Pero la imagen fue cortada por un flash informativo muy sacado de contexto. Los presidentes americanos andaban por Chile y se había producido un entredicho entre los españoles y el inefable compañero presidente Chávez, para coronar el anterior entre Tabaré y Kirchner que seguían ostentando sus respetivos cargos porque nadie se acordó de decirles que se habían quedado sin quórum. Caso distinto al de Venezuela, gobernado por su presidente electo y todavía con una organización política tradicional. O el de España, con presidente y además corona, la que no tuvo otro remedio que agraviarse
A continuación pusieron la imagen de la papelera vista desde arriba del puente. Manuel se sorprendió al reencontrarse con esa imagen que tenía guardada en la memoria de cuando pisoteaba, junto con los otros ocho, ese duro hormigón.
-¿Así que la comuna de Fray Bentos siguió no más con el proyecto?
Mandinga se rió.
-¿Saben lo que me dijeron…? Que las discusiones se siguen nada más que para ver quién termina teniendo razón. Que de todos modos ya se llegó a un acuerdo de transformarla en otra cosa que va a dar lugar al trabajo de toda esa comuna. Tabaré y Kirchner todavía no lo saben.
Manuel estaba en otra cosa volviendo a los recuerdos de aquella aventura. Ahora se daba cuenta de cuan cómico había sido todo. En aquel momento no lo había visto por andar demasiado preocupado con lo que le pasaba. Si hubiese sabido que el mismísimo Germán Oesterheld le había preparado toda esa historia plagada de sorpresas y metidas de pata…bueno, seguro que hubiese al fin estallado en una gran carcajada para festejarle el chiste de equivocarse a cada rato y tenerle siempre al borde del precipicio… Pero claro, los tipos todavía no sabían como manejar las bolas por control remoto y solían equivocarse por unos cuantos metros o quilómetros… En un año se había producido un avance muy grande en el diseño de las bolas que sin llegar a la sofisticación que mostraban las grandes naves de pasajeros de Nuestra Compañía, hoy por hoy esa bola que había traído Abelardo, bien se la podría comparar con un Porsche pistoneando.
Otro llamado de atención desde la pantalla. ¡Los argentinos se había lanzado a cruzar el puente! El cronista de voz un tanto gomosa se atragantó pronunciando las palabras acompañadas por tomas hechas con teleobjetivo. ¡Eran una multitud caminando todos descalzos para simbolizar la vuelta al respeto por la naturaleza! Una mancha gris compacta que avanzaba sin pensar en detenerse en ninguna frontera. Del otro lado, o de este si se quiere, los muchachos de la comuna militar del puente que fueron tomados por la cadena de Manuel, tomaban mate sentados en unos banquitos de ceibo mientras la mancha avanzaba. La veían sí y hasta repetían junto con la radio que algo se movía hacia ellos desde el lado argentino. Enseguida llegaron y pasados los saludos de rigor, hubo que preguntarles que era que venían a hacer todos juntos para este lado.
-A volar la papelera! –respondió un coro de mil voces.
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