Cuando las cosas no tienen explicación posible más vale no buscársela. No puede tener explicación que un par de humanos jóvenes caiga sobre una cama y se queden ahí tiesos sin comer ni beber por un par de meses, a lo menos, dejando que muchos pensasen que se habían muerto, es decir desertado del juego que a todos nos entretiene.
Por eso no le busquemos explicación.
Digamos oportunamente que de pronto, en algún momento futuro con respecto a aquél pasado, Manuel, aún sobre la misma cama, abrió sus ojos al techo de la misma habitación. El mismo techo que ahora, en paralelo, comenzaba a contemplar Magdalena, quien acababa también de abrir los ojos.
No se dijeron nada entre ellos, como si eso de dormir dos mese fuera algo de todos los días. Simplemente buscaron a cada uno de los lados de la cama, el correspondiente par de championes en el suelo. Se los calzaron y juntos salieron acordadamente hasta el frente de la casa.
Parecía ser la tarde de un día caluroso, tal vez de Diciembre. Una suave brisa potabilizaba el calor con sus soplos desde el oeste. Altas nubes reflejaban los rayos del sol desde el este y tras los árboles del bosquecito, el Río de la Plata humectaba un poco el aire... Se podía adivinar.
-Yo soy Manuel, un simple jardinero de Lagomar- dijo Manuel mirando hacia el sur -, al que le han ocurrido muchas cosas... como a cualquiera le ocurren- agregó.
Magdalena sonrió mirando también al frente, no por encontrarse en algún trance hipnótico, ni sumergida en ningún grado de estupidez, sino, tal vez, por estar comprendiendo la profunda verdad que contenían aquellas pocas palabras.
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jueves, diciembre 13, 2012
S/N 2
ATENCIÓN ATENCIÓN
EN
CONTRA
DE
TODO
PRONÓSTICO
ACABAMOS DE RECIBIR UN ARCHIVO
BAJO EL TÍTULO DE
LAS
...
.
BOLAS DE MANUEL
917
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domingo, noviembre 11, 2012
S/N 1
Todavía estamos aquí esperando alguna definición definitiva sin que ninguno de nuestros canales de comunicación de señales de vida No nos hemos retirado porque qué podríamos hacer nosotros, consumados escribas de ideas ajenas, que no fuera seguirlas escribiendo. La teletipo está muerta, también el fax y no menos el canal de oscilaciones de spín cuántico. Es más, estamos empezando a preocuparnos por nuestra situación, nuestra realidad, nuestro significado, en fin. Porque, nos preguntamos, qué viene a ser un escriba cuando no escribe? Un bailarín que no baila? Un ser vivo que no vive... porque quién no respira ese viento caliente que quema a veces las narinas y no siente de vez en cuando latir las venas en las sienes y gotear el sudor desde su frente poco antes de relajar los miembros desnudos sobre las sábanas amables... es decir...
Me dirán que nos hemos ido al carajo, y tal vez tengan razón, pero... nuestra razón de ser ha sido, al menos eso creíamos, transcribir un cúmulo de datos multifacéticos que nos llegaban de un modo harto bizarro, en una historia coherente y simpática al alcance de cualquier mente coherente y simpática. Esa era nuestra pasión y nuestra vida, así como nuestro salario. Hoy estamos en el paro.
¿Sería demasiado pedir que alguno de ustedes nos sugiriera a qué dedicarnos en el futuro?
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sábado, agosto 11, 2012
916. LOS EDITORES
Pero el autor de este relato sigue siendo para nosotros un desconcido. Cierto que todo se ha publicado bajo la firma de Bosco, pero Bosco no es ni ha sido más que un personaje de esta historia, como bien lo ha comprendido Manuel. El autor no pertenece a este mundo. Se ha comunicado con nosotros por medio de enlaces de la red que nos ha conducido con cierta imprecisión a veces, a los canales por los que nos han llegado las imágenes, casi siempre, o los magros textos que debíamos redondear y corregir antes de publicar.
Nuestro trabajo siempre ha sido así. Por eso, al cortarse el envío de datos, hemos quedado sin trabajo. Han sido 6 largos años.
Sólo nos resta saludarles con todo el cariño que a lo largo de este tiempo ustedes han sabido ganarse, porque... Verdad que son muy buena gente?
Eso creemos.
ABUR
PD. Nos resta un pedido. Que todos y cada uno de ustedes nos haga llegar algún comentario sobre lo que le ha parecido esta historia. Será una buena lectura para estas vacaciones que comienzan.
ABUR, ABUR
LOS EDITORES
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Nuestro trabajo siempre ha sido así. Por eso, al cortarse el envío de datos, hemos quedado sin trabajo. Han sido 6 largos años.
Sólo nos resta saludarles con todo el cariño que a lo largo de este tiempo ustedes han sabido ganarse, porque... Verdad que son muy buena gente?
Eso creemos.
ABUR
PD. Nos resta un pedido. Que todos y cada uno de ustedes nos haga llegar algún comentario sobre lo que le ha parecido esta historia. Será una buena lectura para estas vacaciones que comienzan.
ABUR, ABUR
LOS EDITORES
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martes, agosto 07, 2012
915. HIPER-REAL
Qué pregunta más tonta!
¿Es que acaso no ha quedado claro el paralelismo establecido entre el acto de leer en este mundo y el de hacerlo por parte de un habitante de los mundos superiores?
A ver... Veamos... ¿Cuando estamos profundamente sumergidos en la lectura de un libro, somos a un tiempo concientes del la fecha de nuestro cumpleaños? Del nombre de la maestra del nene, o de toda la montaña de datos biográficos y de olvidos voluntarios que en conjunto constituyen de algún modo nuestra identidad? No, a no ser que la lectura ya nos tenga podridos y sólo persistiéramos deslizando la vista sobre los tipos por pura boludez. Todo el placer de la lectura está en olvidarnos de nosotros mismos dejándonos llevar por la historia del personaje, vivir sus vivencias, sufrir sus desgracias y robarle sus puros placeres, sin correr riesgos... Podemos identificarnos sin problemas con los más abyectos personajes, aquellos que hacen lo que nosotros jamás nos atreveríamos. O los más admirables o inteligentes, de esos a los que jamás invitaríamos a una partida de ajedrez Podemos llenar trincheras con nuestra sangre sin dejar de agonizar hasta que lleguen los rescatistas. Gozamos de tanto sexo como jamás podríamos soportar y pasamos hambre y sed o lujuria o tedio, iracundia e histeria, miedo o esplendor... Todo, olvidándonos de nosotros mismos.
¿Y acaso el Dios o semidiós, o lo que sea, que desde la altura de su mundo multidimensional se dispone a vivenciar (leer en nuestro caso) esta historia (si le interesa al menos) se va a poner a pensar en sus problemas cotidianos en vez de aprovechar para leernos completamente y sentir ser nosotros?
El problema está en darnos cuenta que ese lector que nos lee, somos nosotros. Nos hemos identificado con este personaje que creemos ser. Estamos poniendo toda nuestra emotividad dentro de sus frías letras de molde, mejor dicho...
Claro que nadie nos escribió con letras negras sobre papel blanco. Ni nos dibujó en tarjetas iguales que al hacerlas pasar velozmente den la ilusión del movimiento. Ni nos filmó en tercera dimensión con música envolvente, ni...Todas esas cosas pertenecen al simple mundo en que viven los personajes de las historias que nosotros como personajes de los otros mundos leemos. Nuestra historia está siendo escrita con esos elementos que llamamos la realidad. El tipo que nos escribe ha de tener a su disposición, no una máquina de escribir tipo Smith Corona, ni una computadora súper sport, sino una especie de híper-real procesadora de realidades
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¿Es que acaso no ha quedado claro el paralelismo establecido entre el acto de leer en este mundo y el de hacerlo por parte de un habitante de los mundos superiores?
A ver... Veamos... ¿Cuando estamos profundamente sumergidos en la lectura de un libro, somos a un tiempo concientes del la fecha de nuestro cumpleaños? Del nombre de la maestra del nene, o de toda la montaña de datos biográficos y de olvidos voluntarios que en conjunto constituyen de algún modo nuestra identidad? No, a no ser que la lectura ya nos tenga podridos y sólo persistiéramos deslizando la vista sobre los tipos por pura boludez. Todo el placer de la lectura está en olvidarnos de nosotros mismos dejándonos llevar por la historia del personaje, vivir sus vivencias, sufrir sus desgracias y robarle sus puros placeres, sin correr riesgos... Podemos identificarnos sin problemas con los más abyectos personajes, aquellos que hacen lo que nosotros jamás nos atreveríamos. O los más admirables o inteligentes, de esos a los que jamás invitaríamos a una partida de ajedrez Podemos llenar trincheras con nuestra sangre sin dejar de agonizar hasta que lleguen los rescatistas. Gozamos de tanto sexo como jamás podríamos soportar y pasamos hambre y sed o lujuria o tedio, iracundia e histeria, miedo o esplendor... Todo, olvidándonos de nosotros mismos.
¿Y acaso el Dios o semidiós, o lo que sea, que desde la altura de su mundo multidimensional se dispone a vivenciar (leer en nuestro caso) esta historia (si le interesa al menos) se va a poner a pensar en sus problemas cotidianos en vez de aprovechar para leernos completamente y sentir ser nosotros?
El problema está en darnos cuenta que ese lector que nos lee, somos nosotros. Nos hemos identificado con este personaje que creemos ser. Estamos poniendo toda nuestra emotividad dentro de sus frías letras de molde, mejor dicho...
Claro que nadie nos escribió con letras negras sobre papel blanco. Ni nos dibujó en tarjetas iguales que al hacerlas pasar velozmente den la ilusión del movimiento. Ni nos filmó en tercera dimensión con música envolvente, ni...Todas esas cosas pertenecen al simple mundo en que viven los personajes de las historias que nosotros como personajes de los otros mundos leemos. Nuestra historia está siendo escrita con esos elementos que llamamos la realidad. El tipo que nos escribe ha de tener a su disposición, no una máquina de escribir tipo Smith Corona, ni una computadora súper sport, sino una especie de híper-real procesadora de realidades
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jueves, julio 26, 2012
914. Pero Además
Pero además...
...nuestras emociones no serían nuestras! Serían... del Espectador. Ese sujeto misterioso que tal vez ha pagado una suma importante de dinero para poder disfrutar viendo y sintiendo por todos los poros como que es uno mismo con nosotros, es decir nuestro personaje... y nosotros vendríamos a ser él... porque suyas son las emociones que sentimos... mejor dicho somos nosotros, el Espectador, quien se emociona identificándose con el personaje que creíamos ser.. El personaje está pergeñado en la obra. Nosotros le hemos llenado de vida.
Y sin embargo...por cuál razón sabemos tanto sobre nuestro personaje y nada sobre nosotros mismos. Sólo sabemos aquello que hemos recogido del libro o de la obra esa multiforme...
-Será porque estamos demasiado concentrados?
-O porque recordar quienes somos nos quitaría gran parte del placer de la lectura?
