martes, junio 16, 2015

958. Por lo menos...

Fue Oesterheld, quien intentó disculpar a su amigo Abelardo diciendo que en realidad no había sido
 intencional el rapto. Le constaba que Abelardo había detectado que los Ángeles Dorados se habían aliado con los Annunakis y andaban registrando muchísimos mundos paralelos en busca de potenciales elementos peligros para la consecución de sus planes.

--A vos nunca te perdonaron aquella batalla aérea en la que derribaste a uno de sus ases... Te querían capturar de nuevo! y Abelardo estaba tratando de protegerte...

Manuel giró la cabeza hacia la casa, Magda dio un grito de horror y ambos corrieron de nuevo hacia el interior dejando  en el aire la sensación de que faltaba alguien. Ulyces, naturalmente. Nada menos que Ulyces, el niño inocente que había estado dormido allá en su cuartito y su cama. Otra vez olvidado... Otra vez... Pero lo encontraron despierto... y sano, más tranquilo que nadie, sonriente y con esa mirada tan clara que solía ser la suya.
El reencuentro aflojó el enojo de Manuel. Después de todo... su abuelo era su abuelo, y él...

-Todo bien abuelo, pero ahora me tenés que llevar de vuelta... nos tenés que llevar de vuelta... cada uno a su mundo...
-No creas que sea algo fácil... y además...
-Además qué? Si fue fácil traernos a todos y la casa...
-Tampoco aquel era tu mundo verdadero... ni el anterior en que estuviste con...

Intervino ahora Mandinga

-Manuel, hijo mío... todos nos hemos equivocado. Pero lo hecho hecho está.

Magda dejó de retener sus lágrimas. Ulyces la abrazó en silencio. Manuel exhaló un resto de tensión y apenas pudo armar una última frase.

-Por lo menos podrían explicarlo mejor...




 

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