sábado, mayo 24, 2008

540. Maestro

Hay muchas y diferentes versiones de lo que se habló aquella noche dentro de aquel huevo de papel y engrudo salido del mundo originario de Manuel. Aquí, como podrán haber apreciado los lectores, no existía la Cadena de las Bolas de Manuel ni nadie que pudiera sustituir sus modernos métodos de espionaje. Un mundo poco tecnológico, si se quiere, Apegado en todo a esquemas tradicionales y a métodos probados por los siglos.
En cambio los comentaristas coinciden en que la ruta que siguieron fue recorrer metódicamente los otros mundos paralelos, comenzando por los más cercanos, según estimaba Mandinga las distancias, haciendo vibrar sus negros mofletes en unas frecuencias extrañas, que enseguida eran resonadas por las cuerdas de la bola. Un maestro.
No llegaron a cruzar cinco nuevas fronteras dimensionales. Los encontraron a todos y a todos recogieron sacándoles a veces de situaciones bastante comprometidas. Salvo Dengue. Dengue les pidió para quedarse un tiempo donde estaba. Donde había caído parado, en casa de su doble, que en ese mundo vivía divertidamente y sin ningún apremio económico. Se habían hecho amigos desde el primer momento.
A todos les había pasado el mismo percance con su viaje en punto. Primero habían quedado trabados y después habían aparecido en los lugares más inconvenientes e inoportunos. Salvo Dengue, todos habían sufrido algún tipo de discriminación o persecución. Magdalena contaba que le había tocado en suerte Lagomar 4, un mundo súper nervioso donde la gente se peleaba por cualquier motivo y sospechaba de todas las intensiones. Allí estaba gobernando la izquierda por segunda vez después de haber sido sacado del poder por una contrarrevolución de derecha. Pero la gente estaba desconforme de nuevo, por el asunto de la seguridad que no mejoraba según decían los medios. Ya andaban algunos locos pidiendo mano dura y represión. Había pasado muy mal. Se había arrimado al Manuel de allá, antes de ni siquiera sospechar que que este era otro. Le había saltado su doble, que era una bruja celosa, y le había querido arrancar los ojos. Manuel mismo... era muy distinto. Un botija de la calle que había crecido sin poder salir de la calle... Tenía una manera de encarar las cosas totalmente distinta. Cosas que se aprenden, en las cortadas bravas cuando hay que salvarse en ancas del instinto.

Cholo decía haber aprendido mucho de organización de cooperativas en Pando 3, donde gobernaba una coalición Anarco-Trostkysta-Cristiana, que había transformado el país en una enorme colección de granjas donde se producía de todo.
Las hermanas Bronté separadas y arrojadas en mundos distintos,. una a uno bastante tranquilo donde sus otras dos hermanas la habían acogido con buena voluntad. Pero la otra, pobre, de mala gana volvía después de haberse encamado allá con el doble del Toba, el vecino de la moto. Qué mundo apacionado!
Otra cosa no sabía decir.

Y es que poco más que eso fueran las cosas que se supieron como dichas por el conjunto, hasta que aparecieron en el cielo del lugar, las mencionadas líneas de luz que determinaron un cupo hipotético alrededor de ellos. Cuatro verticales láseres parecieron, en tonalidades turquesa, más ocho horizontales que en realidad eran nueve, eran once, que comenzaron a elevarse llevándose el pedaso de espacio total en su interior, con un cacho de tierra , con los árboles y todo por el espacio de arriba y empezar a girar sobre un posible eje central, con acelerada precipitación, hasta que todo reventó en un big bang de pedacitos que volaban para todos lados.

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