sábado, marzo 15, 2008

493 Coincidencias

Tanta era la risa y tan descontrolada que, por un momento Manuel llegó a pensar que todo lo anterior no había sido más que una actuación muy bien llevada, un juego para probarle o simplemente una broma. Ernesto ahora se sentaba sobre el cantero de césped geométricamente trazado, se tomaba aun la cabeza con las manos, se secaba las lágrimas de las mejillas... levantó la mirada.
No. Ahí estaba otra vez la mirada escrutadora.

-¿Ninguna cosa de las que dije...?

Ernesto sacudió un rotundo no, con la cabeza.

-Me parece que estás recordando un sueño que has tenido... Conozco a alguien que te podría ayudar... poner un poco de orden dentro de...
-Ah, conque estoy loco, eh?. Te puedo mostrar muchas cosas...
-La caverna...?
-Sí, la caverna... pero antes, ¿Acaso no estaba esa foto sobre la chimenea de tu
casa...?
-Siempre estuvo la fotografía de mi padre... que era humano.
-Mmmm... pero tu madre sabía que existía esa caverna, dijiste que...
-Mi pobre madre estaba loca.
-Y yo soy su enviado... tan loco como ella?
-Reconozco que me ha sorprendido la coincidencia pero...
-Es que tenés la memoria estropeada. De lo único que te acordás es de que tu madre hablaba de la caverna. .. ¿Cuando taparon el fondo del pozo para que juntara agua?
-Hace casi un año vinieron a limpiarlo y arreglarle algunas grietas. Nunca tuvo ninguna tapa en el fondo. Vivo en esta casa desde que era chico.
Eso ya lo se. Y conozco tantas cosas tuyas que no se como me las enteré sin conocerte.
-Una cosa, por ejemplo...?
-Que después de muerta tu madre volvieron por varios años al Brasil donde... ocurrió algo muy grave...
-Si esas noticias se saben de boca en boca...
-En un cañaveral tu padre se voló la cabeza, muy cerca de dónde estabas vos con un hermano.
Ernesto saltó.
-No yo solo. Yo sólo lo vi!
-A Dengue le contaste eso.
-¿Dengue...?

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