viernes, octubre 02, 2009

741. Meditación y Emergencia

Caminando y caminando habían llegado frente al parador del Pichi. Ya era hora de que Magda se ocupara de su nuevo trabajo al frente de las cinco computadoras del pequeño ciber-café. Pichi les vio venir y salió al encuentro, Rulo siguió su camino.

Fueron hasta detrás del pequeño mostrador que oficiaba de comando. Magda arrimó otra silla para que Manuel se sentara a su lado Iba a darle las instrucciones elementales sobre el tema.

-Esta es la barra de direcciones. Aquí se escriben las direcciones de los lugares que querés visitar...
-¿Lugares...?
-Sitios de Internet... Como si fueran diarios o estaciones de radio, pero en la pantalla...
-¿Y qué puedo hacer con eso...?
-Muchas cosas. Mirá, te voy a llevar a un lugar dónde podés escribir historias y hacerlas circular por todo el mundo.

Manuel vio que en aquel renglón vacío se formaba la palabra blogger, y que enseguida se aparecía una lista de resultados que empezaba con:

Blogger: Crea tu blog gratuito.

Blogger es una herramienta de publicación de blogs gratuita de Google para compartir con facilidad tus pensamientos con el mundo.
https://www.blogger.com/start?hl=es - En caché - Similares -

Le pareció nuevamente maravilloso. Recordaba sí, que en la otra Tierra habían andado en esas mismas cosas pero... Hasta ahora no se había preguntado en serio si tendría deseos de escribir una historia... Su historia... La historia que pugnaba en todo momento por reventar de sus labios afuera. Aquella historia que nunca había terminado de sentir como enteramente propia, elegida voluntariamente... buscada... La historia en la que se había visto involucrado. Empujado a entrar... Tal vez por su abuelo y Germán... No lo sabía. No, todavía era incapaz de sacar una conclusión, pero... Fuerza era confesárselo... Ahora, no podía sentir su vida como su vida... Su verdadera vida había quedado allá, prendada de las comunas anarquistas, de las luchas continentales, de las intrigas cósmicas. ¿Cómo explicar aquí y ahora, a sus amigos, lo que se siente cuando se levanta vuelo en una bola de papel y engrudo y se enfila a presentar desigual batalla a las huestes de los malditos ángeles dorados? Lo que es rehuir el impacto de las oraciones mayores desapareciendo del espacio hacia la nulidad del punto? Lo qué, sostenerle la mirada al rey de las tinieblas, hablar con el hippy Jesús o enviarse mensajes por intermedio de un Sargento Kirk de dos dimensiones?

-Manuel!

Magda, en medio de sus meditaciones había estado contestando una llamada.

-A Ernesto le pasa algo grave, llamó Dengue. ¡Dice que grita desesperado! ¿Vamos...?

Pidieron bicicletas prestadas y llegaron al portón junto con Vittorio Giorgionne y el Dr. Bermúdez que bajaban de un ambulancia sin sirena. Dengue abrió desde adentro, y al abrir vieron todos pasar a Ernesto a toda cartrera e incrustar su cabeza dentro de un seto casi perfectamente esférico, de los que adornaban el jardín. Sin duda lo que se sentía vibrar en el aire eran sus llantos. Desgarrados y agrios llantos de una mente desquiciada. Fueron a rescatarle, sacarle, apiadarse de él, hablarle pausada y serenamente, apoyar manos sobre sus hombros...

Al cabo dejó de sollozar, levantó desinflados ojos de animal muerto hacia el médico y pronunció su propio epitafio:

-Me he vuelto loco, doctor.

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