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...nuestras emociones no serían nuestras! Serían... del Espectador. Ese sujeto misterioso que tal vez ha pagado una suma importante de dinero para poder disfrutar viendo y sintiendo por todos los poros como que es uno mismo con nosotros, es decir nuestro personaje... y nosotros vendríamos a ser él... porque suyas son las emociones que sentimos... mejor dicho somos nosotros, el Espectador, quien se emociona identificándose con el personaje que creíamos ser.. El personaje está pergeñado en la obra. Nosotros le hemos llenado de vida.
Y sin embargo...por cuál razón sabemos tanto sobre nuestro personaje y nada sobre nosotros mismos. Sólo sabemos aquello que hemos recogido del libro o de la obra esa multiforme...
-Será porque estamos demasiado concentrados?
-O porque recordar quienes somos nos quitaría gran parte del placer de la lectura?
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913. Anónimo Caballero
Hay un viejo libro titulado Planilandia en el que su autor nos enseña a razonar sobre cómo veríamos la realidad si fuéramos planilandeses, es decir habitantes de un mundo que sólo tiene dos dimensiones espaciales. Largo y ancho. Los árboles allí tienen dos dimensiones, son planos. Las casas no tienen techo ni lo necesitan, porque arriba y abajo no hay nada. No hay arriba ni abajo, sólo ancho y largo.
El autor nos enseña a razónar cuando un portento ocurre en Planilandia. una esfera que viene desde el universo de muchas dimensiones (que rodea a Planilandia), commienza a atravezar su plano. Que comenzaría apareciendo un punto que pronto se transforma en un círculo que va creciendo y que después... ¿Captan la idea, no es así?
Si ya leyeron el libro o sus comentaristas sabrán que luego de razonar un cambio de dimensiones nos hacemos más capaces de razonar otro cambio mayor.
También el tema del autor lo podemos razonar comenzando con una realidad simplificada. La nuestra de todos los días. Pongamos que tomamos un libro y comenzamos a leer. Es una historia donde un personaje llamado Manuel va pasando por distintas peripecias. A poco de continuar la lectura tenemos los primeros relámpagos de emoción. Nos resulta simpático el personaje, por momentos comenzamos a identificarnos con él. ¿Quién no tiene escondido el sentimiento de ser demasiado torpe, irresponsable, o simplemente desordenado? O pongamos cualquier otro conjunto de virtudes y defectos que cualquiera puede encontrar en casi cualquier otra persona. En los personajes, cuando se produce la magia de la identificación, encontraremos siempre un espejo en que mirarnos para intentar perdonarnos y hasta si fuera posible amarnos. Entonces el personaje cobra vida, se vuelve real. Nosotros le damos vida dentro de la nuestra y le prestamos sentimientos y emociones mucho más allá de las que pueda mencionar su autor. Sufrimos con él pero sufrimos con nosotros. El autor a marcado algunas pautas pero quienes le hemos dado vida al personaje hemos sido nosotros. Carne de nuestra carne y sangre de nuestra sangre.
Al pobre autor no le ha quedado otro camino que seducirnos. Esa es su arte. Convencernos de que el personaje puede tener algo que decirnos, algo importante, o divertido, o enternecedor. Invitarnos a un baile cuando ya la música suena. Si aceptamos el corazón del personaje comienza a latir. Su piel a exhalar aromas de ser vivo. Su voz sueña familiar a nuestros oídos. Hemos sido seducidos. Lo logramos.
Pero mirando todo eso desde un plano más arriba vemos que el autor es ahora un personaje más. Tanto como el personaje mismo o el que antes hacía de lector, o sea nosotros. Nosotros somos ahora un personaje. Un personaje que lee un libro y presta sus emociones al personaje de su simpatía, uno de los que otro personaje, el autor, a descrito en aspecto y conducta dentro de lo que sabe hacer mediante unas cuantas palabras y signos de puntuación...
Pero si nosotros fuéramos otro personaje, sería porque alguien es nuestro autor. Alguien que nos ha imaginado y ha podido imaginar cada uno de los segundos que componen nuestras vidas, con todos los detalles de lo que nos rodea, sean temperaturas, o sonidos o plaguicidas agrícolas... No sólo eso. Si somos personaje tendremos no sólo autor sino también lector o espectador. Alguien que ha sido seducido por nuestro autor para que nos preste atención y participe de la experiencia multisensorial de sentirse adentro nuestro, y por eso dentro de nuestra historia.
Será un autor que escribe no con palabras sino con atmósferas veraniegas y encrucijadas vitales para que nuestra humanidad, inventada por él con carne y con sangre, llene de deleite estético, o de cualquier otro tipo, a ese anónimo caballero que nos está haciendo sentir que estamos vivos.
Nuestra vida entera, sería su lectura y diversión. Nuestra muerte la página final de otra historia
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El autor nos enseña a razónar cuando un portento ocurre en Planilandia. una esfera que viene desde el universo de muchas dimensiones (que rodea a Planilandia), commienza a atravezar su plano. Que comenzaría apareciendo un punto que pronto se transforma en un círculo que va creciendo y que después... ¿Captan la idea, no es así?
Si ya leyeron el libro o sus comentaristas sabrán que luego de razonar un cambio de dimensiones nos hacemos más capaces de razonar otro cambio mayor.
También el tema del autor lo podemos razonar comenzando con una realidad simplificada. La nuestra de todos los días. Pongamos que tomamos un libro y comenzamos a leer. Es una historia donde un personaje llamado Manuel va pasando por distintas peripecias. A poco de continuar la lectura tenemos los primeros relámpagos de emoción. Nos resulta simpático el personaje, por momentos comenzamos a identificarnos con él. ¿Quién no tiene escondido el sentimiento de ser demasiado torpe, irresponsable, o simplemente desordenado? O pongamos cualquier otro conjunto de virtudes y defectos que cualquiera puede encontrar en casi cualquier otra persona. En los personajes, cuando se produce la magia de la identificación, encontraremos siempre un espejo en que mirarnos para intentar perdonarnos y hasta si fuera posible amarnos. Entonces el personaje cobra vida, se vuelve real. Nosotros le damos vida dentro de la nuestra y le prestamos sentimientos y emociones mucho más allá de las que pueda mencionar su autor. Sufrimos con él pero sufrimos con nosotros. El autor a marcado algunas pautas pero quienes le hemos dado vida al personaje hemos sido nosotros. Carne de nuestra carne y sangre de nuestra sangre.
Al pobre autor no le ha quedado otro camino que seducirnos. Esa es su arte. Convencernos de que el personaje puede tener algo que decirnos, algo importante, o divertido, o enternecedor. Invitarnos a un baile cuando ya la música suena. Si aceptamos el corazón del personaje comienza a latir. Su piel a exhalar aromas de ser vivo. Su voz sueña familiar a nuestros oídos. Hemos sido seducidos. Lo logramos.
Pero mirando todo eso desde un plano más arriba vemos que el autor es ahora un personaje más. Tanto como el personaje mismo o el que antes hacía de lector, o sea nosotros. Nosotros somos ahora un personaje. Un personaje que lee un libro y presta sus emociones al personaje de su simpatía, uno de los que otro personaje, el autor, a descrito en aspecto y conducta dentro de lo que sabe hacer mediante unas cuantas palabras y signos de puntuación...
Pero si nosotros fuéramos otro personaje, sería porque alguien es nuestro autor. Alguien que nos ha imaginado y ha podido imaginar cada uno de los segundos que componen nuestras vidas, con todos los detalles de lo que nos rodea, sean temperaturas, o sonidos o plaguicidas agrícolas... No sólo eso. Si somos personaje tendremos no sólo autor sino también lector o espectador. Alguien que ha sido seducido por nuestro autor para que nos preste atención y participe de la experiencia multisensorial de sentirse adentro nuestro, y por eso dentro de nuestra historia.
Será un autor que escribe no con palabras sino con atmósferas veraniegas y encrucijadas vitales para que nuestra humanidad, inventada por él con carne y con sangre, llene de deleite estético, o de cualquier otro tipo, a ese anónimo caballero que nos está haciendo sentir que estamos vivos.
Nuestra vida entera, sería su lectura y diversión. Nuestra muerte la página final de otra historia
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miércoles, julio 25, 2012
912. El Mundo de Nunca Jamás
Títeres de madera o de materiales entrelazados cuánticos, tanto da. Que no llamamos a las cosas más que de la manera que aprendimos a llamarles y a comprenderles en la infancia. Más o menos, aunque le agreguemos palabras bonitas o rimbombantes o fórmulas matemáticas
No sólo es cierto que toda tecnología extremadamente avanzada nos resultaría indistinguible de la magia. También que toda cultura es una interpretación mágica de la existencia. La nuestra nos programa para ver y sentir lo que debemos sentir, más allá de pequeños porcentajes de oscilación azarosa.
Ahora muchos entenderán que Manuel con Magdalena se mueren inertes sobre aquella cama. En las penumbras de la madrugada. Cuando falta aun para que aparezca el sol.
O entenderán que se han ido en un vuelo no programado para las otras dimensiones, como Peter Pan a su mundo de Nunca Jamás.
O Tal vez que su autor o sus autores, por fin se han cansado de darle vueltas a las tres ideas que tuvieron desde un principio.
O que...
Pero nada de eso es cierto.
Al menos eso nos parece.
Más bien que la muerte, incompresible señora, no deja huellas sobre un un camino de niebla, Ni ahorca gallinas literarias, para derramar después las sangres en conjuros malditos, inoportunos.
Por otra parte, de haberse ido ellos a otro conjunto de dimensiones, ya habríamos recibido noticias.
(No damos fe de que realmente exista el mundo de Nunca Jamás)
Por último el espinoso tema del o los autores...
Comencemos por el principio:
...
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No sólo es cierto que toda tecnología extremadamente avanzada nos resultaría indistinguible de la magia. También que toda cultura es una interpretación mágica de la existencia. La nuestra nos programa para ver y sentir lo que debemos sentir, más allá de pequeños porcentajes de oscilación azarosa.
Ahora muchos entenderán que Manuel con Magdalena se mueren inertes sobre aquella cama. En las penumbras de la madrugada. Cuando falta aun para que aparezca el sol.
O entenderán que se han ido en un vuelo no programado para las otras dimensiones, como Peter Pan a su mundo de Nunca Jamás.
O Tal vez que su autor o sus autores, por fin se han cansado de darle vueltas a las tres ideas que tuvieron desde un principio.
O que...
Pero nada de eso es cierto.
Al menos eso nos parece.
Más bien que la muerte, incompresible señora, no deja huellas sobre un un camino de niebla, Ni ahorca gallinas literarias, para derramar después las sangres en conjuros malditos, inoportunos.
Por otra parte, de haberse ido ellos a otro conjunto de dimensiones, ya habríamos recibido noticias.
(No damos fe de que realmente exista el mundo de Nunca Jamás)
Por último el espinoso tema del o los autores...
Comencemos por el principio:
...
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viernes, julio 20, 2012
911. ¿Qué es El Espacio?
Luego se durmieron. Entrelazados y tibios. Con los miembros flojos flotando a la deriva en el mundo de los sueños que les fue llevando ora juntos ora separados por las ondas de ese océano siempre ignoto. País sin tiempo ni lógica donde lo claro es oscuro y todo misterio se ilumina. El sueño. Esa historia fuera de libreto y fuera del espacio. O en otro espacio. Paralelo, digamos. Sin escandalizar a nadie. O sin quererlo hacer. Porque a veces se hace difícil evitar el escándalo de decir que las cosas son como son y no como quería tu tía abuela, o el cura del pueblo, o la maestra o el sentido común.
