jueves, noviembre 05, 2009

755. Yogurtu Ngué Ubuntu

Los otros quedaron media hora mudos con la mirada en el halo luminoso del aparato, como si el silencio fuera una oración potente más probable de alcanzar los oídos del benévolo dios protector de los audaces y los inconscientes. Pero no esperaron en vano. Al cabo de ese tiempo hubo revoltijo de colores en la hoquedad del cubo, y poco a poco un haz de líneas paralelas comenzó a tomar cuerpo  y formas que pronto fueron reconocidas, al menos en dos de ellas, porque eran tres, y la tercera al desarrollarse y terminar saliendo del área interior, resultó ser un enorme negro sonriente que saltó al suelo en medio de agujas carcajadas.

-No se asusten, no se asusten... Soy Mandinga. Yogurtu Ngué Ubuntu Mandinga III, Príncipe heredero del reino de los Mandingas, aunque en lo privado, acérrimo enemigo del poder, Ja ja.

A pesar del anuncio tranquilizante, todos se habían asustado contra el fonto de la habitación y apenas si saludado a Manuel y Magda, quienes sonrieron divertidos detrás de Mandinga hasta que pasó la primera sorpresa.

-Es mi padre- explicó Manuel con toda naturalidad.

Úrum creyo ahora haberle visto en alguna ocación y a Don Miguel le recordaba a su principal competidor en el balneario. Un curandero con fama de manosanta, pero no dijo más que también encontrarle cara conocida.
Todos observaron el cambio de vestimenta que mostraban los dos muchachos. Habían partido con vaqueros, champeones y remeras. Ahora vestían como Peter Pan, una especie de bolsa verde con agujeros para cabeza y brazos, atada en la cintura con un cordón, que terminaba enseguida de las caderas y que se continuaba hasta las rodillas en una especie de bermudas de similar apariencia.

-¿Llegaron a donde querían? -pregunto Don Miguel.

Los muchachos asintieron con las cabezas.

-Vinimos a despedirnos. Queremos quedarnos a vivir allá- Y mirando a Úrum -¿Todavía no te animaste a intentar la vuelta otra vez...? Allá te esperaraban...

Confusamente se protestó con el argumento de que sin que ellos volvieran nadie hubiese intentado otro viaje. Y cuando los muchachos quisieron explicar que antes no habían podido volver porque llegaron en un momento muy particular, que disculparan, pero que lo que habían encontrado superaba todo lo que se hubiesen imaginado. Los otros quitaron importancia al hecho, media hora no parecía demasiado tiempo, después de todo...

-¿Media hora?
-Más o menos...

Magda miró a Manuel. Manuel se rio.

-Necesitaríamos varios días para contarles todo lo que nos pasó desde que salimos al otro lado del hueco. Para nosotros fueron muchos días. Llegamos justo cuando estallaba la guerra nuevamente. Los Espíritus Oscuros atacaban al Imperio de Satanás usando armas extrañísimas. Nadie entendía nada... y menos nosotros

El doctor Bermúdez balbuceó "psicosis colectiva" como si hablara por un walky talky invisible.

Don Miguel preguntó por lo que hablaban, sí se sentían bien y Manuel propuso que Mandinga explicara lo que eran los Espíritus Oscuros.

Esta fue la explicación que dio luego de reír un poco;

-Los Espíritus Oscuros son unos seres que habitan en los lugares más inhóspitos del Universo. De ellos se dicen muchas cosas pero poco es lo que se sabe. No gustan de ningún tipo de sociedad, prefieren el anonimato y especialmente que nadie les moleste. No quieren ser reconocidos ni mucho menos adorados, desprecian la gloria, aparentemente no tienen posesiones ni las necesitan, pero si les molestan... Ah, ja ja! Satanás les propuso sociedad. Ja ja. No pudo hacer una pelotudez mayor... Pero, Manuel, en lo de las armas te has equivocado. Su única arma es el pensamiento. Tienen un pensamiento tan potente que hace aparecer o que veas justo aquello que más temes. Pero nada pretenden de los demás. Corrieron a los chivos y después se fueron...

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