jueves, agosto 28, 2008

590. Querido Lector

Una traición o engaño a sí mismo, si es que eso fuera una cosa posible. Engañarse para... ¿Para qué engañarse? Si por último siempre se iba a terminar conociendo la verdad, aunque, claro... por eso de lo bailado, tal vez... Nunca se logra la misma naturalidad cuando se sabe que las cámaras nos están enfocando, las de la historia, o las de algún sujeto que quiere registrar los sucesos, por ejemplo uno mismo, colocado en el doble papel o triple de actor principal, de apuntador, de autor de la historia, y hasta capaz de público o testigo presencial. Qué joder!
Porque como posible, todo lo era, si posible era que le estuviesen filmando hasta los detalles más íntimos de la vida sin que nunca apareciera una cámara o cualquier otro aparato que registrara las tomas. Lo imposible, en su vida se había transformado en lo más posible, en lo obvio casi, lo que ya a nadie le podía llamar la atención.
Por eso. Por eso mismo, si alguien creíble le dijera que el autor de toda la historia de Manuel Aquelarre, (ahora Manuel Mandinga), no era ni había sido jamás otra persona que el propio sujeto de la historia... Tendría que creerlo. Aunque por dentro siguiera protestando de no haber pretendido nunca hacer una cosa así. Vaya locura, transformar una vida feliz y sin complicaciones, en una sarta de aventuras disparatadas! Pero tendría que creerlo. Creer que uno puede ser varias personas al mismo tiempo, que no se conocen entre sí y que si se conocieran quizá hasta ni se simpatizaran... Creer que en este mismo momento y sin necesidad de que él entrara en letargo, otro sujeto, habitante de la misma persona se esté dedicando a escribir, de algún modo, los detalles de lo que ahora está sucediendo. (De esto mismo que estaba pensando en este mismo momento). Simultáneamente, y tal vez con otros que estuviesen haciendo otras cosas escondidos en quién sabe qué tipos de rincones oscuros.
Por no hablar siquiera, de la que ya había desechado por hoy de sus pensamientos, que alguno de esos pudiera ser el autor...
(Era un pacto!)(Por hoy al menos)(De que no se acepta el destino escrito)(Ni hablado)(Porque sería lo menos creíble de todo)(Que alguien pudiera escribir un personaje tan pelotudo que no se supiera sacar de encima toda esa historia de ángeles que le persiguen y... No. Lo del anarquismo estaba bien.)
Por otra parte... Si fuera que todo esto sigue siendo escrito por alguien... Lo ha de escribir para que otro alguien lo lea y si lo leen, se supone que ahora mismo lo pueden estar leyendo o aunque no fuera ahora, por eso de la relatividad del tiempo, daría lo mismo, y fuera posible entonces que él hablara directamente con los lectores sin necesidad de intermediarios. Porque los lectores, esos que estarían por allá y allá, tras todos esos horizontes de grises edificios a lo lejos...

-Perdón, ¿me puedo dirigir personalmente a alguno de ustedes? Al que tenga más ganas de conversar...? Podríamos por ejemplo, encontrar alguna forma de que ustedes se comuniquen conmigo? Bueno... no tengo dirección de correo electrónico pero... Podríamos empezar por que yo les enseñara a construir un juego de guijarros, de esos sencillos de cinco piedras, que para mensajes cortos andan lo más bien. Después... No, ya lo sé. Que si me pusiera en contacto con la gente de la Cadena de Las Bolas de Manuel, podría contar con algunos medios de comunicación... Pero es que... No tengo mucha confianza en esa gente. Desconfío que quieren aprovechar mi historia como negocio, por decir lo menos y no dejarme llevar por la imaginación.


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