsita de guijarros- que acababa de recoger- y adornó intencionadamente el silencio con una sonrisa, se fue agachando como para volver a sentarse en el sillón y mientras lo hacía se fue poniendo gris, de un tono de gris cada vez más claro que se iba perdiendo de vista ocultado por el atractivo visual de aquellos puntitos luminosos, naranjas y verdes que bailoteaban y se iban juntando para formar por arriba como una bóveda de cáscara de naranja vista por dentro y por debajo toda una gran sala cubierta de asientos y personas sentadas.
Manuel asumió en el acto su condición de involuntario pasajero, esta vez en una bola enorme, rodeado de cientos de personas que se ordenaban como los asientos en filas transversales que formaban como un panal de abejas que continuaba hasta perderse de vista allá en la distante penumbra donde seguro se completaba el perímetro circular de la bola.
( ¿A dónde me llevarán esta vez?)
En aquel espléndido interior la temperatura ambiente era ideal así cómo la humedad y la ausencia de vientos huracanados o cualquier otra basura meteorológica. Estaba previsto que los distintos pasajeros pudieran tener distinta sensibilidad térmica…¡Cómo no! En NUESTRA COMPAÑÍA la temperatura y la humedad son las adecuadas para cada pasajero individualmente, al menos en una gama baja-media- alta, porque…todo aquel que no sea friolento pero que tampoco sea muy acalorado puede por fin optar por declararse “intermedio”.
-¡Caramelero, caramelero! Pastillas de menta. Chocolates!
-Señor, ¿no sabe cual es el asiento 33 E, U 90 ?
-SE REITERA A LOS SEÑORES PASAJEROS DE ORIGEN RIOPLATENSE QUE ESTA PROHIBIDO TOMAR MATE EN LA SALA
-¡Odio la gente egoísta!
-A ver, muéstreme su número de asiento.
-¡No le muestro nada, qué le voy a mostrar!
-¡Aleluya hermanos! Aleluya. ¡Hemos encontrado una mujer honesta!
-¡Que odiosa que es!
-ATENCION A LOS SEÑORES PASAJEROS QUE TIENEN TOMA DE REALIDAD EN COORDENADAS TOPO-ESPACIO-TEMPORALES en CURSIVA 425 TETRA JAZMIN CENICIENTO 22, que procedan a formar la cola para pasar frente al haz de fonones calibrados para borrar los recuerdos inconvenientes. CUENTAN CON EL TIEMPO NECESARIO SI LEVANTAN SUS CULITOS DE LOS ASIENTOS YA!

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