Manuel se adelantó hacia la imagen del chivo cómo queriéndola interpelar con la mirada clavada en sus ojos.
-¿Qué ganarías aliándote con unos traidores?
Después de algunos chasquidos y el traductor recuperó el control.
-No quieras ser más sabio de lo que eres, muchacho. Hay dos cosas que te han de quedar claras. Yo soy el aliado natural de la humanidad que lucha contra la dictadura celestial desde los albores de los tiempos. Y traidor, ente nosotros, no hay más que uno... Es decir toda una estirpe: La de los Mandingas.
-Él nos ha ayudado mucho. Es nuestro amigo.
-¡Pamplinas! Acaso alguna vez a corrido serios riesgos por ustedes? Ah dejado por un momento de correr tras las piernas femeninas? De dormir y comer como un cerdo. De eructar y de meterse los dedos en la boca...?
-Nunca le hemos pedido algo de eso.
-Nosotros sí...
-¿Que no se metiera los dedos en la boca?
-¿Que te parecería si invitas a alguien a cenar y a tratar serios asuntos de una guerra en ciernes y...?
-...se mete los dedos en la boca.
-¡Claro, y eructa en tu cara y la de tus invitados venidos de todos los confines del universo y de todas las múltiples dimensiones...?
-Gente importante...
... y poderosa...
-Te parece una traición?
-Ja, se lo perdonaría si después hubiese cumplido con sus compromisos.
-¿Cuales compromisos?
La quieta imagen en la pantalla tomó movimiento y ubicación en un ámbito palaciego que parecía estar incendiándose. Era muy impresionante ver como las puntas de los bigotes del chivo se achicharraban rizándose en caracolitos. Su voz continuaba.
-El compromiso de poner todo el poder de los Mandingas a disposición de la Alianza Satánica.
Desde la rampa resonó el vozarrón de Mandinga que venía entrando.
-¡Eso es mentira!
Satán apenas parpadeó.
-¿Mentira? Tenemos las grabaciones holográficas verificada por todos los presentes..
La voz de Mandinga se estrechó levemente.
-¡Me engañaron!
Con una risotada teatral, la imagen se fue difuminando entre las llamas y por último desapareció. También las llamas.
Todos los ojos se posaron sobre el negro Mandinga quien de alguna manera temblaba en la búsqueda del modo de explicar aquel embrollo a un grupete de terráqueos ignorantes. No se iba a poner a dar lecciones sobre la conformación de asociaciones de dimensiones... Para decirles que no sólo hay muchos mundos simultáneos y colindantes, sino que muchos de ellos van camino a un inminente colapso, mientras otros perviven y se acrecientan sobre los despojos... Y que... En todos ellos, o en unos cuantos estamos nosotros, algunos de nosotros, o todos, contribuyendo con nuestros errores a la sumatoria de errores que va arrastrando el conjunto hacia el apunamiento y la muerte. Callejones sin salida en los que desempeñamos papeles, a veces, bastante diferentes que los de acá, pero tan convencidos como ahora de que esa es la única realidad. La real.
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