viernes, abril 11, 2008

510. Ondas Resonantes

Entonces la palabra telepatía salió de los labios de Miguel justo cuando llegaba el vermouth a mojarlos des dramatizando enseguida los conceptos y las posturas corporales. Abelardo con el tizón reordenaba los leños en el fuego para que rápidamente generaran brasas. Margarita, pocillo de té entre las manos, parecía oler la esencia del brebaje dorado a la espera de que , facilitada por la ausencia de azúcar, la espiritualidad contenida se le incorporara definitivamente. Miguel ya llevaba medio vaso vacío, según algún punto de vista, y sentado en aquellas maderas torcidas que parecían formar un sillón de patio,continuaba mirando al joven que acababa de entrar según él por accidente, a las circunvoluciones de su cerebro. Manuel se había sentado a esperar la evolución de los hechos..

De pronto Margarita reaccionó saliendo de su éxtasis oriental.

-Manuel, me parece que no te estas alimentando bien, mi amor... Equilibradamente, quiero decir. Sabés que tanto vale el Ying como el Yang...


Manuel no supo qué contestar. Abelardo bromeó conque por un día iban a comer buena carne y Margarita aseguró ni pensar en tamaña cosa. Miguel exprimía el resto de vermouth que se deslizaba desde los cubos de hielo en el vaso, Manuel se rascaba la rodilla y Abelardo colocaba en ese mismo momento la última de las cuatro tiras de asado cortadas a la moderna, sobre la parrilla. Enseguida brindó elevando aquel recipiente cilíndrico y rojo, frente a las caras de los presentes. Estaba contento. Sí, estaba contento a pesar de las múltiples preocupaciones que debería tener como abuelo responsable que siempre había sido. Pero es que no se sentía preocupado sino... ¡Entusiasmado! Irresponsable de él mismo, con un nieto desaparecido y otro tan loco como su abuelo. No debería estar de brindis ni de festejos sino buscando la lógica o la ausencia de lógica a todo lo ocurrido en el último par de horas. Porque las dos cosas eran posibles, o hasta aún, una situación que participara de las dos características, sin ser ninguna de las dos cosas.. Una cosa a-lógica por ejemplo, o para-lógica.
Porque.... desde atrás del vidrio coloreado mirando las facciones deformadas de su nieto, continuaba pensando, sin parar de sentir que una vitalidad renovada le venía brotando desde los talones para arriba, insuflándole viento en los pulmones y haciéndole efervecer el plexo solar. ¡Sus ideas de antes no habían sido nada descabelladas!

Miguel se inclinó hasta alcanzar con la mano la botella del vermouth que había quedado sobre el cajón chato que hacía las veces de mesa. Nadie lo notó, por suerte, para no perturbar el duro trance que motivaba tanta sed etílica venida de golpe. El era un profesional de las cuestiones fisio-psicologicas y químicas relativas a la alteración de los estados de conciencia, pero... nunca hubiese creído que alguien pudiera leer el pensamiento... y menos con esa axactitud! No tenía siquiera noticia de que se hubiese comprobado una lectura de poca aproximación. Quiso averiguar algo más.

-Y... ¿esa habilidad, o posibilidad... la tuviste siempre...?

Manuel se sintió aludido y puesto frente a la posibilidad de demostrar que si antes había dicho cosas raras, había sido justamente por tener necesidad de hablar de cosas raras. Por ejemplo...

-La existencia de mundos paralelos.
-No parece tener relación con la telepatía...
-Sí. Que las dos cosas son ciertas.
-Me consta que repetiste textualmente lo que yo acababa de pensar... Pero me he dado cuenta de una cosa. Vos repetiste sólo la parte de mi pensamiento que yo había pensado en forma de un informe verbal que en mi imaginación rendía frente a alguien. De todo lo otro que generó ese pensamiento, toda esa parte que yo puedo recrear en mi emoción pero que no podría transmitir con unas cuantas palabras... de eso tampoco vos pudiste decir nada. A ver... ¿tratá de decirme cuales eran esos pensamientos confusos?
-No yo escuché esa parte que te dije. Antes y después era como que nadie estuviese pensando.
-¡Ahí está! ¡Es como me lo había imaginado! Podés leer los pensamientos si estamos pensando en cómo se dice en palabras sonoras lo que estamos pensando.
-Puede ser... Pero además es algo involuntario... o casi. A no ser que... los pensamientos sean amplificados por un conjunto de cuerdas especiales...
-¿Qué?
-El interior de una bola, por ejmplo.

En ese momento nadie notó que Margarita huía por el callejón de Aerosur rumbo a la parada del ómnibus, ni que el asado se ponía muy a punto de ese lado y necesitaba que le dieran vuelta, ni que Miguel ya había vaciado la botella, ni que varias otras cosas. Porque en dos o tres minutos discutían apasionadamente las maneras en que una onda de carácter sub energética se pudiera potenciar hasta que fuera detectable. La influencia de la sensibilidad psíquica de cada individuo en el resultado final. Y hasta una introducción a la ética del accionar telepático. ¡Tenían un tema!
Por el momento el interés de Manuel estaba totalmente centrados en conseguir ayuda para volver a su mundo, pero comprendió que debía tener la paciencia suficiente como para permitir que los dos veteranos se familiarizaran con el tema. Miguel desde la sistemática y la petrea escritura que debía volver a borrar cada dos minutos. Abelardo con el despertado vuelo de su inteligencia dormida. Se levantó y dió vuelta el asado justo a tiempo. Ahora sí advirtió el agotamiento de la bebida y la ausencia de su madre.





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