jueves, abril 16, 2015

945. Sollozos

--Así que...

 --No... yo digo que...
--Qué es lo que decís...?
--Que...
--...
--Bueno, que resulta que vos no sos la misma... y que yo...
--Mirá Manuel, te podés dejar de joder con esas cosas?! Yo soy yo, y siempre he sido yo. (ahora entre sollozos) ¡Y siempre te he querido, boludo!

Manuel se aproxima y la abraza sin dejar de caminar. La vista todavía en el suelo. Un fuerte dolor comenzó a sentir en el paladar y en la garganta. Algo que se desgarraba. Maldita suerte tener que estar allí, en ese momento en que la trama depende de cualquier acción, palabra u obra que surgiera de él. Tener que elegir, como si fuese fácil, entre la verdad o los sentimientos. Maldito mundo falsificado que tanto se parece al verdadero... pero del cual no se podía apartar sin causar dolor a los demás... A esta Magdalena de acá, tan real y humana como la otra pero...


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