Toda vez que sucede algo es algo extraordinario. Por qué habríamos de callarlo? Simplemente porque no lo comprendemos? No es suficiente motivo. Casi todas las cosas de las que hablamos están más allá de nuestra comprensión.
¿O acaso serías capaz de explicarme qué es el espacio usando sólo palabras previamente entendidas de común acuerdo?
Y sin hacer trampas tipo "El espacio es el lugar en el que estamos", porque si te pregunto que significa lugar me vas a decir que es un determinado trozo de espacio.
Como dos títeres de madera tarde, luego de la función
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domingo, julio 15, 2012
910. Natillas con miel
Natillas con miel.A veces nos contentamos con tan poco y a a veces... nos cae del cielo una catarata de contento tal que parece que no puede caber en nuestro pobre corazón. Así ocurre cuando comprobamos que podemos estar absolutamente solos con otra persona, hablando o en silencio, sin sufrir ninguna tensión ni sed, ni escalofríos ni nada. Satisfechos ambos, de haberse encontrado.
Poca información tenemos de la infancia de estos chicos, pero sabemos de varias fuentes que se criaron más en la calle que en sus casas. Pandillas callejeras, en general pacíficas, de diversión cotidiana. Y que ellos, muy jóvenes, solían tener relaciones sexuales. Claro que nuestras fuentes no suelen ser imparciales, por eso agregan muchas valoraciones negativas a todo lo anterior, que nosotros separamos lo mejor posible. En concreto parecen ser el caso entre mil de un amor tan duradero en juventud.
Porque ellos se encontraron. Se reconocieron entre muchas caras en movimiento. Puedo confiar en esa persona. Sí,puedo. Era algo natural. Un olfato, que se tiene para algunas cosas. Y no les falló, como a muchos que creen tenerlo y no lo tienen. Los que se aferran a una fe ciega aunque las evidencias estén todas en contra.Ellos no teorizaban el amor. No se decían poemas de amor enamorado, pero se miraban de una manera total.
Se encontraron jugando debajo de unas ramas cortadas por un vecino y que ellos habían tomado como improvisado campamento una tardecita de otoño. Ja ja.
Pero qué tensión cuando comprendieron que aquello que sentían ambos desde hacía tiempo, el uno por el otro, les había conducido inexorablemente a la actual situación, aunque ninguno lo hubiese imaginado. Aunque lo hayan imaginado, por supuesto, una y mil veces. Pero no se lo habían imaginado así, tan completo a pesar del apuro entre las ramas y los gritos de los otros que venían acercándose.
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Poca información tenemos de la infancia de estos chicos, pero sabemos de varias fuentes que se criaron más en la calle que en sus casas. Pandillas callejeras, en general pacíficas, de diversión cotidiana. Y que ellos, muy jóvenes, solían tener relaciones sexuales. Claro que nuestras fuentes no suelen ser imparciales, por eso agregan muchas valoraciones negativas a todo lo anterior, que nosotros separamos lo mejor posible. En concreto parecen ser el caso entre mil de un amor tan duradero en juventud.
Porque ellos se encontraron. Se reconocieron entre muchas caras en movimiento. Puedo confiar en esa persona. Sí,puedo. Era algo natural. Un olfato, que se tiene para algunas cosas. Y no les falló, como a muchos que creen tenerlo y no lo tienen. Los que se aferran a una fe ciega aunque las evidencias estén todas en contra.Ellos no teorizaban el amor. No se decían poemas de amor enamorado, pero se miraban de una manera total.
Se encontraron jugando debajo de unas ramas cortadas por un vecino y que ellos habían tomado como improvisado campamento una tardecita de otoño. Ja ja.
Pero qué tensión cuando comprendieron que aquello que sentían ambos desde hacía tiempo, el uno por el otro, les había conducido inexorablemente a la actual situación, aunque ninguno lo hubiese imaginado. Aunque lo hayan imaginado, por supuesto, una y mil veces. Pero no se lo habían imaginado así, tan completo a pesar del apuro entre las ramas y los gritos de los otros que venían acercándose.
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miércoles, julio 11, 2012
909. Dejame dormir
Ahora Magda negaba terminantemente haber estado en la casa de Ernesto Federico. Enfurruñada y abrazando su almohada como si fuese ella misma niña pequeña, en un ataque de celos.
-Dejame dormir.
Pero es que Manuel necesitaba saber si lo que recordaba de la noche anterior había sido seguido por cosas que no recordaba, como la liberación exitosa de Dengue 2, y por supuesto, el previo correcto funcionamiento del Sintonizador de Dimensiones, sin el cual nada hubiese sido posible...
-Pero flaca, tenés que contestarme algunas preguntas!
Y eso la sacó a la flaca. La sacó de sus cabales, por primera vez en lo que va de este relato. Nunca antes Magdalena Epicurea González, que así se llamaba y se ha de seguir llamando, la muchacha, había protagonizado ataque de histeria tal. Se levantó desnuda sobre sus rodillas, perturbadoramente bella y lanzando llamas de pasión descontrolada para increpar por la ausencia de su amado en el lecho y en el hogar, por tanto tiempo, sin siquiera haber llevado el teléfono, como siempre, para comunicarse, por lo menos.
-Flaquita no te enojés...
Lo que contestó Magdalena no se pudo comprender, pero fue muy breve, algo así como un eructo medio largo terminado en a acentuada. Su cabeza se perdió debajo de la almohada y Manuel quedó inmóvil al borde de la cama, con una rodilla sobre el colchón y la boca apretada para no volver a hablar.
Se tiró de nuevo sobre el colchón mirando el techo. Hizo varias respiraciones profundas y ya casi se dormía cuando sintió llegar una caricia a lo largo de su brazo.
-Perdoname, flaquito.
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-Dejame dormir.
Pero es que Manuel necesitaba saber si lo que recordaba de la noche anterior había sido seguido por cosas que no recordaba, como la liberación exitosa de Dengue 2, y por supuesto, el previo correcto funcionamiento del Sintonizador de Dimensiones, sin el cual nada hubiese sido posible...
-Pero flaca, tenés que contestarme algunas preguntas!
Y eso la sacó a la flaca. La sacó de sus cabales, por primera vez en lo que va de este relato. Nunca antes Magdalena Epicurea González, que así se llamaba y se ha de seguir llamando, la muchacha, había protagonizado ataque de histeria tal. Se levantó desnuda sobre sus rodillas, perturbadoramente bella y lanzando llamas de pasión descontrolada para increpar por la ausencia de su amado en el lecho y en el hogar, por tanto tiempo, sin siquiera haber llevado el teléfono, como siempre, para comunicarse, por lo menos.
-Flaquita no te enojés...
Lo que contestó Magdalena no se pudo comprender, pero fue muy breve, algo así como un eructo medio largo terminado en a acentuada. Su cabeza se perdió debajo de la almohada y Manuel quedó inmóvil al borde de la cama, con una rodilla sobre el colchón y la boca apretada para no volver a hablar.
Se tiró de nuevo sobre el colchón mirando el techo. Hizo varias respiraciones profundas y ya casi se dormía cuando sintió llegar una caricia a lo largo de su brazo.
-Perdoname, flaquito.
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jueves, julio 05, 2012
908. 3 x 6 = 7
De pronto ya estaban fijando la primera cuerda con la segunda y enseguida la tercera. Ante un coro de ojos circulares tensaron el primer triángulo y lo elevaron como si sostuviera una vela, tan perfecto se veía,. Pero lo dejaron a un lado y armaron en un santiamén el segundo. El tercero... y así hasta el sexto.
Momento de gloria fue juntarlos. Porque eran concientes de que a partir de la unión de los triángulos se comenzaba a transitar por los senderos de la magia. No eran tontos para pensar que tamaño portento pudiera ser un producto inocente de las leyes de la física. Que las cuerdas comenzaran a adquirir tensión como lo estaban haciendo a ojos vista de un montón personas y que ahora las dos uniones de tres triángulos parecieran buscarse para unirse en los puntos adecuados... Je je. ¡Pero era lo que estaba ocurriendo!
Se produjo el acople y un rumor se fue levantando desde los testigos y luego, enseguida contestado por las propias cuerdas que ahora ya zumbaban como moscardones desafinados. Experiencia sin dudas desgarrante para cualquiera que estuviese escuchando simultáneamente nueve cuerdas que no logran aun ponerse en armonía. Parecía que se te estaban retorciendo las tripas, que se te corría un oído para arriba mientras el otro se te ponía visco. Y las muelas. ¡Ay las muelas!
Hasta que los desgarrantes chirridos se convirtieron en suave y casi inaudible melodía.
Falta la décima cuerda. La más tramposa.
Porque salía de la unión triple de más a la derecha y debía llegar hasta su equivalente de las izquierda, pero no antes de cruzarse con cada una de las otras nueve, sin rosarlas. Otra locura,
Pero fue como si la cuerda supiera por donde debía pasar para colocarse perfectamente tensa y recta pero al mismo tiempo enlazando cada una de las otras!
Según como se mirara. Porque mirando la cuerda, la cuerda estaba tensa y recta. Pero mirando a las otras se veían cada uno de los nueve entrecruzamientos con la ella.
Por el momento Manuel se lo estaba tomando con filosofía, es decir tratando de zafar de los razonamientos complicados,. ¡Total! No dudaba de que fuera todo real, aunque bajo otras leyes naturales. En eso estaba, de veras satisfecho por el éxito alcanzado, cuando comenzó a ser conciente de que la tibieza que sentía en la mitad izquierda de su cara no se debía a que llegaran de ese lado radiaciones provenientes de algún fuego. Se debía a su propio calor acumulado sobre la almohada. Porque.. se estaba despertando en su casa. En su dormitorio lleno de silencio y penumbra, junto a la flaca.
Tal vez durmiendo se había olvidado del resto de los hechos. Porque no recordaba más nada después del momento en que la décima cuerda llego a afinarse por sí misma. Sólo que había comenzado a sentir esa tibieza del lado de la almohada.
¿Y con Dengue qué habría pasado?
(con los dos)
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Momento de gloria fue juntarlos. Porque eran concientes de que a partir de la unión de los triángulos se comenzaba a transitar por los senderos de la magia. No eran tontos para pensar que tamaño portento pudiera ser un producto inocente de las leyes de la física. Que las cuerdas comenzaran a adquirir tensión como lo estaban haciendo a ojos vista de un montón personas y que ahora las dos uniones de tres triángulos parecieran buscarse para unirse en los puntos adecuados... Je je. ¡Pero era lo que estaba ocurriendo!
Se produjo el acople y un rumor se fue levantando desde los testigos y luego, enseguida contestado por las propias cuerdas que ahora ya zumbaban como moscardones desafinados. Experiencia sin dudas desgarrante para cualquiera que estuviese escuchando simultáneamente nueve cuerdas que no logran aun ponerse en armonía. Parecía que se te estaban retorciendo las tripas, que se te corría un oído para arriba mientras el otro se te ponía visco. Y las muelas. ¡Ay las muelas!
