Con mucho esfuerzo Julieta logró por fin acallar el afán de especulaciones abstractas de los hombres y ponerles en las manos herramientas para trabajar en lo que seguía: cortar tiras- esta vez de papel. Para hacer la cartapesta. Ella mientras tanto iba a subir para cocinar unos diez quilos de engrudo.
Iba a subir una vez que todos estuvieran sabiendo el ancho de la tira más aconsejable, pero llegó Trum Urum casi corriendo hasta donde ellos dando muestras de querer gritar cosas que tuviera atracadas en la garganta. Por fin se aquietó un poco y tomando aire de forma profunda pudo irlo administrando para hablar como ya había entendido que hacían los humanos en vez de tamborilear los mofletes..
-¡Estamos en problemas!
Con esa entrada, hasta los que nunca habían visto un Tucu gigante supieron que tenían que esperar el desarrollo de la noticia.
-¡Entre nosotros ha estallado la disidencia!
Se explicó largamente luego sobre toda la crisis que había significado para ellos entrar en contacto cada vez con más humanos. Muchos habían opinado que el encuentro entre las dos especies era inevitable por el simple crecimiento poblacional y que la tarea era hacer ese encuentro sin correr demasiados riesgos de terminar siendo cuereados. Otros en cambio, renegaban de todo contacto con los humanos por considerarlos irrecuperables para todo trato en términos de igualdad. Puntos de vista opuestos o bastante distintos, de los que siempre tuvieron entre ellos, pero que lograban conciliar dentro del “río sonoro” y encontrar una nueva posición no necesariamente equidistante, sino simplemente distinta y que por lo general recogía lo mejor de las anteriores.
Pero ocurría que ahora el “río sonoro” se había dividido en dos que corrían incluso por galerías separadas, cada vez más separadas… y Trum tenía mucho miedo. ¡Iba a haber una guerra entre ellos! Se iba a terminar la igualdad y la tolerancia. Iban, por lo menos a aparecer los partidos políticos y tras ellos las diferencias de intereses y hasta las económicas.
Cholo trato de consolarlo.
-No, las cosas suceden al revés. Ustedes no tienen clases sociales. Las diferencias se van a solucionar.
Trum lo miró con los ojos llorosos.
-Ustedes tienen muy poco olfato…
Intervino Ernesto.
-¿Y si traemos aquí a los líderes del movimiento anti-contacto y nosotros les juramos mantener el secreto…Así por lo menos tendrían más tiempo para ponerse de acuerdo…
Trum bajó los ojos al suelo.
-He perdido la confianza de mi gente. No tendría que haber entablado amistad con Ernesto antes de que la discusión se hubiera terminado. Ahora me consideran un traidor.
Giorgionne se acercó a Trum y le dijo las siguientes palabras: Vos sabés que no quisiste traicionar a nadie. No aceptes como válido el juicio de los que razonan a la ligera inspirados por el temor y la ignorancia.
Trum levantó la mirada y pensativo le fue contestando: Es que no sé si no tienen razón. Yo quería hacer una apuesta muy riesgosa… ¿Cuántas especies llevan ustedes aniquiladas?
(Esta es una historia continuada. Sería aconsejable leerla desde el post n. 1)
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