martes, agosto 22, 2006

50 - Estoy condenado!

El bigotudo llegó al lugar del incidente junto con los primeros curiosos a los que empujó a un lado para retirar el cuerpo de Manuel, enderezarle la cabeza a su esposa, quien aún sonreía, arrastrarla de los talones para mejor posicionarla y volver a su lado a bajarle el párpado inferior y por el hueco alumbrarle las entrañas con una linternita, mientras le tomaba el pulso con mano segura. Todo afirmativo. Después se acordó de Manuel cuya espalda descansaba ahora sobre la falda de Magdalena aunque las piernas en el pasto y le bajó también a él el parpado, sin fijarse en que ya estaba conciente y le miraba con el ojo que podía arrollándose de pánico sobre la flaca que fue la que gritó:
-Suéltelo!
-Soy médico,- dijo y soltó el párpado como quien suelta un escupitajo sobre la humanidad doliente.
-Él está bien.
-Mejor. Los dos están bien.
La multitud comenzaba a dispersarse sin haber cosechado nada para el comentario. El bigotudo cargó con su mujer en brazos, floja, pálida y sonriente, para llevarla a su vehículo. Y Manuel con la flaca buscaron callados el refugio de la casita de Rulo en cuya puerta les esperaban.
-Vení sentate adentro,-invitó Julieta.
-Sí, pero…que alguien vigile por la ventana…no vaya a ser que vuelva.
Rulo se ubicó bien junto a la ventana como para espiar desde allí sin ser muy visto. Le hizo señas a Manuel para que fuera a hablar, se entiende que de cosas personales y en voz baja.
-Decime, qué embrollo fue ese que te vi manoseando a la mujer del milico?
-No que manosear… se había caído!
-Dejate de joder, si cuando yo miré por la ventana vos la estabas tirando!
-Yo la levanté.
-Sí, primero te vi tirarla y después cuando ya casi llegaba al suelo la agarraste, ¡pero para meterle la mano en la cotorra, hermano!
-Eso fue sin querer…¡si el tipo vio lo mismo que vos estoy condenado!
-Y va a ser nuestro patrón…
-No, si ni siquiera le llegué a dar el presupuesto, ¡se cayó antes!
-Pero, si serás…
-Esa mujer está loca!
-Echale la culpa a la mujer.
-Me muestra las tetas!
-Y vos le manoteás la concha!
-Pero, te lo juro!

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