Hasta que los desgarrantes chirridos se convirtieron en suave y casi inaudible melodía.
Falta la décima cuerda. La más tramposa.
Porque salía de la unión triple de más a la derecha y debía llegar hasta su equivalente de las izquierda, pero no antes de cruzarse con cada una de las otras nueve, sin rosarlas. Otra locura,
Pero fue como si la cuerda supiera por donde debía pasar para colocarse perfectamente tensa y recta pero al mismo tiempo enlazando cada una de las otras!
Según como se mirara. Porque mirando la cuerda, la cuerda estaba tensa y recta. Pero mirando a las otras se veían cada uno de los nueve entrecruzamientos con la ella.
Por el momento Manuel se lo estaba tomando con filosofía, es decir tratando de zafar de los razonamientos complicados,. ¡Total! No dudaba de que fuera todo real, aunque bajo otras leyes naturales. En eso estaba, de veras satisfecho por el éxito alcanzado, cuando comenzó a ser conciente de que la tibieza que sentía en la mitad izquierda de su cara no se debía a que llegaran de ese lado radiaciones provenientes de algún fuego. Se debía a su propio calor acumulado sobre la almohada. Porque.. se estaba despertando en su casa. En su dormitorio lleno de silencio y penumbra, junto a la flaca.
Tal vez durmiendo se había olvidado del resto de los hechos. Porque no recordaba más nada después del momento en que la décima cuerda llego a afinarse por sí misma. Sólo que había comenzado a sentir esa tibieza del lado de la almohada.
¿Y con Dengue qué habría pasado?
(con los dos)
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domingo, julio 01, 2012
907.AMALAYA
Y por segunda vez en esta historia hemos de contarles que aquel grupo heterogéneo de individuos desconectados en pocos minutos hubo se transformado en un enjambre de voluntades acordes, haya o no malicia en este fenómeno. Gente por lo general tozuda y discutidora que se pacifica y comienza a tener empatía con todos los que le rodean. Comprensión sin necesidad casi de palabras. Buenas maneras y buena onda.
Todos para afuera.
Espontáneamente se dividieron en grupos dividiendo las tareas que indicaban Manuel y Dengue. Medir y cortar los alambres., agregarles los terminales de unión y fijarlos de aquellos tensores que ya Ernesto había fijado del viejo riel que hacía las veces de topadero en la playa de estacionamiento. Otros iniciaban el corte sistemático de las botellas de plástico siguiendo la espiral natural que se produce cuando se intenta sacar una tira continua de un centímetro de ancho.
Por ahora no se iba a fabricar el engrudo ni se cortarían las revistas y diarios viejos. Solo fabricarían el corazón de una bola. El exótico corazón dotado de sus diez cuerdas capaces de vibrar en quien sabe cuantas dimensiones. Amalaya...
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Todos para afuera.
Espontáneamente se dividieron en grupos dividiendo las tareas que indicaban Manuel y Dengue. Medir y cortar los alambres., agregarles los terminales de unión y fijarlos de aquellos tensores que ya Ernesto había fijado del viejo riel que hacía las veces de topadero en la playa de estacionamiento. Otros iniciaban el corte sistemático de las botellas de plástico siguiendo la espiral natural que se produce cuando se intenta sacar una tira continua de un centímetro de ancho.
Por ahora no se iba a fabricar el engrudo ni se cortarían las revistas y diarios viejos. Solo fabricarían el corazón de una bola. El exótico corazón dotado de sus diez cuerdas capaces de vibrar en quien sabe cuantas dimensiones. Amalaya...
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viernes, junio 29, 2012
906. Sintonizador de dimensiones.
Al caer la noche sobre el cielo de El Bosque, allá por encima de los pinos, agotado el tiempo de un día demasiado complicado... Y por las calles de balastro el aire frío comenzando a dormirse en la horizontal. Cuando todos entraban y cerraban las puertas de sus casas, dejando solos a los enanitos del jardín con sus patéticas sonrisas... A esa hora que si fuera de verano los grillos adornarían o las luciérnagas, sin cobrar salario ni exigir cualquier suerte de prebenda...
Eran más de veinte las personas que habiendo salido y vuelto, o venido por invitación de esos primeros, o llegadas por casualidad, se encontraban reunidos y hablando todo el tiempo en la no tan espaciosa cocina de la casa de Ernesto de Oliveira. Estaban allí algunos de los socios de aquel ateneo metafísico al que fuera invitado Manuel un día, y que después deviniera en hermandad secreta, aunque Ernesto pareciera haberse olvidado de aquel secuestro y aquel rescate. Estaba también Yaka Zulu, quien nunca se había terminado de retirar. Magda con Ulyces, que había sido avisada por Julieta, quien había visto desde la calle, cuando el portalón aun no se cerraba, que Manuel y otros bajaban del auto del alcalde con Dengue hecho un ovillo por delante. Por supuesto Don Miguel, el único de los otros que se mostró contento de volver a encontrarse con Manuel. Y muchos más, no pocos de ellos amigos anarcos del Cholo.
Don Miguel se dirigió a todos , aprovechando el silencio respetuoso que había producido cuando se había puesto de pie en el centro de la reunión. Sin nombrar a nadie ni presentarse, ni decir, por supuesto eso de señoras y señores. Simplemente dijo que lo que Manuel y Dengue querían hacer, un aparato sintonizador de dimensiones, no era imposible... para un equipo de científicos dotados de toda la sofisticada tecnología.
-Sin embargo...- agregó, -Soy testigo de que el abuelo de este muchachito estuvo, hasta su muerte, trabajando mucho para producir algo similar. Soy testigo también de que los resultados que estaba obteniendo eran bastante impresionantes.
(enlace con el capítulo uno)
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Eran más de veinte las personas que habiendo salido y vuelto, o venido por invitación de esos primeros, o llegadas por casualidad, se encontraban reunidos y hablando todo el tiempo en la no tan espaciosa cocina de la casa de Ernesto de Oliveira. Estaban allí algunos de los socios de aquel ateneo metafísico al que fuera invitado Manuel un día, y que después deviniera en hermandad secreta, aunque Ernesto pareciera haberse olvidado de aquel secuestro y aquel rescate. Estaba también Yaka Zulu, quien nunca se había terminado de retirar. Magda con Ulyces, que había sido avisada por Julieta, quien había visto desde la calle, cuando el portalón aun no se cerraba, que Manuel y otros bajaban del auto del alcalde con Dengue hecho un ovillo por delante. Por supuesto Don Miguel, el único de los otros que se mostró contento de volver a encontrarse con Manuel. Y muchos más, no pocos de ellos amigos anarcos del Cholo.
Don Miguel se dirigió a todos , aprovechando el silencio respetuoso que había producido cuando se había puesto de pie en el centro de la reunión. Sin nombrar a nadie ni presentarse, ni decir, por supuesto eso de señoras y señores. Simplemente dijo que lo que Manuel y Dengue querían hacer, un aparato sintonizador de dimensiones, no era imposible... para un equipo de científicos dotados de toda la sofisticada tecnología.
-Sin embargo...- agregó, -Soy testigo de que el abuelo de este muchachito estuvo, hasta su muerte, trabajando mucho para producir algo similar. Soy testigo también de que los resultados que estaba obteniendo eran bastante impresionantes.
(enlace con el capítulo uno)
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miércoles, junio 27, 2012
905. Sanata
Lo cierto fue que durante buena parte de aquella tarde se la pasó tratando Manuel de explicarle a los otros el interés que tenía Dengue de que se fabricara este aparato generador, o mejor dicho, sintonizador de energías .
Sonaba a sanata lo que este muchacho jardinero decía sobre las frecuencias de vibración de cada una de las dimensiones en un lugar dado y las maneras prácticas de aprovecharlas enganchándose uno en aquellas que le pudieran servir.
Pero cuando Ernesto Federico comenzó a interesarse y a hacer preguntas que daban por válida la teoría al Alcalde no le quedó más que sentirse profundamente ignorante. Siempre había creído que esas cosas que se decían en las novelas de ciencia ficción eran apenas procedimientos oratorios para engañar la imaginación de quienes, como él, carecen de una buena formación científica. Ahora parecía resultar que el Universo estaba dispuesto a dejarse extraer energía... ¿Energía? O eso de lo que estaban hablando. Y que esa energía era de un tipo "comodín", que se puede usar tanto para un barrido como para un fregado. O sea tanto para volar, sin alas y sin motor, como para separar dos almas gemelas.
No solo eso. Ya le habían pedido colaboración y él, tontamente, la había prometido! Ahora mismo debería salir con su auto para traer el rollo de alambre que recordaba tener al fondo del garaje, 50 metros serían suficientes mientras los otros iban a por botellas de plástico. Parecía chiste.
Con todo a medio camino decidió bajar en la farmacia de Don Miguel. Don Miguel era muy respetado por sus amplios conocimientos en casi todos los temas a no ser el fútbol. Le trataría de hacer hablar sobre el amigo Ernesto. No fuera que el hombre estuviera perdiendo la cordura
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Sonaba a sanata lo que este muchacho jardinero decía sobre las frecuencias de vibración de cada una de las dimensiones en un lugar dado y las maneras prácticas de aprovecharlas enganchándose uno en aquellas que le pudieran servir.
Pero cuando Ernesto Federico comenzó a interesarse y a hacer preguntas que daban por válida la teoría al Alcalde no le quedó más que sentirse profundamente ignorante. Siempre había creído que esas cosas que se decían en las novelas de ciencia ficción eran apenas procedimientos oratorios para engañar la imaginación de quienes, como él, carecen de una buena formación científica. Ahora parecía resultar que el Universo estaba dispuesto a dejarse extraer energía... ¿Energía? O eso de lo que estaban hablando. Y que esa energía era de un tipo "comodín", que se puede usar tanto para un barrido como para un fregado. O sea tanto para volar, sin alas y sin motor, como para separar dos almas gemelas.
No solo eso. Ya le habían pedido colaboración y él, tontamente, la había prometido! Ahora mismo debería salir con su auto para traer el rollo de alambre que recordaba tener al fondo del garaje, 50 metros serían suficientes mientras los otros iban a por botellas de plástico. Parecía chiste.
Con todo a medio camino decidió bajar en la farmacia de Don Miguel. Don Miguel era muy respetado por sus amplios conocimientos en casi todos los temas a no ser el fútbol. Le trataría de hacer hablar sobre el amigo Ernesto. No fuera que el hombre estuviera perdiendo la cordura
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lunes, junio 25, 2012
904. Fe de erratas
Lamentamos tener que hacerlo. pero un mínimo de honestidad, que creemos tener, nos obliga a reconocer que acabamos de comprobar una grave incoherencia en el relato. En este relato.
Hemos cuidado hasta el mínimo detalle todos los aportes que nos llegan vía infinidad de canales diversos. Pueden creernos que controlamos y verificamos continuamente la verdadera identidad de nuestras fuentes, su consistencia y su densidad., aunque no sea del caso señalarlo.
Que no podamos todavía darlas a conocer no ha de ser entendido como el ocultamiento culposo de algo indebido. Más bien que el guardar todavía este secreto nos asegura que ustedes puedan valorar todo lo que les contamos, con un mínimo de ideas preconcebidas, o posturas esquemáticas.
