jueves, mayo 22, 2008

539. Conciencia Múltiple

Después del grito sorprendido, Manuel se quedó sin palabras. No sabía si presentar a Mandinga, tal era la exotiquez del sujeto, su extraña manera de llegar entre rayos y relámpagos, chorreando más agua que la tormenta, con aquellas cubiertas de auto en los pies... Que... Ah, no! Ya se las estaba quitando...!... para que el agua que contenían se sumara al charco que poco a poco inundaba la alfombra de fibra. Todo eso, que todos los ojos observaban, acompañado por las reiteradas pequeñas risas remarcaba de una manera contundente la extraterritorieded del sujeto.

-¿La flaca y mi madre están allá? ¿Están bien...?
-No. De allá desaparecieron todos los que estaban en la cueva. Por eso salí a buscarlos.... -Sus ojos preguntaron por si el Ernesto que veía pudiera ser el de allá, pero en seguida cambiaron de tema, cuando Manuel le preguntó por qué medios había llegado hasta este lugar. -En mi bola -contestó- ¡Y vos?
-Me tiraron acá...No sé como, porque veníamos en el punto con la flaca y derrepente aparezco solo, en la réplica que hay aquí de mi casita de allá... ¿Cómo me encontraste?
-Bueno... eso fue fácil...Este mundo es uno de los vecinos de al lado del tuyo. Son como hermanos gemelos.
-Así que vos ya lo conocías...
-Sabía que estaba porque aquí había una réplica mía que andaba haciendo travesuras... nosotros nos enteramos, un poco...
-¿Cómo que se enteran "un poco"? ¿Qué querés decir...?

Quería decir que entre la gente del segundo tiempo y las dos otras dimensiones, era posible enterarse online de buena parte de lo que andan haciendo sus réplicas de los mundos más cercanos. Que era posible gracias a una conciencia multiple que tenían en simultáneo, sin perder para nada la preminencia de la conciencia local acompañada de toda la maquinaria del yo.

-¿Así que vos estabas enterado de lo que hacía tu doble en este mundo?
-A grandes rasgos...
-Me supongo que como los dos mundos son muy parecidos, ustedes también han hecho cosas parecidas en los dos.
-Ummm, no del todo, él andaba desesperado porque no lograba conmover a la gente de aquí... Ahora mismo anda por la aldea de mi padre pidiendo consejo sobre ese tema.
-¿Su misión era también fomentar la revolución contra los ángeles?
-Sí, más o menos, pero él se lo tomaba muy a pecho...

Ernesto y Abelardo se dieron cuenta de que ya no sentían miedo y se acercaron al visitante antes de estallar de curiosidad.
Ernesto empezó.

-¿Entonces no sos humano, aunque lo parecés...?
-No... No lo soy, pero no crean que eso tenga mucha importancia. Tengo una gama de sensaciones más amplia pero en lo escencial somos iguales. Entre ustedes también hay quienes ven más o menos y quienes tienen diferentes sensibilidades.

Se quedaron desconcertados. Puestos a imaginar un ser de más amplias potestades, nunca se lo hubieran imaginado modesto, que fue lo que engañosamente Mandinga logró hacerles creer hasta que una postrer y aguda risilla determinó el ambiguo sentido de aquel humor diabólico, que terminó en un chazco cuando les acercó su enorme cabeza para hacerles de golpe ¡Buuu!

-Ja ja ja! No me hagan caso. Soy un dios bueno y aunque nadie me quiera creer, tengo mucha simpatía por ustedes mis débiles criaturas, que digo...-se puso serio- No me hagan caso. Nadie sabe si existió un ser que nos haya creado a todos.

Lo terminaron de hacer pasar. De ponerse cómodo en los sillones aunque todavía perdiese agua. Le ofreció Ernesto un posible baño, comida y hasta vino.

-No, gracias, no podemos -dijo sin consultar a Manuel- Tenemos que continuar la búsqueda de los otros.

Con lo que volvieron a salir bajo la suave garúa que brillaba gota a gota sobre la bola de Mandinga que estoicamente resistía el embate de la humedad, allá, pasando el aljive, sobre los pastos desparejos.
Fue una despedida breve, llena de promesas de volver y de sentimientos que de golpe habían aparecido en todos los corazones y también en las gargantas

Apenas fue una luminocidad blancusca que se adentró en la gruesa capa de nubes que cubrían El Bosque. Abajo quedaron Ernesto y Abelardo, seducidos y abandonados. Un poco tristes.

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