Al término de las declaraciones sobrevino un pesado silencio. En cada una de las cabezas las ideas en pro y en contra de la posible realidad de aquellas cosas se balanceaban y anulaban mutuamente. No era que nadie hubiese alguna vez pensado cosas similares por tener una concepción lineal e inocente. No, todos ellos, hasta la anti-intelectual Margarita, aunque a través de distintas experiencias o por distintas razones, habían desechado hacía rato todas las explicaciones simplistas del universo. Las religiosas, pero también las cientificistas. Tenían en cambio (Y ahí radicaba primordialmente la duda) una tendencia a imaginar un mundo más dirigido directamente por algún espíritu primordial. Sin llegar a la historia del viejo barbudo, por supuesto. Ya hacia rato que galgueaban tras las noticias que día a día les llegaban sobre la progresiva complicación de los múltiples planos, dimensiones, y tiempos, como para recibir de buen grado esta andanada de yoes parecidos.
Por último Cholo le preguntó:
-¿Querés decir que todos venimos en versiones buenas y malas, y que lo que nos parece mal aquí en otra versión paralela, nos parece bien?
-No necesariamente, aunque... si fuera cierto que las versiones son infinitas, tal vez...Yo no se.
-Matemáticamente... -musitó Ernesto mirando el suelo. A lo que la flaca sonrió aliviadoramente:
-No creo, porque la persona tiene una tendencia natural que se va a manifestar en cualquier circunstancia que le toque vivir... - (Su mano se fue colando por debajo de la remera de Manuel hasta hacerle cosquillas).
Ahora fueron Dengue y Trum Urum los que venían bajando la rampa mientras charlaban animadamente. Nada de depresiones, el tema de los muchachos estaba en camino de resolverse a través de una agrupación de adolescentes antipatos. Trum había sido invitado a una agrupación de la que formaba parte su hijo y había salido pletórico de orgullo.
-Es lo que yo decía- festejó Giorgionne. -Hay que darles la oportunidad.
Pero el tema era considerar que si ese mundo de las infinitas copias fuera falso, falso resultaba ser que Mandinga no fuera un traidor. Aunque le estuvieran dando tantas vueltas que ya ni ellos podían seguir el hilo que... ahora era tirado nuevamente por el otro extremo y volvíamos a vernos repetidos como las fichas de dominó, en hileras...
Cholo volvió a las preguntas aunque ahora como hablándose a sí mismo:
-¿Estás diciendo que lo que acordaste lo acordaste vos, pero siendo otro vos con el cual nunca estarías de acuerdo?
-Más o menos...
Manuel retorció su espalda a medida que la mano de la Magda subía por el espinazo galopando con cuatro dedos. La flaca estaba contenta. Se le notaba distinta desde que Manuel le había abrazado la espalda y de cuando en cuando le sonreía otra vez con candor a pesar de haber puesto cara de pensar en lo que se hablaba. La hizo corta. Propuso que teniendo tiempo para pensar ese tema tan difícil se pusieran a pensar en qué contestarle a Satán.
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