martes, octubre 23, 2007

418 ¡YA SE FUE AL CARAJO!

Nuevos efusivos abrazos y exclamaciones. Abelardo saludaba a Ernesto bajo la denominación de Mem, lo que dejaba al interesado más que vergonzoso aunque con un dejo de reacción suficiente como para encajarle el apelativo de “predestinado” a Manuel y disfrutar con la confusión generada. Abelardo tuvo que aclarar que entre tantos pensamientos que habían dominado su mente, en una época se le había dado por la numerología, el I-Ching y la quiromancia. De ahí había llegado a la simpática conclusión de que Manuel, nacido el 6 de Junio de 1986 y no mostrando ningún rasgo de maldad congénita debería ser no el anti-cristo, sino el enemigo de este. Un ser predestinado para contrarrestar a la bestia.

-Y bueno. Ahí lo tienen… Yo ya no creo en esas cosas pero… En este caso mis predicciones parecen estar cumpliéndose.

Manuel no estuvo de acuerdo. Él no era ni quería ser ningún condenado por el destino. Ni para buenas ni para malas cosas. Si había combatido contra los malos que se dicen buenos, algunas veces, había sido siempre por convencimiento, por calentura del momento, o porque no se le había ocurrido otra cosa.

-Yo no creo en el destino.

-¡Yo tampoco Manolito! Te lo estaba diciendo… Tal vez haya sido que el mucho amor que te tenía se encargó de nublar mi inteligencia.

-Que no era tanta –acotó Margarita sintiéndose en su terreno de activa militante de lo irracional.

Abelardo la miró con párpados cansados.
-Siempre lo has dicho…

-Ah, papá! Lo que pasa es que eras muy testarudo pretendiendo que para cosa había una explicación a la que se podía llegar razonando!

-Y lo sigo pensando muchacha! Pero la razón no es más que un instrumento que organiza nuestra mente en bloques y sectores e instrumenta las vías de comunicación y sus sistemas.

Margarita se agarró la cabeza.

-¡Ya se fue al carajo!

Abelardo también rió pero sin dejar de desarrollar su idea.

-Por encima de eso encontramos el plano de la inteligencia que tiende sus antenas hacia los planos superiores del ser…

Vittorio, casi reconvino a su compañera por dejarse llevar por viejas disputas, es decir que se le notó en la cara que prefería seguir oyendo aquella anatomía del ser que el anciano fallecido malamente había podido desarrollar. Quiso preguntar.

-Y el otro mundo, donde vivís… Quisiera saber qué es lo que determinan esas dimensiones de más que ustedes tienen allí?

-Es difícil que lo entiendas si no lo has experimentado. Como te lo diría…? La cuarta dimensión espacial, por ejemplo, bueno… sería como que en un cruce de calles, parado allí no vieras cuatro calles, sino cinco –en nuestro caso, en ves cuatro y cinco serían tres y cuatro- Las cinco calles te darían una idea espacial de lo que es la zona, más completa que si fueran cuatro claro que tratándose de una realidad que tiene más dimensiones. Porque yo aquí veo las cosas prácticamente como ustedes. Esta zona del universo Yahvé es muy flaca de dimensiones. En la cuarta casi no tienen grosor, y con el tiempo dos están peor.

Ahora entró Mandinga, para confirmar lo que decía su amigo o socio o apenas conocido.

-Al que no le he querido cobrar las deudas por pura simpatía… Y que está diciendo la verdad. Porque eso fue lo que me pasó cuando venía llegando y el ángel se me apareció en el momento que me fracasaba la maniobra a través de la dimensión cuatro que conlleva una pasaje también ,aunque muy ligero por los bordes de la dimensión espacial cinco. ¡Qué dimensión cuatro! Apenas el uno por ciento de los átomos de mi nave llegó a manifestarse antes de que me reventaran la cabeza con ese credo en dios padre!

-Y el segundo tiempo?

-Eso es más difícil todavía. En primer lugar no tenemos dos tiempos, sino un tiempo con dos dimensiones, que no es lo mismo. Ustedes también lo tienen pero aquí la segunda dimensión del tiempo es tan estrecha que no hay manera de detectarla en los fenómenos corrientes. Es una banda tan estrecha que…Pero esto no les hace imaginar el plano del tiempo… Bueno por ejemplo. Ustedes pueden vivir un hecho, en el cual hubieran podido actuar de muchas formas diferentes de entre las cuales optan por una. Eso es lo que hacen, aunque tengan algún pantallazo de lo que hubiera podido suceder si actuaban de otra manera. Que son los pequeños desarrollos de esa historia en la segunda dimensión del tiempo. Para nosotros son posibles dos líneas de acción simultáneas, siempre que las diferencias no sean muy marcadas. Dos variantes de una misma acción que se viven al mismo tiempo sin confundir los datos de una con los de la otra. Sabemos intuitivamente hasta dónde nos da el cuero para diferenciar las acciones posibles. A eso le llamamos conciencia del espesor. Eso sí, no siempre estamos viviendo dos historias. Las historias confluyen permanentemente a puntos en común donde las dos personas vuelven a ser una.

(Esta es una historia continuada. Sería aconsejable leerla desde el post n. 1)

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