En concreto es perfectamente posible que a partir del capítulo 891, El Apagón, hayamos estado conectados con otra historia de Manuel. Una que ocurre en algún otro mundo del Multiverso. Uno de los tantos mundos paralelos que están aquí mismo entre nosotros, como ya habrán entendido nuestros lectores, es decir vosotros. O al menos, sospechado. Vean si no como en el capítulo...835. Ominoso Futuro, Manuel conoce a Ernesto Federico de Oliveira e Zousa, es llevado hasta la finca "Los Dogones", etc, etc. Y ahora, en estos últimos capítulos se encuentra con el mismo Ernesto y se tratan como personas que nunca se han visto.
A Ernesto le sorprende que digan que viene gente que de otras dimensiones poco tiempo después de haberle contado a Manuel que están logrando recibir señales de esas otras dimensiones. Y varias cosas más.
Ahora bien. Cómo, dirán ustedes, se regula la sintonía del canal adecuado para dejarlo fijo en ese mundo durante todo el largo del relato.- Buena pregunta.
Que no sabríamos contestar.
Con estas cosas pasa lo que con tantas otras. Uno aprende con gran esfuerzo a andar en bicicleta, controla al segundo cada músculo para lograr con precisión todos los movimientos correctos, pero un día aprende a andar y ya más nunca vuelve a pensar en tales cosas.
No nos acordamos. Es más, no sabemos siquiera, si hubo alguna vez algún procedimiento determinado para lograr eso. O tal vez nunca nos ocupamos del problema. No nos pusimos a pensar en la posibilidad de que se enredaran los cables y por lo tanto, de buena fe, supusimos que la conexión era infalible.
Pero, -dirán ustedes- ha de haber algún registro que determine, las coordenadas multidimensionales que determinan de qué mundo estamos hablando. El mundo 1,34,5677777,0,42, por ejemplo, o el mundo 1,34,0,0,0. Se trata de cosas reales! Tiene que haber una manera de distinguir uno del otro, sin necesidad de esperar tres meses para ver qué diferencias aparecen en el relato.
Y es cierto. La ha de haber, pero nosotros... no la conocemos.
Es posible que no lo sepamos por haberlo olvidado, pero también porque nunca lo hayamos sabido...
Así que tendremos que hacer la vista gorda a alguna incoherencia y tratar de disfrutar de la historia.
Gracias.
martes, junio 19, 2012
903. La Décima Cuerda
El esquema del papel iba refrescando la memoria. Parecía exacto. Hasta el absurdo cruzamiento de la décima cuerda sin rosar las otras ni curvarse. Qué gracioso. ver una cosa imposible sabiendo uno que es sí posible, cuando agregamos una dimensión adicional, si nuestra vista o mejor nuestro cerebro fuera capaz de considerarlo posible. Porque si no...
Pero ahora veía que de alguna manera lo estaba viendo. No le parecía tan incomprensible que una línea recta parta del punto a rumbo al punto a prima pasando junto a las semirrectas nombradas b, b prima, c, c prima y así sucesivamente, hasta llegar a su destino, sin haber perdido un ápice de su rectitud ni de su naturalidad. Je je.
Otro motivo para reconsiderar el asunto de la permanencia. Estaba cansado de reprimir sus capacidades especiales. Que tal vez no fueran tan especiales, sino que por casualidad a él le habían tocado experiencias anormales para un habitante cualquiera de este mundo. No cualquiera tiene un abuelo genio y un padre heredero del trono de los mandingas. Le había tocado a él...Y por eso, como en la mayoría de las leyendas el personaje central puede empezar como mendigo harapiento pero terminará teniendo sangre aristocrática, vaya a saber por cual necesidad. Buenos, lindos, y ricos. Acentuándose en el final
-Me cago- pensó al llegar a esta altura. y ver que Dengue le entregada un par de hojas sin dejar de sonreirle.
Dengue 2 supo que a nadie le iban a quedar dudas sobre su verdadera identidad, así que agregó a la sonrisa, tal vez por medio de aquella manera de hacer brillar sus ojos, o por telepatía, algo distinto que significara que estaba casi exigiendo la ayuda inmediata para salir de aquel cuerpo prestado.
Los papeles llenos de dibujos que estaba entregando eran el compromiso...
Claro que una vez reunido con Manuel los planes de retorno inmediato estaban un poco en suspenso. Todavía no lograba entender cómo era que Manuel estaba en este mundo, debía preguntárselo y preguntarle también por qué se empeñaba en dar esa imagen de padre de familia conservador que no quiere cambiar de casa, acá, cuando allá es una persona tan necesaria y tan admirada. ¿Por qué se habría venido a esconder ?
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Pero ahora veía que de alguna manera lo estaba viendo. No le parecía tan incomprensible que una línea recta parta del punto a rumbo al punto a prima pasando junto a las semirrectas nombradas b, b prima, c, c prima y así sucesivamente, hasta llegar a su destino, sin haber perdido un ápice de su rectitud ni de su naturalidad. Je je.
Otro motivo para reconsiderar el asunto de la permanencia. Estaba cansado de reprimir sus capacidades especiales. Que tal vez no fueran tan especiales, sino que por casualidad a él le habían tocado experiencias anormales para un habitante cualquiera de este mundo. No cualquiera tiene un abuelo genio y un padre heredero del trono de los mandingas. Le había tocado a él...Y por eso, como en la mayoría de las leyendas el personaje central puede empezar como mendigo harapiento pero terminará teniendo sangre aristocrática, vaya a saber por cual necesidad. Buenos, lindos, y ricos. Acentuándose en el final
-Me cago- pensó al llegar a esta altura. y ver que Dengue le entregada un par de hojas sin dejar de sonreirle.
Dengue 2 supo que a nadie le iban a quedar dudas sobre su verdadera identidad, así que agregó a la sonrisa, tal vez por medio de aquella manera de hacer brillar sus ojos, o por telepatía, algo distinto que significara que estaba casi exigiendo la ayuda inmediata para salir de aquel cuerpo prestado.
Los papeles llenos de dibujos que estaba entregando eran el compromiso...
Claro que una vez reunido con Manuel los planes de retorno inmediato estaban un poco en suspenso. Todavía no lograba entender cómo era que Manuel estaba en este mundo, debía preguntárselo y preguntarle también por qué se empeñaba en dar esa imagen de padre de familia conservador que no quiere cambiar de casa, acá, cuando allá es una persona tan necesaria y tan admirada. ¿Por qué se habría venido a esconder ?
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miércoles, junio 13, 2012
902. Dibujando una bola
Preguntaron por hojas y lápiz a Ernesto. Desapareció y volvió enseguida con un block espiral abrochado en una tablilla de la que colgaba un pequeño lápiz de grafo incrustado en su cubre punta de metal lustroso. Un reliquia que logró sorprender a Dengue 2 justo antes de perder el dominio de aquel cuerpo. Se cayó sobre las delgadas piernas como un mecanismo de bisagras flojas, como si de golpe recordara sus culpas, adorador del algún dios imponente, y de rodillas fuese a implorar perdon. Con la frente muy próxima a besar el suelo se detuvo el movimiento. y aun más. Ocurrió que cuando Dengue levantó la cara para mirar a todos, ya era otra la expresión. Una risa desencajada florecía en los labios y en las losas de los ojos.
-Perdón pariente -mirada con dificultad a Manuel- Me estuvo pasando el dato El Otro. Todo bien. Amistá.
Apenas si pudo levantar el pulgar derecho a modo de despedida porque el cuerpo se volvía a caer aunque más lentamente y sobre una silla que pintaba libre. Se acomodó y se dispuso a tomar la tablilla que le alcanzaban (Dengue 2, por supuesto).
-Claro que lo puedo dibujar. Armé y desarmé tantas veces aquella primera bola, te acordás...?
Parecía ser el mismo.
-...Claro que los nuevos modelos no. Viste que las han complicado bastante...?
Parecía ser otro aunque no muy distinto. No recordaba que allá se hubieran modificado las bolas en nada escencial.
-...los últimos planos que nos mandó tu abuelo son bastante incomprensibles... pero alcanzame el lapicito que estoy medio paralítico.
No, definitivamente. El abuelo no había enviado ningún plano nuevo hasta la época de la diáspora. Este Dengue era otro. Y este mundo no era, tampoco su mundo original, ahora estaba bien seguro, no es que fuera que... pero de todas maneras... un dato importante como para ponerse a hablar algún día con la flaca ya que probablemente sea imposible retornar a tu mundo una vez que lo abandonaste. Por alguna razón que puede haber. aunque parezca caprichoso. O tal vez que hubiesen sido demasiado torpes...
Dengue dibujaba haciendo bailar el lapicito de un lado a otro de la hoja cuando esquematizaba el tendido de las cuerdas. A un costado iba anotando con pequeñas letras una columna de medidas acotadas entre paréntesis curvos o rectos. Se veía que había estudiado.
Ahora bien, ¿no será que no importa si te vivís cambiando de mundo, total la vida igual continúa?
Dengue terminó el dibujo e iniciando otra hoja dibujó una ilustración de la forma de entorchar una cuerda con tiras de plástico de botellas, En otra el punto de unión de distintas cuerdas. En otra...
Mandinga, por ejemplo, parecía muy despreocupado por esos temas. En realidad se mueve tanto y cambia tanto -pensó Manuel, -que su vida se desarrolla en todos los mundos que va transitando.
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-Perdón pariente -mirada con dificultad a Manuel- Me estuvo pasando el dato El Otro. Todo bien. Amistá.
Apenas si pudo levantar el pulgar derecho a modo de despedida porque el cuerpo se volvía a caer aunque más lentamente y sobre una silla que pintaba libre. Se acomodó y se dispuso a tomar la tablilla que le alcanzaban (Dengue 2, por supuesto).
-Claro que lo puedo dibujar. Armé y desarmé tantas veces aquella primera bola, te acordás...?
Parecía ser el mismo.
-...Claro que los nuevos modelos no. Viste que las han complicado bastante...?
Parecía ser otro aunque no muy distinto. No recordaba que allá se hubieran modificado las bolas en nada escencial.
-...los últimos planos que nos mandó tu abuelo son bastante incomprensibles... pero alcanzame el lapicito que estoy medio paralítico.
No, definitivamente. El abuelo no había enviado ningún plano nuevo hasta la época de la diáspora. Este Dengue era otro. Y este mundo no era, tampoco su mundo original, ahora estaba bien seguro, no es que fuera que... pero de todas maneras... un dato importante como para ponerse a hablar algún día con la flaca ya que probablemente sea imposible retornar a tu mundo una vez que lo abandonaste. Por alguna razón que puede haber. aunque parezca caprichoso. O tal vez que hubiesen sido demasiado torpes...
Dengue dibujaba haciendo bailar el lapicito de un lado a otro de la hoja cuando esquematizaba el tendido de las cuerdas. A un costado iba anotando con pequeñas letras una columna de medidas acotadas entre paréntesis curvos o rectos. Se veía que había estudiado.
Ahora bien, ¿no será que no importa si te vivís cambiando de mundo, total la vida igual continúa?
