lunes, enero 29, 2007

197: Una pequeña resonancia.

Tal vez por aquello que se dice de no tomar decisiones con el estómago vacío se suspendió la oratoria en el punto en que lo único que quedaba por resolver era cuál sería el primer piloto una vez que Mandinga cumpliera con su promesa de sacar la bola de la cueva. Era tiempo de comer algo y a eso se abocaron una vez hechas las compras y trajinados, aljibe mediante, los bocadillos y tentempiés desde la cocina a la Galería.
-Yo me ofrezco para probarla. –Dijo Cholo, parándose frente a su refuerzo de mortadela con salame. Cosa que pareció razonable a todos sin ninguna discusión. Que fuera el Cholo, el que más había entendido los planos de Abelardo el que intentara dominar aquel huevo de ganso con el sólo poder de su mente aplicado sobre los puntos adecuados. Rulo y la Magda reconocieron no tener una idea muy clara de dónde habían quedado aquellas cuerdas fabricadas por Dengue. Giorgionne y Pepponne confesaron simplemente que no entendían nada. Julieta y Ernesto habían considerado ofrecerse y Dengue pidió turno para el segundo viaje.
Miraron a Mandinga para decirle que era el momento de cumplir su promesa. Mandinga perdió el ritmo de su entusiasta masticación. Contestó la mirada y se recogió el cacho de mortadela que resbalaba de su boca.
-¿Y ahora, qué me miran?
-Tenemos que sacar la bola…
-¿Para qué?
-Para probarla. Cholo va a ser el primer piloto.
-No… Ya les dije que no se preocupen.
-No estamos preocupados. Queremos hacer la prueba ahora.
-¡Y háganla!
-Tenemos que sacar la bola…
-¿Para qué…? ¡Ja, ja¡
Se puso amoratado y medio se atoró con lo que tenía dentro de la boca. Aquello le causaba mucha gracia. Sigan, sigan –repetía- para probarla, tocaba. Ja,ja!
El Cholo le enfrentó.
-Te estás riendo de nosotros?
-No, muchacho. Me río de la gracia. Por un momento habíamos entrado en una resonancia cortita… Lo que les quería decir conque no se preocuparan era que no es necesario sacar la bola. Ya les dije que ella se sale del espacio cuando empieza a funcionar más fuerte. Se produce un hueco al que el que viene de afuera no puede llegar…las piedras de esta caverna por ejemplo. No le pueden hacer ni un rasguño mientras la bola las atraviese. Es como que la bola se hiciera tan pequeña que pasara entre átomo y átomo, dicho de una manera muy bruta.
Cholo cambió de cara.
-Así que me subo y le doy para adelante!
-Si vos querés llamarle adelante…Vos lo que tenés que hacer es comunicarte con la bola, sentir sus vibraciones, pero no con el oído, en el centro de tu pecho lo vas a sentir. Cuando logres eso ya vas a saber cómo seguir.

(Esta es una historia continuada. Sería aconsejable leerla desde el post n. 1)

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