Al otro día no habían noticias de los raptados, es decir de Mujica porque lo que es de Manuel ningún diario se ocupó. Pero abundaron los titulares y los comentarios. El País tituló: EL PAIS ESTA EN VILO - ¿Dónde está Mujica?-porque algunos habían andado diciendo que todo era consecuencia de la lucha interna del frente. Un locutor de Maldonado piensa que es una muestra de irresponsabilidad que a un gobierno le rapten un ministro. Magda provisoriamente se quiso ir a vivir a lo de Ernesto, junto con el Dengue, que no corría un especial peligro pero igual estaba pasando muy mal. La República seguía en sus trece de que todo era consecuencia del tratado secreto. Y reclamaba que fuera dado a conocimiento público y que se revelara quién lo había firmado. El Dengue lloró hasta que se ahogó con vino que le trajo Ernesto. En Montevideo se hicieron manifestaciones. Clarín apenas mencionaba el tema con letras chiquitas que llamaban a la página 4. El primer titular era para la vuelta de Gran Hermano. Una señora entrevistada en TV sólo dijo que en Lagomar siempre pasan cosas raras. Luque recién se enteró a la noche. La casa de donde lo llevaron está siendo celosamente vigilada. Las imágenes de nuestras cámaras son más que elocuentes. Jugadores de medias caídas corren por un campito detrás de una pelota. Ahora sí vamos a Lagomar. Perdón, esos son los piqueteros... va después, Ramón. ¡Eso! Como verán se ha destacado un guardia en el frente de la casa. Giorgionne cayó de improviso, no creía nada de lo que se decía en la tele. Tampoco había podido hablar con Pepponne. Se lo había visto entrar al Ministerio con la ministra.. Los celulares estaban intervenidos. El gobierno había contratado la versión Plus X del programa Herath, el mismo que se había mencionado para buscar plantas de marihuana cultivadas en macetas. Brecha hacía trabajar a su gente. A Pepponne lo nombraron coordinador del un nuevo esquema de inteligencia del ministerios de defensa nacional con el cometido de elaborar un informe en un plazo máximo de treinta días… Pero no sobre el caso del rapto. Pepponne renunció antes de asumir. Los de GEOS pasaban para un lado y otro en sus motos. Rulo también se enteró de noche, se había pasado todo el día trabajando solo en lo de Ferrari. Tabaré se rascó la cabeza. La compañera Berruti enfrentada a un micrófono, recomenzó la narración de los últimos instantes antes del apagón. Nadie lo había visto aparte de ellos. Ni siquiera los milicos que estaban charlando veinte metros más allá. –La Embajada nos ofrece un experto en estos temas- No, gracias- Lo pueden poner on-line, o mandarlo.-No, gracias.
El celular de Vittorio sonó. Era Pepponne que se había escapado del Ministerio con algunas perlitas. Salía ya para Lagomar –decime donde vas a estar.- ¿Qué le digo? -Quilómetro 22, lo esperamos en el tanque.-Sabes qué? Vamos a tener que recibir a los Tucus. Pidieron una reunión. -No es el momento- ¿Y el muchacho este?-Ah, ese es Dengue, vení que los presento.-Estamos hablando sin cuidado-¡Pero muchacho! Estamos metidos en el barro ¡dejémonos de secretos!
Todos bajaron a la Galería Máxima. Dengue mirando para arriba se puso a temblar de pies y manos, como hacía a veces cuando se ponía nervioso. Pero no era un ataque de epilepsia. Era que temía que todo aquello se le cayera encima. Una idea como cualquier otra.
(Esta es una historia continuada. Sería aconsejable leerla desde el post n. 1)
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180: ¿DONDE ESTA MUJICA?
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