Entraron de vuelta a la caverna en un momento de ebullición. Habían pasado dos cosas sorprendentes, parecidas, de algún modo. Una revuelta o pequeña guerra entre los tucus que de pronto había empezado a salir explosivamente de las paredes o caer de boquetes que se habrían en la bóveda. Las batallas de libraban en las galerías menores donde un tucu enfrentaba a otro sin posibilidad de esquive y como en el juego de la gata parida tenía que saltar uno para algún lado cuando ya no aguantase los topetazos del morro del más duro. Pero la guerra ya había terminado luego de doce minutos y medio que estaban ya puestos en la memoria de los Tucus como “La Primera guerra” librada entre los partidarios de establecer alianzas cada vez más importantes con los humanos, y los enemigos de todo trato. Los triunfadores fueran nuestros conocidos Trum Urum y Porum Trucú, quienes en realidad no habían participado de los enfrentamientos por estar enfrascados en colarse al Río Sonoro de bando anti-humano para introducir en su discurso semillas de confusión que llegaron a dar excelentes resultados cuando el discurso del río se fue arremolinando sobre la idea de que la división que ahora estaban teniendo por primera vez respondía a la estrategia humana de dividir y reinar. Así que la guerra terminó de golpe y se restableció el gran río sonoro unificado donde como siempre todos rumoreaban y tenían iguales posibilidades de influir sobre las decisiones finales. Así fue que Trum y Porúm fueron elegidos como emisarios oficiales del pueblo tucu de El Bosque (Suncurúm) ante los humanos que se reúnen en la gran caverna. Tenían permitido estudiar y discutir alianzas pero el voto definitivo lo iba a tener el Río sonoro.
Eso fue una de las cosas sorprendentes que habían ocurrido durante su viaje en bola. La otra fue también con emisarios, uno al menos y también conocido. ¡Pepponne había aparecido con un mensaje personal de Mujica para Manuel y los Maquis del Bosque. Quería hacer una reunión –el estaba dispuesto a trasladarse- para planificar una campaña de esclarecimiento a nivel de las bases, rompiendo con la política de silencio que estaba siguiendo casi todo el gobierno. El punto era que sin Manuel no había propuesta. Manuel debería ser la cara visible, por ser quien la opinión pública sospecha que oscuras voluntades han estado ocultando.
-Podés hacer carrera política! –dijo Pepponne mirando a Manuel cuando le explicaban la propuesta. Y lo dijo en una risa cómplice que se puso para la ocasión, prestada de la idiotes general que aconseja no desaprovechar ninguna oportunidad de sacar provecho de lo que sea. Claro que al comprender la metida de pata quiso sacarla con la enorme torpeza que fue reírse exageradamente viniendo a decir ahora, que por supuesto no podía pensarse cosa más ridícula que querer transformar a Manuel en un político. No conforme con eso y aún todo colorado terminó:
-No, en serio que no son todos sinvergüenzas!
Cholo estaba de acuerdo y Giorgionne, los demás dudaban, necesitaban un tiempo para pensarlo.
De todas maneras desde el fondo de la galería ya estaban viendo como marchaban de cabeza alta Trum y Porum hacia ellos…
(Esta es una historia continuada. Sería aconsejable leerla desde el post n. 1)
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220: ¿Manuel Político?
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