Dengue terminó el dibujo e iniciando otra hoja dibujó una ilustración de la forma de entorchar una cuerda con tiras de plástico de botellas, En otra el punto de unión de distintas cuerdas. En otra...
Mandinga, por ejemplo, parecía muy despreocupado por esos temas. En realidad se mueve tanto y cambia tanto -pensó Manuel, -que su vida se desarrolla en todos los mundos que va transitando.
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lunes, junio 11, 2012
901. Necesito Ayuda
Pero ese momento de reflexión dudosa terminó cuando Dengue levantó de pronto sus pies y los flexionó de modo tal que fueron a calzar sus puntas debajo de su propia mandíbula y allí comenzaron a forzar como queriendo arrancarse la cabeza ayudados por las manos que ahora también se tiraban de los pelos. Todo en un confuso revoltijo sobre las tablas del piso. Cuando vieron que las uñas de los dedos, bastante sucias por cierto, arañaban las mejillas con peligro de hacer sangrar la piel, fueron varias las manos que lograron detenerle las extremidades volviéndole a poner extendido en la horizontal. Pero temblando. El cuerpo parecía estar siendo recorrido por ondas recurrentes de contracciones y distensiones demasiado violentas como para aquella pobre estructura física.
De pronto cesaron.y todos parecieron contemplar el patético fin de una obra de arte. Zumbaron los pensamientos mezclados como una nube de insectos preguntando por la increíble posibilidad de que lo que en un momento es persona pase a no serlo ante nuestra propia vista. Hubo expectación, no curiosidad morbosa. No llegó a haberla porque casi enseguida Dengue se puso de pie de un sólo envión encarando a los expectadores con una explicación inmediata.
-He llegado a un acuerdo con el otro Dengue para que me dejara buscar ayuda para salir de este cuerpo. Él ahora se ha quedado todo lo quieto que puede, me cede el mando del cuerpo, pero no se cuanto tiempo se va a aguantar. Quiero aprovechar cada palabra. Necesito ayuda.
Manuel le preguntó si tenía alguna idea sobre cual pudiera ser el método de ayudarle. O sea... le dio a entender que ellos no tenían ni idea sobre qué hacer en esos casos. Ni siquiera Yaka, quién después de realizar un brillante diagnóstico se había apagado. Pura verdad.
Dengue, el invasor, porque así se le podría llamar sin darle a la palabra un matiz peyorativo, captó al instante la realidad y se dispuso a orientar a este conjunto de amigables ignorantes sobre la necesidad de ampliar de algún modo la energía del conjunto de todos los pensamientos posibles. Una especie de oración pero amplificada por miles de megáfonos.
Sólo Manuel entendió a lo que se refería, al sistema de amplificación del pensamiento que utilizaban las bolas para lograr enormes portentos.
-Dengue, en este mundo Las Bolas no funcionan, ni.. (y se quedó perplejo. Acababa de recordar que Mandinga les había sacado a pasear en Bola, no hacía ni muchos días...)
-...Serías capaz de volver a dibujar los planos?
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De pronto cesaron.y todos parecieron contemplar el patético fin de una obra de arte. Zumbaron los pensamientos mezclados como una nube de insectos preguntando por la increíble posibilidad de que lo que en un momento es persona pase a no serlo ante nuestra propia vista. Hubo expectación, no curiosidad morbosa. No llegó a haberla porque casi enseguida Dengue se puso de pie de un sólo envión encarando a los expectadores con una explicación inmediata.
-He llegado a un acuerdo con el otro Dengue para que me dejara buscar ayuda para salir de este cuerpo. Él ahora se ha quedado todo lo quieto que puede, me cede el mando del cuerpo, pero no se cuanto tiempo se va a aguantar. Quiero aprovechar cada palabra. Necesito ayuda.
Manuel le preguntó si tenía alguna idea sobre cual pudiera ser el método de ayudarle. O sea... le dio a entender que ellos no tenían ni idea sobre qué hacer en esos casos. Ni siquiera Yaka, quién después de realizar un brillante diagnóstico se había apagado. Pura verdad.
Dengue, el invasor, porque así se le podría llamar sin darle a la palabra un matiz peyorativo, captó al instante la realidad y se dispuso a orientar a este conjunto de amigables ignorantes sobre la necesidad de ampliar de algún modo la energía del conjunto de todos los pensamientos posibles. Una especie de oración pero amplificada por miles de megáfonos.
Sólo Manuel entendió a lo que se refería, al sistema de amplificación del pensamiento que utilizaban las bolas para lograr enormes portentos.
-Dengue, en este mundo Las Bolas no funcionan, ni.. (y se quedó perplejo. Acababa de recordar que Mandinga les había sacado a pasear en Bola, no hacía ni muchos días...)
-...Serías capaz de volver a dibujar los planos?
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jueves, junio 07, 2012
900. Pensamiento Binario
Los circunstantes, aun los más incrédulos, comprendieron la situación de inmediato. Si era cierto que dos espíritus se pueden meter en el mismo cuerpo tendría que haber alguna forma de que lo abandonaran -pensaron. O al menos uno de ellos... Ahora bien, el espíritu saliente... ¿dónde se mete? No ha de ser como un litro de vino que sacamos de la damajuana y metemos en la botella. Se trata de algo líquido o de algo sólido... ¿O es un gas?
Por supuesto que no lo decía en serio. Era una manera de entrar en tema, de comenzar a plantearnos nuestra falta de progreso en la comprensión de los fenómenos espirituales, y de todo lo que esté más allá de tres cuartas por delante de nuestras narices.
Podríamos tomar como hipótesis probable la de que todo espíritu aspira a tener un cuerpo donde habitar en el mundo material. Sería como una necesidad... digamos instintiva.
(Por el momento dejemos de lado la discusión sobre si pueden haber espíritus sin cuerpo. O sea que pudieran ser una unidad indivisible, en cuyo caso no podrían existir los dioses ni los ángeles.)
En general somo de concepción binaria. Cuerpo-alma. Materia-energía. Los opuestos nos parecen apoyados mutuamente en cuanto a veracidad y realidad. Derecha -izquierda. Arriba-abajo. El pensamiento binario ordena las cosas,
Manuel ni siquiera pensó en pensar. Estaba seguro de saber qué cosa era un espíritu. La esencia del ser. El que realmente es. Recordaba sus experiencias de introducirse en el punto como una perfecta continuidad de su vida anterior, cuando aun estaba en el mundo de las cuatro dimensiones. Claro que... dentro del punto el único entretenimiento posible era el amor.
Ernesto era también partidario de concebir a los espíritus como entidades separadas de todo lo material. Una clase de existencia que pudiera tal vez algún día ser considerada material, cuando el concepto de materia abarcara muchas cosas que hoy parecen inmateriales. Y de que los espíritus puedan o no habitar dentro de cuerpos vivos. Lo que nunca se había puesto a pensar era cual sería el método o el mecanismo a través del cual el alma se introduce en un cuerpo. Lástima, porque de haberlo pensado quizá le fuera más fácil encontrar la solución al problema del pobre Dengue
El alcalde no pensaba demasiadas cosas. Todavía continuaba absorto.
Cholo Se estaba yendo detrás de recuerdos de cosas que había leído alguna vez sobre milagros en los que el demonio saltaba del pecador exorcizado y se metía en un chancho que salía gritando y corriendo hasta caerse en la laguna y morir ahogado.
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Por supuesto que no lo decía en serio. Era una manera de entrar en tema, de comenzar a plantearnos nuestra falta de progreso en la comprensión de los fenómenos espirituales, y de todo lo que esté más allá de tres cuartas por delante de nuestras narices.
Podríamos tomar como hipótesis probable la de que todo espíritu aspira a tener un cuerpo donde habitar en el mundo material. Sería como una necesidad... digamos instintiva.
(Por el momento dejemos de lado la discusión sobre si pueden haber espíritus sin cuerpo. O sea que pudieran ser una unidad indivisible, en cuyo caso no podrían existir los dioses ni los ángeles.)
En general somo de concepción binaria. Cuerpo-alma. Materia-energía. Los opuestos nos parecen apoyados mutuamente en cuanto a veracidad y realidad. Derecha -izquierda. Arriba-abajo. El pensamiento binario ordena las cosas,
Manuel ni siquiera pensó en pensar. Estaba seguro de saber qué cosa era un espíritu. La esencia del ser. El que realmente es. Recordaba sus experiencias de introducirse en el punto como una perfecta continuidad de su vida anterior, cuando aun estaba en el mundo de las cuatro dimensiones. Claro que... dentro del punto el único entretenimiento posible era el amor.
Ernesto era también partidario de concebir a los espíritus como entidades separadas de todo lo material. Una clase de existencia que pudiera tal vez algún día ser considerada material, cuando el concepto de materia abarcara muchas cosas que hoy parecen inmateriales. Y de que los espíritus puedan o no habitar dentro de cuerpos vivos. Lo que nunca se había puesto a pensar era cual sería el método o el mecanismo a través del cual el alma se introduce en un cuerpo. Lástima, porque de haberlo pensado quizá le fuera más fácil encontrar la solución al problema del pobre Dengue
El alcalde no pensaba demasiadas cosas. Todavía continuaba absorto.
Cholo Se estaba yendo detrás de recuerdos de cosas que había leído alguna vez sobre milagros en los que el demonio saltaba del pecador exorcizado y se metía en un chancho que salía gritando y corriendo hasta caerse en la laguna y morir ahogado.
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domingo, junio 03, 2012
899. Posesión benigna.
Ante el nombre Mandinga Yaka permaneció completamente impasible, como si no lo conociera o le resultara indiferente. Paseó sus palmas rosadas frente a la cara de Dengue mientras los mantuvo cerrados y luego, incorporándose de golpe en toda su altura, encaró al grupo de circunstantes, como si se tratara de un médico responsable frente a la familia del enfermo. Iba a dar su diagnóstico, tal vez también su pronóstico.
-Está poseído, pero...
Su negro rostro alargado por sendas rayas verticales, a los lados, expresaba preocupación. Una honda preocupación que enraizaba con las dudas que cualquier sujeto tiene escondido en algún rincón inconciente sobre si todo lo que se cree es un montón de fórmulas prácticas que solo sirven para manejarse con los casos similares. Otra cosa es encontrarse con algo distinto. Y será tal vez porque alguna vanidad se tiene, pero creyendo todo lo contrario. Pobre sujeto puesto por las circunstancias en un momento y lugar en los que la única opinión o acción posible sea la suya. Creas que no. el pobre sujeto casi siempre se siente tan importante y sabio como para agarrar el toro por las guampas y tirarlo fuera del ruedo ante el estruendoso aplauso de las multitudes. A veces lo logra.
De los que tropiezan antes de que llegue el toro no habla nada la historia.
Aunque nada sea tan blanco y negro.
Hay sujetos (y abundan) que algunas veces las cosas le han salido por un tiempo bien y por muchos tiempos mal. o viceversa. De ellos la historia habla aquí si y aquí no. Solo mientras triunfan, aunque fuera en una competencia de malditos. Los más buenos y los más rematadamente malos en cualquier categoría. "Porque a los tibios los escupiré de mi boca". En fin...
Pero hablábamos del temor que apareció en la conciencia de Yaka Zulu. La simple reacción ante lo desconocido.
