miércoles, mayo 09, 2007

292: LOS CAMBIOS DE TELONES

Abelardo sacó la cara del mirador multidimensional de oscilación de spín gravitínico sólo cuando el calor de la latita de tomar mate le empezó a quemar la piel del antebrazo. Era martes, tocaba mate de lata enlozada en lo de Germán su amigo que ahora le volvía a hacer la broma mientras él miraba cómo su nieto superaba una vez más la prueba de la vanidad.
-Tomate uno y dejame bichar un poco a mí.
Mañana miércoles tocaba mate grande de calabaza y bombilla de paleta grande en lo de Abelardo que ahora sí era también la casa, otra vez de Margarita, la primera, la que por mucho tiempo, después de muerta había rehuido los embates del viejo amor, su Abelardo.
El jueves volverían al mate de lata en lo de Germán…
-¿Se puede saber cuál es la causa que te hace sonreír así, medio sobrador?
-Recuerdo haber escuchado a alguien protestando porque yo le iba a destrozar la vida a su nieto.
-Pero es sólo mérito de él, que ha sabido sortear todos los peligros y las tentaciones!
-No, viejito testarudo. Es lo que te digo yo, que la libertad no te la cambia nadie, ni te la quita. A lo que le hicimos cambios fue al decorado del espectáculo y Manuel se ha movido con total libertad sin casi notar los cambios de telones.
-Puede ser…
-Y vos lo sabés, porque si no por qué me ayudaste a perfeccionar el mirador?
-Por idiota, ja, ja!
-Y ahora no te desprendés del aparato festejando las hazañas de Manuel. Entendelo de una vez, yo siempre supe que era un muchacho muy inteligente y bueno, capaz de tener muchos éxitos y vivir muy bien, pero al mismo tiempo –y sobre eso te cansaste de argumentar a favor- daba el tipo justo del nuevo líder que necesitaba América Latina. ¿Acaso siendo líder no iba a encontrar la manera de seguir en libertad?
-…Y…
-Mirá Abelardo…las cosas marchan bien. Sobre las primeras ideas tuyas, te acordás? Sobre los guiones escritos en un mayor número de dimensiones, te acordás…? Que yo recogí con entusiasmo…
-Con demasiado, según mi modo de ver.
-No rompas! Mirá que al final yo me voy a quedar con todos los méritos. Vos siempre estás en contra! Hasta lo asustaste para que no volviera a usar las piedras…
-No! Para preservarlas! Ah, todavía no te dije que me di cuenta, de que las van a necesitar ahora, cuando se empiecen a quedar sin los servicios públicos.
-¿Un solo juego?
-No…Las piedras se pueden partir y hacer de uno, varios juegos pero, además…
-…les podríamos dar una mano consiguiendo otros mil…?
-El que sabe de eso es Mandinga. Él me enseñó a fabricarlos…
-….con cuasi-cristales de alternancia bariónica, me contaste.
Que para mí gusto eran iguales a la que llamábamos piedra mora, aunque más pesadas.
-¿Y de dónde los sacaron?
-De la Cuchilla de Haedo. Mandinga me llevó a ver un lugar donde habían quedado enterrados, cinco pedazos grandes de un extraño aerolito…digo…por esa característica de estar formado en un 80% por esas piedras cuasi cristalinas…Ja! Si lo vieras a Mandinga, en ese tiempo, todavía queriendo ser medio diocesito, meta misterio…¡Me dijo cada zamba! …pero las piedras funcionaban.
-…sí, y después te las embargó…


(Esta es una historia continuada. Sería aconsejable leerla desde el post n. 1)

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