jueves, septiembre 07, 2006

65 - Las Hachas Celtas

Comenzó por colocarse detrás del escritorio y soplar el polvo que no había,. Una vez frente al público –en este caso Giorgionne- levantó la mirada como una señal de comienzo y metió lentamente la mano izquierda en la bolsa para sacar el primer guijarro. Miró directamente al licenciado y fue bajado la mano sobre la mesa hasta dejar el guijarro, aparentemente en un lugar cualquiera, sin preocuparse de los bamboleos que quedaba haciendo. Introdujo de nuevo la izquierda a la bolsa y extrajo una segunda piedrita que acercó a la primera hasta que se entabló una lucha de atracciones y rechazos entre las dos, de forma visible a simple vista…
-¿Imanes?
-Sí, imanes… ¡Pero mire esto!
Acababa de soltar el guijarro en el lugar elegido y ambos se habían puesto de frente a hacer sus cambios y rotaciones en tiempos perfectamente sincronizados…!
-¡La pipeta!
Luego de algunos minutos de contemplar la danza, Manuel recogió las piedritas y las volvió a la bolsa.
-¿Qué le parece?
-¿…me prestás una para verla…?
-Tomá, fijate.
Giorgione levantó el guijarro entre los dedos de una mano, para observarlo de cerca, mientras con la otra se rascaba la cabeza, que era como buscarle a la superficie del objeto alguna división, alguna parte móvil, algún piojo…
-Pero…
Se quedaba pensando en la posibilidad de que la piedra fuera como esos muñequitos chinos que tienen en la base sobre la que se apoyan un imán giratorio y dentro otro que obedece a los campos…Pero debajo de la madera del escritorio no puede haber ¡ muchacho ! Ningún imán ni cosa que… y además tendrían que ser imanes muy poderosos porque aquella influencia entre ellas era a considerable distancia…a no ser que se transmitieran ondas de radio y… ¿Pero y la energía para el movimiento? Tal vez pilas de celulares…¡pero tan pequeñas…! Y, por otra parte…
-Se parecen a las hachas celtas.
-…
-Las hachas celtas hacen un movimiento parecido si uno les da el primer impulso, pero estas…
-No veo que se parezcan a hachas.
-A hachas celtas sí. Son esas que tienen el centro de gravedad desplazado y…
-Bueno, pero de mi qué me dice? Estaré loco o no…?
-No me acuerdo cómo era que se generaba una resultante final que hace reiniciar el movimiento en el sentido contrario del primero…
-Doctor…
-Habría que pensar que de alguna manera se produce algo similar a una función psíquica como la memoria dentro de la masa de la piedra y que una vez terminado el movimiento en un sentido, se libera el impulso contrario que se había acumulado. Porque mientras dura el movimiento en un sentido, ese impulso contrario sólo se acumula sin impedir ni frenar el movimiento actual… Entonces… ¡La piedra piensa o tiene memoria al menos y sentido del tiempo y de la oportunidad y especialmente algún tipo de voluntad…! Ergo, la piedra es un ser vivo! Me dirán que no se reproduce pero los virus tampoco son capaces de reproducirse sino indirectamente a través de esclavizar una célula…
-¡Doctor…!
-¿Qué pasa, Manuel? Me fui un poco de tema…?
-¿Y de mí, qué me dice?
-Ah, claro, de vos…
Lo quedó mirando con la cabeza ladeada para ver por encima de los lentes, mientras por distintos lugares de su cara se iban produciendo pequeños temblores de piel y un casi pestañeo en el ojo izquierdo que se agrandaba y agrandaba el iris brillante y acuoso que no parecía mirar más que a través de toda materia, un algo esencial habitante del mundo de las ideas…
De pronto su rostro cambió volviendo a este mundo e iluminándose de humanidad en una sonrisa que a partir de las arrugas de las comisuras de los ojos se extendió a la boca y todo lo que en una cara pueda sonreír.
-Vos no estás más loco que yo o que cualquiera… ¿Sabés qué es estar loco?
-No.
-Creer que nuestra fantasía es la única verdadera.

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