Golpeaban las manos otra vez. Manuel se asomó por la ventana. Era Cholo. Qué raro, Cholo golpeando las manos en el frente en vez de entrar hasta la puerta.
-Pasá, Cholo, -desde la ventana, mientras alargaba el brazo para agarrar el pantalón que se iba a poner.
Pero se detuvo un momento a considerar otra vez, que seguía sin enterarse de cuanto sabría este Cholo sobre la existencia de mundos paralelos. Prefería hablar de otros temas, como la pòlítica local, por ejemplo, ya que era lo que a su amigo más le importaba, antes que despertar sospechas, como siempre, sobre su sanidad mental. Sin embargo Cholo era muy inteligente...
Enseguida estuvieron en la cocina preparando un mate y haciendo los comentarios de siempre sobre lo poco que se estaban viendo en los últimos tiempos.
-Ya no vas más al comité?
-Poco... Bué, casi nunca.
-Sí, hasta yo estoy yendo bastante menos... No hay el entusiasmo de antes.
-Qué pasa...?
Cholo lo miró como a un marciano.
-Y... No ves? que desde el gobierno el Frente está haciendo todo lo mismo que siempre criticó.
-Ah, eso sí. Y a la pobre reforma agraria la archivaron para siempre.
-Y bueno... Está bien que yo, por ser anarquista, no confíe en ninguna clase de gobierno representativo, pero... al menos esperaba algunos cambios
Era tal el desencanto que expresaban las palabras y la actitud de Cholo que Manuel se sintió conmovido. Le recordó en otros mundos, lleno de entusiasmo y siempre explicando las ideas políticas que afirmaban las bases de la Revolución Ácrata. Le vio volando en su bola roja y negra, sobre las nubes luminosas de Latinoamérica, con la vincha que usaba, de esos mismo colores, y su sonrisa más ancha. Este Cholo parecía vencido.
-Pero el poder de todos es posible.
Cholo pegó un respingo y le encaró de ojos grandes y expresión casi enojada. Le rezongó que esa había sido siempre su creencia, aunque nunca atinara a encontrar el camino que permitiera llegar a la meta. Primero había ensayado un pensamiento gradualista, que imaginaba a un pueblo adquiriendo consciencia de su poder a través de una educación progresiva. En un segundo momento se había dado cuenta que los medios masivos de comunicación podían anular cualquier idílico intento de ese tipo, promoviendo todos los valores contrarios, e idolatrando a los personajes más abyectos. La tercera etapa había sido totalitaria. Confiscando el poder absoluto en manos de una minoría esclarecida y estableciendo una organización social igualitaria por decreto. Una dictadura que promoviera la verdadera libertad. En el momento cuatro recordó que el poder corrompe y que el poder absoluto corrompe absolutamente. Los liberadores se transformarían en dictadores permanentes...
-Y si sólo se dijera la verdad y se dejara que la gente actúe
Cholo se impacientaba.
-Pero la gente no actúa! Están todos mirando televisión! Son espectadores de la novela de sus propias vidas.
Esto último impactó en la mente de Manuel. La novela de su propia vida. Le estaban ofreciendo transformar su verdadera vida en una fantasía para ser compartida, total. Nada de lo que se ve en la pantalla es real. Y si es fantasía, tanto da. Lo bueno es que sea atrapante, que nos permita la ilusión de estar viviendo una aventura peligrosa sobre el diván de nuestro living, o comiendo una porción de pizza que hemos pedido con el control remoto antes que comience el capítulo final. Manuel, un héroe descartable más, que durará hasta que nos comuniquen por el interno la llegada del último hit: El video de la Reina Isabel violada por su perro!
-Sí, es complicado...
-Mientras el mundo va camino al precipicio todos mastican chicle,
-Pasá, Cholo, -desde la ventana, mientras alargaba el brazo para agarrar el pantalón que se iba a poner.
Pero se detuvo un momento a considerar otra vez, que seguía sin enterarse de cuanto sabría este Cholo sobre la existencia de mundos paralelos. Prefería hablar de otros temas, como la pòlítica local, por ejemplo, ya que era lo que a su amigo más le importaba, antes que despertar sospechas, como siempre, sobre su sanidad mental. Sin embargo Cholo era muy inteligente...
Enseguida estuvieron en la cocina preparando un mate y haciendo los comentarios de siempre sobre lo poco que se estaban viendo en los últimos tiempos.
-Ya no vas más al comité?
-Poco... Bué, casi nunca.
-Sí, hasta yo estoy yendo bastante menos... No hay el entusiasmo de antes.
-Qué pasa...?
Cholo lo miró como a un marciano.
-Y... No ves? que desde el gobierno el Frente está haciendo todo lo mismo que siempre criticó.
-Ah, eso sí. Y a la pobre reforma agraria la archivaron para siempre.
-Y bueno... Está bien que yo, por ser anarquista, no confíe en ninguna clase de gobierno representativo, pero... al menos esperaba algunos cambios
Era tal el desencanto que expresaban las palabras y la actitud de Cholo que Manuel se sintió conmovido. Le recordó en otros mundos, lleno de entusiasmo y siempre explicando las ideas políticas que afirmaban las bases de la Revolución Ácrata. Le vio volando en su bola roja y negra, sobre las nubes luminosas de Latinoamérica, con la vincha que usaba, de esos mismo colores, y su sonrisa más ancha. Este Cholo parecía vencido.
-Pero el poder de todos es posible.
Cholo pegó un respingo y le encaró de ojos grandes y expresión casi enojada. Le rezongó que esa había sido siempre su creencia, aunque nunca atinara a encontrar el camino que permitiera llegar a la meta. Primero había ensayado un pensamiento gradualista, que imaginaba a un pueblo adquiriendo consciencia de su poder a través de una educación progresiva. En un segundo momento se había dado cuenta que los medios masivos de comunicación podían anular cualquier idílico intento de ese tipo, promoviendo todos los valores contrarios, e idolatrando a los personajes más abyectos. La tercera etapa había sido totalitaria. Confiscando el poder absoluto en manos de una minoría esclarecida y estableciendo una organización social igualitaria por decreto. Una dictadura que promoviera la verdadera libertad. En el momento cuatro recordó que el poder corrompe y que el poder absoluto corrompe absolutamente. Los liberadores se transformarían en dictadores permanentes...
-Y si sólo se dijera la verdad y se dejara que la gente actúe
Cholo se impacientaba.
-Pero la gente no actúa! Están todos mirando televisión! Son espectadores de la novela de sus propias vidas.
Esto último impactó en la mente de Manuel. La novela de su propia vida. Le estaban ofreciendo transformar su verdadera vida en una fantasía para ser compartida, total. Nada de lo que se ve en la pantalla es real. Y si es fantasía, tanto da. Lo bueno es que sea atrapante, que nos permita la ilusión de estar viviendo una aventura peligrosa sobre el diván de nuestro living, o comiendo una porción de pizza que hemos pedido con el control remoto antes que comience el capítulo final. Manuel, un héroe descartable más, que durará hasta que nos comuniquen por el interno la llegada del último hit: El video de la Reina Isabel violada por su perro!
-Sí, es complicado...
-Mientras el mundo va camino al precipicio todos mastican chicle,
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