Poca información tenemos de la infancia de estos chicos, pero sabemos de varias fuentes que se criaron más en la calle que en sus casas. Pandillas callejeras, en general pacíficas, de diversión cotidiana. Y que ellos, muy jóvenes, solían tener relaciones sexuales. Claro que nuestras fuentes no suelen ser imparciales, por eso agregan muchas valoraciones negativas a todo lo anterior, que nosotros separamos lo mejor posible. En concreto parecen ser el caso entre mil de un amor tan duradero en juventud.
Porque ellos se encontraron. Se reconocieron entre muchas caras en movimiento. Puedo confiar en esa persona. Sí,puedo. Era algo natural. Un olfato, que se tiene para algunas cosas. Y no les falló, como a muchos que creen tenerlo y no lo tienen. Los que se aferran a una fe ciega aunque las evidencias estén todas en contra.Ellos no teorizaban el amor. No se decían poemas de amor enamorado, pero se miraban de una manera total.
Se encontraron jugando debajo de unas ramas cortadas por un vecino y que ellos habían tomado como improvisado campamento una tardecita de otoño. Ja ja.
Pero qué tensión cuando comprendieron que aquello que sentían ambos desde hacía tiempo, el uno por el otro, les había conducido inexorablemente a la actual situación, aunque ninguno lo hubiese imaginado. Aunque lo hayan imaginado, por supuesto, una y mil veces. Pero no se lo habían imaginado así, tan completo a pesar del apuro entre las ramas y los gritos de los otros que venían acercándose.
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