lunes, mayo 28, 2007

310 ZAPICAN MARLEY

Apenas Zafando los cerros chatos de la cuchilla, allí estaba ese pueblo que una vez Manuel visitara en contra de su voluntad, otra con el Cholo en vuelo de pruebas y otra, con la flaca cuando el proyecto revolucionario aun estaba en marcha. Tomando altura sintieron la columna vertebral de la cuchilla que seguía hacia el oeste tirándose de a poco para el sur. Cinco quilómetros eran una distancia como desde Shangrilá a Solymar pero ahora no iban en bicicleta… Buscaban una cueva que nunca habían visto sobre el costado de un cerrito blanco como todos los que habían allí abajo, verde seco por los lados y con una coronita de piedras como si fuera una vincha para sostener una cabellera que no estaba. Se imaginó el personaje, medio charrúa con su vincha y medio Bob Marley descolgando las rastas al modo de las palmeras que había allá abajo.
-¿De qué te reís?
-De un personaje que me imaginé saliendo de esa tierra, medio Bob Marley y medio indio Charrúa. Grandote y bastante bruto, así como para ser amigo de Mandinga.
-Y por qué Bob Marley?
-Y..yo qué se… El tipo tenía onda, viste. No digo tanto por ser negro, porque hay cada negro boludo! Pero… algo hay en nosotros, no se como explicarlo, que… Ahí está! Cuando dejamos de tener vergüenza de ser como nacimos… entonces el campo se nos hacer orégano. Nos damos cuenta de que también se nos admira. Que se nos mira más que a los blanquitos y que cuando nos movemos, como cuando estamos bailando bueno… las mujeres…
-Sos un negro vanidoso!
-Yo no me creo ni feo ni lindo. Es que me miran y piensan eso, Flaca.
-Ya se.
Dejaron la bola apoyada sobre el pasto de la ladera y arrimaron unas piedras para que no rodara. Habían llegado en medio de la charla y allí diez metros más arriba se abría aquella boca llorosa de la cueva que por tener un promontorio en el medio se le veía cono una u invertida y despatarrada. Oscura y enmarcada en cordones de piedras más que blancas plateadas por la costra de los líquenes que tenían adheridos. Dentadura postiza completa y casi cerrada que si uno ponía buena voluntad hasta capaz que estaba sonriendo una bienvenida.

(Esta es una historia continuada. Sería aconsejable leerla desde el post n. 1)

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