domingo, agosto 12, 2007

364 La empatía y el robo

Por fin todos fueron enganchándose con la historia, hasta Chumbo, el menos propenso al trato con computadoras. Dengue tanteaba la idea de un espionaje mental, mediante lectura del pensamiento. Cholo permanecía callado, pero su rostro denotaba preocupación. Manuel quiso ver la historia en Internet.

-Bueno, pero tendría que ir a Guichón a pedir prestada, otra ves la notebook…

-Te llevamos y te esperamos en el montecito que hay pasando el cementerio.

-Miren que en el pueblo hay un relajo bárbaro… Se festejan los cien años….Además no podría volver, mañana temprano vienen dos amigos de Buenos Aires que tengo que esperar… ¿Porqué no vienen a la fiesta mientras yo consigo que me presten un lugar donde hay una computadora y podemos estar igual toda la noche?

Les pareció bien. Dejaron que Bosco partiera ya, en busca de tiraje, mientras ellos recorrían la fabricación y los detalles de las bolas terminadas. Ernesto terminaba siendo un gran organizador del trabajo comunitario Las bolas nuevas eran perfectas, y salían de la línea de montaje con sus cuerdas perfectamente afinadas. Probaron que eran muy celosas con los mandos y había con ellas que moderar los deseos no fuera cosa de estrellarse contra el cerro. El Dengue por supuesto se dejó llevar del entusiasmo y casi lo cumple, salvando las apariencias con un brusco rulo en elevación muy parecido a un voluntario floreo. Claro, era inevitable. Las bolas también iban a evolucionar, haciéndose cada vez más parecidas a los humanos, sus fabricantes. Las maniobras eran cada vez más perfectas, engañosas e inesperadas!

Chumbo aprendió a pilotear más rápido que nadie. -Es más fácil que hacer un robo –bromeó y todos rieron, pero después insistió con eso. Dijo que para robar había que engancharse mentalmente con la víctima, dominarla con la mente mucho más que con ningún arma. Creo que leí que se llama empatía.

Ernesto confirmo agregando que era un tipo de empatía negativa, basada en el temor que produce una imagen que uno le ha impuesto al otro.

Chumbo se rió.

-Si, ya sé que he sido un chico malo. Te lo estaba diciendo.

-No hablaba de vos sino del robo. Creo que es como vos decís.

Cholo también entró en el tema:

-Claro, en todos los robos es así. ¿O si no para que gastan tanta plata en publicidad? Para imponerte esa imagen que dice Chumbo.

-Después vienen a vos como corderitos! Se entregan. Hasta parece que te piden que te quedes con todo y sacan de los bolsillos también lo que a vos no te interesa.

-Una vez que el modelo humano ideal está gravado a fuego en tu cerebro con mensajes de refrescos cotidianos…Vos vas solito al Shopping Center y comprás lo que te dijeron que querés.

Apareció Giorgionne desde dentro de la cueva e intencionadamente dijo fuerte como para su hijo.

-Menos mal que los rebuscados y complicados éramos los psicólogos que a todas las cosas le encontramos significados ocultos!

(Esta es una historia continuada. Sería aconsejable leerla desde el post n. 1)

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