sábado, octubre 13, 2007

411 CAMARARELOJMINICOMPU

Ernesto llevó la cámara-reloj.minicompu, consigo, como decíamos, y por eso cuando comenzó la reunión con los generales pudo colocar el brazo de tal modo que enfocara casi todo el tiempo al general uolter, con su rictus impasible y aquella parker que golpeaba en la mesa por una punta y alternadamente por la otra. El punto era que Ernesto en perfecto ingles les planteaba el excelente negocio de canjear 19 elementos de elite por tres sujetos sin ningún entrenamiento. Una bicoca que uolter se empeñaba en desvalorizar aduciendo que a él sólo le interesaba recuperar al S11, un agente fuera de serie.

-¿Y los otros 18?

-Hagan lo que quieran con ellos, total los fabricamos por millones.

-Se los damos de gratis por los otros dos de nosotros....

Pero uolter, es decir la papada de uolter que colgaba debajo de su carretilla, dijo otra vez que a Daysy no la entregaban. Estaba comprometido a enviarla a un laboratorio donde la querían estudiar.

A la sazón Margarita no comentó cosa alguna sencillamente porque no tenía como seguir la historia en directo, pero más tarde agradeció a Ernesto todo lo que había argumentado por su libertad, aunque hubiese sido al pedo. Estaba bastante deprimida y otra cosa que suspiros no le salían hasta que de pronto pareciole haberse quedado sin público, cosa que comprobó mirando para el fondo dónde Vittorio y Ernesto se habían agazapado tratando de meterse en una carpa que allí había para poner en funcionamiento el plan B que consistía en la emisión de unas señales direccionales que Manuel y los muchachos podrían rastrear mediante la sensibilidad de las cuerdas de las bolas. Así se hizo -Manuel, Cholo y el Dengue ya estaban sobrevolando Paraguay- pero fue solo Dengue, el más hábil piloto, quién descendió sobre la tierra paraguaya solo los segundos necesarios para que Margarita Vittorio y Ernesto corretearan y saltaran dentro de la bola.

Ya estaba. Por codicioso, el general uolter se había quedado sin su amado agente especial y ellos se quedaban con el clavo de tener que cuidar los prisioneros como si fueran huéspedes!

(Esta es una historia continuada. Sería aconsejable leerla desde el post n. 1)

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