-...está poseído por un espíritu benigno.
Una verdadera aberración idiomática cuando la palabra poseído se usa fuera del contenido que muchas generaciones le han adjudicado. La posesión fue siempre sinónimo del demonio o de lo malvado en general. Lo maligno. Posesión diabólica o maligna. Pero posesión benigna...?
Está claro ahora que la duda de Yaka era sobre el tratamiento adecuado para los males de Dengue. Los métodos tradicionales daban toda la importancia al cuidado de la integridad del poseído y ninguna a la del poseedor. El supuesto invasor. Lo que importaba era salvar al poseído, el otro no importaba que se partiera en pedazos o que sufriera una crisis emocional de magnitud psiquiátrica.. ¡Al carajo!
Ahora en cambio... tratándose de dos espíritus inocentes... Era necesario salvar a los dos.
-Cosa que nunca se ha visto
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-Está poseído, pero...
Su negro rostro alargado por sendas rayas verticales, a los lados, expresaba preocupación. Una honda preocupación que enraizaba con las dudas que cualquier sujeto tiene escondido en algún rincón inconciente sobre si todo lo que se cree es un montón de fórmulas prácticas que solo sirven para manejarse con los casos similares. Otra cosa es encontrarse con algo distinto. Y será tal vez porque alguna vanidad se tiene, pero creyendo todo lo contrario. Pobre sujeto puesto por las circunstancias en un momento y lugar en los que la única opinión o acción posible sea la suya. Creas que no. el pobre sujeto casi siempre se siente tan importante y sabio como para agarrar el toro por las guampas y tirarlo fuera del ruedo ante el estruendoso aplauso de las multitudes. A veces lo logra.
De los que tropiezan antes de que llegue el toro no habla nada la historia.
Aunque nada sea tan blanco y negro.
Hay sujetos (y abundan) que algunas veces las cosas le han salido por un tiempo bien y por muchos tiempos mal. o viceversa. De ellos la historia habla aquí si y aquí no. Solo mientras triunfan, aunque fuera en una competencia de malditos. Los más buenos y los más rematadamente malos en cualquier categoría. "Porque a los tibios los escupiré de mi boca". En fin...
Pero hablábamos del temor que apareció en la conciencia de Yaka Zulu. La simple reacción ante lo desconocido.
-...está poseído por un espíritu benigno.
Una verdadera aberración idiomática cuando la palabra poseído se usa fuera del contenido que muchas generaciones le han adjudicado. La posesión fue siempre sinónimo del demonio o de lo malvado en general. Lo maligno. Posesión diabólica o maligna. Pero posesión benigna...?
Está claro ahora que la duda de Yaka era sobre el tratamiento adecuado para los males de Dengue. Los métodos tradicionales daban toda la importancia al cuidado de la integridad del poseído y ninguna a la del poseedor. El supuesto invasor. Lo que importaba era salvar al poseído, el otro no importaba que se partiera en pedazos o que sufriera una crisis emocional de magnitud psiquiátrica.. ¡Al carajo!
Ahora en cambio... tratándose de dos espíritus inocentes... Era necesario salvar a los dos.
-Cosa que nunca se ha visto
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sábado, junio 02, 2012
898. Medio Brujo
Era otra vez la misma historia, o parecida. Resultara ser que Ernesto decía la verdad al negar que hubiesen galerías debajo de la casa, que simplemente lo ignorara, o pretendiera mantenerlo en secreto, de cualquier forma, lo dicho hasta el momento, y lo acaecido, no podrían más que destapar toda esa parte de la anterior historia, versión, o plano paralelo.. Manuel no podía dejar de anotar parecidos y contradicciones, variantes y omisiones.La otra vez Dengue 7 había podido escapar del cuerpo de Dengue de forma tan inesperada como su intromisión, ahora se iban a tener que ingeniar sin ninguna ayuda. Antes Dengue estaba en mejor estado de salud mental, Hora... Menos mal que no estaba el tarado del Dr. Bermúdez, aunque Giorggionne tal vez pudiera dar una mano...
-Habría que pedir ayuda a alguien que entienda de estados de confusión mental.
Nadie le contestó, Es que miraban hacia la puerta por donde todos habían entrado. En ella había un hombre parado, una figura grande, cuyos rasgos no se notaban porque la fuerte luz de afuera le iluminaba desde atrás.
-Si precisan alguna ayuda... -dijo la figura.
Ernesto le miró.
-No Yaka, No te preocupes, si te necesito te aviso.
Era Yaka Zulu. ¡Notable!
Las convulsiones de Dengue habían cesado.
Bien.
Tal vez recobrara el conocimiento y fuera uno sólo entonces.
-Pero puedo ayudarles Don Ernesto. -insistió con todo persuasivo- No se olvide que tengo fama de brujo, je je.
Le abrieron paso hasta el cuerpo de Dengue que habían enderezado en el piso y que respiraba ahora más pausadamente. Yaka se encaramó de rodillas con una pierna de cada lado y acercó su cara a la de Dengue. Como que le fuera a mirar teatralmente a los ojos, pero manteniendo los ojos cerrados, un momento en silencio. Luego las manos circulando por el aire a lo largo del cuerpo...(Manuel notó que le temblaban)... aleteo de cabeza buscando un equilibrio o angulo correcto... Tal vez también olfateo porque las aletas de las narinas vibraron varias veces al tiempo que aquella vena de la sien latía con violencia alimentando el sudor que empezaba a brillar en casi todos los poros.
Susurró cosas incomprensibles hasta que Dengue abrió los ojos.... y los volvió a cerrar pero sonriendo.
-Ah... ¿Vos también viniste, Mandinga...?
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-Habría que pedir ayuda a alguien que entienda de estados de confusión mental.
Nadie le contestó, Es que miraban hacia la puerta por donde todos habían entrado. En ella había un hombre parado, una figura grande, cuyos rasgos no se notaban porque la fuerte luz de afuera le iluminaba desde atrás.
-Si precisan alguna ayuda... -dijo la figura.
Ernesto le miró.
-No Yaka, No te preocupes, si te necesito te aviso.
Era Yaka Zulu. ¡Notable!
Las convulsiones de Dengue habían cesado.
Bien.
Tal vez recobrara el conocimiento y fuera uno sólo entonces.
-Pero puedo ayudarles Don Ernesto. -insistió con todo persuasivo- No se olvide que tengo fama de brujo, je je.
Le abrieron paso hasta el cuerpo de Dengue que habían enderezado en el piso y que respiraba ahora más pausadamente. Yaka se encaramó de rodillas con una pierna de cada lado y acercó su cara a la de Dengue. Como que le fuera a mirar teatralmente a los ojos, pero manteniendo los ojos cerrados, un momento en silencio. Luego las manos circulando por el aire a lo largo del cuerpo...(Manuel notó que le temblaban)... aleteo de cabeza buscando un equilibrio o angulo correcto... Tal vez también olfateo porque las aletas de las narinas vibraron varias veces al tiempo que aquella vena de la sien latía con violencia alimentando el sudor que empezaba a brillar en casi todos los poros.
Susurró cosas incomprensibles hasta que Dengue abrió los ojos.... y los volvió a cerrar pero sonriendo.
-Ah... ¿Vos también viniste, Mandinga...?
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lunes, mayo 28, 2012
897. El sótano y el aljibe
Fue cuando Ernesto dejó de mirar a los otros. Ni siquiera al alcalde, quien ya se estaba poniendo incómodo por el giro de la conversación, o Cholo quien de todas maneras ahora miraba hacia abajo, como buscando algo caído debajo de la mesa.
Por las venas le comenzó a circular un líquido helado que parecía contener afilados cantos de navaja. Esa vieja sensación de cuando la razón encuentra sus límites y comienzan a danzar los espíritus ancestrales alrededor de las llamas, las heladas llamas de lo inevitable.
-Si es que tanto sabes de mi, sabrás como viajó mi madre desde África...
-En un cajón. Tu padre la hizo entrar en un gran cajón junto con otras mercaderías que fueron despachadas hacia Brasil.
Los labios de Ernesto ya no podían disimular el temblor.
-¿Pero cómo lo sabes..? No creo habérselo contado a nadie...
-A mí, sí. En el otro mundo donde éramos amigos. Yo viví en esta casa y en las galerías que hay abajo.
-¡¿ Galerías?!
.Sí galerías. Tampoco eso le has contado a nadie?
-¿Cómo galerías, qué clase de galerías... debajo de esta casa no hay nada... apenas un pequeño sótano que...
-Al que se baja desde la cocina, verdad? También se puede bajar por el aljibe seco.
Ernesto pareció sentirse superado. Llevó una mano al corazón, respiraba don dificultad y su cabeza describía órbitas descentradas. Pero tampoco Dengue continuó con su testimonio, se había tapado las orejas y comenzado a hamacar el torso nuevamente. Apenas murmuraba su propio nombre una y otra vez. De pronto cayó al la derecha de la silla y fue dominado por las convulsiones.
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Por las venas le comenzó a circular un líquido helado que parecía contener afilados cantos de navaja. Esa vieja sensación de cuando la razón encuentra sus límites y comienzan a danzar los espíritus ancestrales alrededor de las llamas, las heladas llamas de lo inevitable.
-Si es que tanto sabes de mi, sabrás como viajó mi madre desde África...
-En un cajón. Tu padre la hizo entrar en un gran cajón junto con otras mercaderías que fueron despachadas hacia Brasil.
Los labios de Ernesto ya no podían disimular el temblor.
-¿Pero cómo lo sabes..? No creo habérselo contado a nadie...
-A mí, sí. En el otro mundo donde éramos amigos. Yo viví en esta casa y en las galerías que hay abajo.
-¡¿ Galerías?!
.Sí galerías. Tampoco eso le has contado a nadie?
-¿Cómo galerías, qué clase de galerías... debajo de esta casa no hay nada... apenas un pequeño sótano que...
-Al que se baja desde la cocina, verdad? También se puede bajar por el aljibe seco.
Ernesto pareció sentirse superado. Llevó una mano al corazón, respiraba don dificultad y su cabeza describía órbitas descentradas. Pero tampoco Dengue continuó con su testimonio, se había tapado las orejas y comenzado a hamacar el torso nuevamente. Apenas murmuraba su propio nombre una y otra vez. De pronto cayó al la derecha de la silla y fue dominado por las convulsiones.
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domingo, mayo 27, 2012
896. Algo muy íntimo
Ernesto no pudo contestar. Sabía perfectamente que todo lo que su imaginación le proponía con insistencia carecía de cualquier sentido.Pero no lograba detener el aluvión de propuestas así como el encogimiento del pecho y el temblor generalizado. Aquel rostro que volvía porfiadamente a rastrear de reojo, estaba ejerciendo sobre su corazón una inefable pero innegable perturbación. Como si fuese posible que una máscara de aquellas de sus antepasados africanos, tuviese no más el poder de sobreponerse a la voluntad humana. Volverlo y volverlo a mirar. Como si de una indolora condena se tratara. Maldición encriptada en aquellos planos angulosos y oscuros. Proporciones magnéticas o diabólicas. Impronta gravada a fuego en la primera generación de sus neuronas...
