En poco rato fue descartando posibles soluciones que partieran de algo que pudiera hacer por sí mismo. Al menos no tenía antecedentes válidos y en cuanto a descubrir pensando... No. Se conocía suficientemente como para descartar que en una serie de pensamientos encadenados tuviese alguna posibilidad de llegar a otra conclusión que no fueran las mismas ideas del principio. Eso podría ser posible para Cholo o para Ernesto. A él cuando algo le salía bien era más por olfato que por razonamiento...
-Sí. Y ahora ...
Le causó gracia pensar que estaba encerrado con su única compañía. Que se debía agradecer por no dejarse solo. Y aprovechar tal vez la ocasión, para decirse todo aquello que nunca tenía tiempo de decirse. Contarse el largo tiempo que llevaba consigo mismo, observándose , comprendiéndose, y nunca sabiendo de donde mierda había aparecido para ponerse allí enfrente, a posibilitar este entretenido diálogo. Aun peor que eso.
(Me puedo decir que no siempre he sido el mismo.)
(Ni yo tampoco.)
(Primero era un niño sin mayores pretenciones.)
(Me mirabas sin intentar comprenderme.)
(Poco a poco fue despertando en mi ese que ahora eres.)
(Tardé en darme cuenta de que podría ser yo mismo.)
(Mucho más tardé en darme cuenta de que me estaba mirando.)
(¿Yo a tí? o ¿Tu a Mí?)
(Los dos somos el mismo.)
(Ya lo se... Pero no voy a romper el juego!)
(Ni yo.)
(Tu...)
(Bien, de acuerdo. Yo seré tu tu.)
(¿Y yo?)
(Ja, tu serás mi mí.)
(¡No, seré tu tu!
(Otra vez iguales?)
(No, porque tu serás mi tu, y yo seré tu tu.)
(Ja ja, mi tutú...)
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