sábado, mayo 05, 2012

885. Dengue se va conmigo

  Manuel  iba mirando la espalda de Dengue, quién a pesar de todo caminaba hasta con energía sobre el pedregullo  demasiado grueso y suelto como para avanzar derecho. Pero la cabeza gacha, puesta en horizontal como un ariete para envestir al destino. Lo menos que precisaría. Tal vez adivinando  las borrosas marcas entre los pedruscos de los anteriores desgraciados que habían entrado a los galpones.

Al ingresar se encontraron con el Dr. Regules que venía a recibirles, o al menos recibir al alcalde y al concejal, con los que había estado hablando por teléfono. Pero cuando Regules pronunció el saludo, aquel tono de voz aceitosa y cavernaria hizo que la persona de Manuel volviera abruptamente de su éxtasis filosófico a la tierra. Aquello era, aquello era.... demasiado parecido a aquello otro... Porque aunque parezca un recurso ya gastado por las películas del montón, literalmente Manuel reconoció la voz sin reconocer a quien pertenecía. Por un instante, porque al siguiente vio ante sus ojos esa misma cabeza salvo que cubierta por una inocente capucha de lienzo. ¡Era el interrogador del día del rapto!

Saltó hacia adelante y su paró justo adelante de Dengue antes de que el Médico llegara a él. Todos se detuvieron. El Cholo vino a ver de cerca que le pasaba a Manuel y por qué miraba así, en actitud desafiante a los otros, al tiempo que les decía que Dengue no se queda acá.

(estaría loco?) O tal vez también él habría hecho todo el viaje revolviéndose de tripas.

El brazo derecho de Ernesto, justo a su izquierda, se comenzó a mover para sacar al impertinente del camino, pero por algo se detuvo. El alcalde en cámara lento paseo su rostro repetido con similares intenciones sin llegar a tomar a Manuel por un hombro. Por indecisión y no por blandura.

El tiempo entonces vuelve a su ritmo normal  y vemos como escena detenida a Manuel parado de piernas y brazos abiertos, delante de Dengue, y los otros en abanico, semi agachados pero completamente estáticos  mientras el tiempo externo sigue pasando. (después la tira se recortará para que encaje en los tiempos).

Escena obvia.

-Dengue se va conmigo. Yo aquí no lo dejo,


                                                                                                                                                               

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