- ¿Te conozco de algún lado...?
-Sí, pero en otro mundo.
-Te estoy hablando en serio, muchacho.
-Usted se llama Ernesto Federico de Oliveira e Souza y es dueño de esta casa que se llama Los Dogones por su madre que era africana de la república de Malí. Eso y muchas cosas más se de usted, porque me lo ha contado... bueno, al menos alguien idéntico a usted me lo ha contado.
Era el punto al que quería llegar Manuel. Ernesto endureció a gatas su expresión y hasta casi con desprecio desestimó lo antedicho.
-Eso lo sabe todo el mundo.
Dengue sonrió.
-Pregúnteme algo de su vida que no sepa casi nadie. Algo muy íntimo...
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- ¿Te conozco de algún lado...?
-Sí, pero en otro mundo.
-Te estoy hablando en serio, muchacho.
-Usted se llama Ernesto Federico de Oliveira e Souza y es dueño de esta casa que se llama Los Dogones por su madre que era africana de la república de Malí. Eso y muchas cosas más se de usted, porque me lo ha contado... bueno, al menos alguien idéntico a usted me lo ha contado.
Era el punto al que quería llegar Manuel. Ernesto endureció a gatas su expresión y hasta casi con desprecio desestimó lo antedicho.
-Eso lo sabe todo el mundo.
Dengue sonrió.
-Pregúnteme algo de su vida que no sepa casi nadie. Algo muy íntimo...
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sábado, mayo 26, 2012
895. Un Modigliani negro
Manuel comprendió que ambos estaban en un aprieto. Ya no podrían retroceder, así que dejó que sus ideas volaran hacia una estrategia inmediata.
-Dígame Ernesto, acaso no se sintió usted sacudido cuando miró por primera vez la cara de Dengue? No le encontró algo particular, como que... ya le conocía de antes, sin conocerle. O que le recordaba algo, algo muy sentido o antiguo, algo extraño que le obligó momentos después a volver a mirarle?
Ernesto se acomodó sobre el asiento nerviosamente.
-Eso puede ser, de alguna manera, pero... ¿Qué tiene que ver? Me ha conmovido el estado en que le encontramos.
-Y después, cuando le volvió a mirar, acaso no fue aun más intensa la sensación? Hasta se puso pálido y los ojos se le dilataron como si estuviese viendo algo imposible.
-Pero, por favor, muchacho. Qué puede tener que ver mi manera de mirar con esa historia delirante que él contó y que vos parecés aceptar como buena?
Manuel devolvió todas las miradas con una actitud ahora desafiante.
¿Y acaso alguno de ustedes no pensó, ahora al final, que el que estaba hablando parecía otra persona que la que encontramos ovillado sobre sus rodillas en la comisaría?
-Sí, pero...
-Es que Dengue está diciendo la verdad. En ese cuerpo hay dos mentes, dos personas que se estorban y no pueden ponerse de acuerdo en el uso de los canales de comunicación. Se ha producido un accidente, una situación nada común. Normalmente cada personalidad de la misma persona se encuentra en un cuerpo distinto que vive en un mundo distinto. Un mundo paralelo.
El alcalde miraba a Ernesto y miraba a Cholo, les conocía del comité de base y hasta cierto punto confiaba en ellos. Cholo extendió la mano para tomar el brazo de Manuel. Como queriendo retenerlo sobre la tierra. Ernesto volvió a mirar el rostro de Dengue quién ahora sonreía satisfecho. Otra vez el mismo sacudón.
No, no había sido por encontrarle cara de muerto, ahora se le veía vivo, pero igual... Esa forma ovoide y delicada parecía quererle decir algo sobre un lugar inexistente dentro del mundo de sus sombras interiores, un faltante... como esas cosas de antaño que cuando aparecen, pequeños objetos tal vez muy queridos, no solo nos sorprenden sino que nos inundan de una profunda tristeza por la pérdida? tal vez, o más probablemente, por no lograr reconstruir el sentimiento que otrora acompañaba y daba total sentido a la existencia de aquello.
Como si Modigliani hubiese pintado de una vez el más misterioso y delicado rostro negro.
-¿Qué me dice, Ernesto? ¿Acaso no le parece conocido...?
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-Dígame Ernesto, acaso no se sintió usted sacudido cuando miró por primera vez la cara de Dengue? No le encontró algo particular, como que... ya le conocía de antes, sin conocerle. O que le recordaba algo, algo muy sentido o antiguo, algo extraño que le obligó momentos después a volver a mirarle?
Ernesto se acomodó sobre el asiento nerviosamente.
-Eso puede ser, de alguna manera, pero... ¿Qué tiene que ver? Me ha conmovido el estado en que le encontramos.
-Y después, cuando le volvió a mirar, acaso no fue aun más intensa la sensación? Hasta se puso pálido y los ojos se le dilataron como si estuviese viendo algo imposible.
-Pero, por favor, muchacho. Qué puede tener que ver mi manera de mirar con esa historia delirante que él contó y que vos parecés aceptar como buena?
Manuel devolvió todas las miradas con una actitud ahora desafiante.
¿Y acaso alguno de ustedes no pensó, ahora al final, que el que estaba hablando parecía otra persona que la que encontramos ovillado sobre sus rodillas en la comisaría?
-Sí, pero...
-Es que Dengue está diciendo la verdad. En ese cuerpo hay dos mentes, dos personas que se estorban y no pueden ponerse de acuerdo en el uso de los canales de comunicación. Se ha producido un accidente, una situación nada común. Normalmente cada personalidad de la misma persona se encuentra en un cuerpo distinto que vive en un mundo distinto. Un mundo paralelo.
El alcalde miraba a Ernesto y miraba a Cholo, les conocía del comité de base y hasta cierto punto confiaba en ellos. Cholo extendió la mano para tomar el brazo de Manuel. Como queriendo retenerlo sobre la tierra. Ernesto volvió a mirar el rostro de Dengue quién ahora sonreía satisfecho. Otra vez el mismo sacudón.
No, no había sido por encontrarle cara de muerto, ahora se le veía vivo, pero igual... Esa forma ovoide y delicada parecía quererle decir algo sobre un lugar inexistente dentro del mundo de sus sombras interiores, un faltante... como esas cosas de antaño que cuando aparecen, pequeños objetos tal vez muy queridos, no solo nos sorprenden sino que nos inundan de una profunda tristeza por la pérdida? tal vez, o más probablemente, por no lograr reconstruir el sentimiento que otrora acompañaba y daba total sentido a la existencia de aquello.
Como si Modigliani hubiese pintado de una vez el más misterioso y delicado rostro negro.
-¿Qué me dice, Ernesto? ¿Acaso no le parece conocido...?
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viernes, mayo 25, 2012
894. Metidos en un cuerpo-II
Todos se dieron vuelta para mirarle. Es que no sólo había pensado esa última frase sino que la había pronunciado. Se dio cuenta y quiso recordar cual había sido.
-¿Qué dije?
-Que todos los momentos son iguales, -ayudó Cholo. -¡A qué te referías?
-No,-acotó Ernesto. - Dijo que los momentos siguen existiendo, o algo así. Que tienen realidad.
El alcalde no había puesto atención, y Dengue se limitó a sonreír.
Manuel iba a decir algo para cambiar de tema cuando Dengue volvió a conectarse con el área del lenguaje.
-Claro que esos momentos fueron reales. Yo no estoy loco. Podría volver a fabricar una bola si me consiguen los materiales. Eh, Manuel? Vos sos mi amigo...
-Eeeehh... -¡Como decirle que no era el momento ni el lugar para hablar de una cosa así?
-Y para qué querés fabricar una bola?-Preguntó el Alcalde.
-Para que no me tomen por loco. Ya se que he hecho algunas cagadas pero cuando les digo que vengo de otro mundo no estoy inventando nada. Si me permiten fabricar una bola... eh, Manuel? Como las de allá.
Cholo no quería impacientarse, por eso intentó que Dengue razonara.
-Cholo, te puedo asegurar que vos estabas desde hace muchos años viviendo con tus tíos los criadores de chanchos. No llegaste ahora de otro mundo.
Dengue abrió desmesurados ojos.
-Eso te quería decir! Estamos los dos aquí metidos en este cuerpo.
Y cuando se estaba prolongando un denso silencio agregó:
-Estamos juntos el Dengue de acá, ese que vos conocías... y yo. Que también soy Dengue pero vine de otro mundo... pregúntenle a Manuel, él sabe como explicarlo.
Ni quisieron esperar que Manuel dijera nada. Simplemente se pusieron a pensar en cómo manejarían ellos un caso de delirios recurrentes o repentinos o como se quisieran llamar. Tal vez mejor ponerlo en manos de un psiquiatra
Pero Manuel habló.
-Esas cosas ocurren... Lo difícil es encontrarle una solución... ¿Cómo te metiste ahí?
-Yo que se, Manuel. De lo último que me acuerdo es que venía cayendo por un túnel infinito!
Ya estaba. Un súper gong de cristal estalló en todas las conciencias
O ambos estaban locos o aquí había algo que no se podía tolerar.
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-¿Qué dije?
-Que todos los momentos son iguales, -ayudó Cholo. -¡A qué te referías?
-No,-acotó Ernesto. - Dijo que los momentos siguen existiendo, o algo así. Que tienen realidad.
El alcalde no había puesto atención, y Dengue se limitó a sonreír.
Manuel iba a decir algo para cambiar de tema cuando Dengue volvió a conectarse con el área del lenguaje.
-Claro que esos momentos fueron reales. Yo no estoy loco. Podría volver a fabricar una bola si me consiguen los materiales. Eh, Manuel? Vos sos mi amigo...
-Eeeehh... -¡Como decirle que no era el momento ni el lugar para hablar de una cosa así?
-Y para qué querés fabricar una bola?-Preguntó el Alcalde.
-Para que no me tomen por loco. Ya se que he hecho algunas cagadas pero cuando les digo que vengo de otro mundo no estoy inventando nada. Si me permiten fabricar una bola... eh, Manuel? Como las de allá.
Cholo no quería impacientarse, por eso intentó que Dengue razonara.
-Cholo, te puedo asegurar que vos estabas desde hace muchos años viviendo con tus tíos los criadores de chanchos. No llegaste ahora de otro mundo.
Dengue abrió desmesurados ojos.
-Eso te quería decir! Estamos los dos aquí metidos en este cuerpo.
Y cuando se estaba prolongando un denso silencio agregó:
-Estamos juntos el Dengue de acá, ese que vos conocías... y yo. Que también soy Dengue pero vine de otro mundo... pregúntenle a Manuel, él sabe como explicarlo.
Ni quisieron esperar que Manuel dijera nada. Simplemente se pusieron a pensar en cómo manejarían ellos un caso de delirios recurrentes o repentinos o como se quisieran llamar. Tal vez mejor ponerlo en manos de un psiquiatra
Pero Manuel habló.
-Esas cosas ocurren... Lo difícil es encontrarle una solución... ¿Cómo te metiste ahí?
-Yo que se, Manuel. De lo último que me acuerdo es que venía cayendo por un túnel infinito!
Ya estaba. Un súper gong de cristal estalló en todas las conciencias
O ambos estaban locos o aquí había algo que no se podía tolerar.
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