martes, enero 08, 2008

454 Inesperado Combate

Ernesto necesitaba hablar con alguien. Activó la red de parlantes que lo comunicaban con las galerías de los tucus...Era extraño. Tan ocupados habían estado en los últimos días que no habían reparado en el completo silencio que reinaba... Al llamado por los parlantes no respondía nadie... Tampoco desde el dormitorio de Manuel terminaba de salir la enamorada pareja de Vittorio y Margarita... Se sintió por primera vez solo en mucho tiempo. Todos andaban disfrutando de sus vidas sobre la superficie del planeta o del colchón. Todos a no ser él. Terco personaje aferrado a una idea perfecta que le esclaviza. Ernesto Federico de Oliveira e Souza, el niño que había sido, buscador de pasadizos secretos que le llevaran al país donde estaría la sombra de su madre. Y también la salvación de la humanidad. Y un mundo donde reinara el amor y la concordia, sin hipocresía.

Nuevas imágenes en la pantalla le sacaron de la cavilación. Las columnas de clones en la patagonia eran atacadas por una flotilla de naves parecidas a las bolas ¡! Eran mucho más ovoideas que las que nunca hubiese visto ni enterado que se estuviesen fabricando en alguna parte. Eran... aparentemente metálicas y en su costado todas mostraban una especie de insignia multicolor...

Recién entonces operó sobre el teclado trayendo la imagen detenida. Era sí un extraño escudo con dos o tres signos indescifrables. Ya estaba. Ahora en las imágenes aparecían otras aparatosas naves negras que atravesaban la pantalla y se perdían paralelas hacia un lejano punto de fuga. ¿Serían de otro bando? (No parecían haber participado del combate que... Claro que era desparejo... y crudo. Eran miles los cuerpos que se revolcaban sobre la tierra reseca)

Nueva toma muestra que puentes traseros se comienzan a transformar mediante múltiples repliegues internos, en armas atemorizantes apuntadas al cielo. De pronto despiden luces que volando hacia los huevos les hace entrechocar sonoramente. Desconcierto momentáneo que les cuesta algunas bajas antes de reaccionar con inteligencia hacia sus nuevos objetivos allá al borde de las barrancas. A las que tapizan de artillería explosiva de esa que desintegra la materia... Pero viene sobre el gris paisaje una banda de naves plateadas que se acercan metrallando diamantes ¡!

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