miércoles, febrero 28, 2007

227: ¿A Cambio de Qué?

-Pretenden ser poderosos con una flota de bolas de papel?

-¿Quién te ha dicho eso?

-Yo escuché lo que hablaban, desde aquella oscuridad…Van precisar algo más.

-Qué cosa?

-Poder desviar los proyectiles.

-A vos te embocaron por la cabeza!

-Ja, muy oportuno el chiste. Ocurre que no se puede todo el tiempo. Tuve que hacer una maniobra y…

Mandinga se había cuadrado frente a todos con su espantable apariencia y sólo miraba a Manuel cuando hablaba, aunque lo hiciera en plural, esgrimiendo las palabras con mesurada energía y un poco de gracia. Se le veía decidido a llegar al punto que lo había animado a volver. Pero no mostraba las cartas, al menos no todas, al ver que la simpática mirada de Manuel se volvía cada vez más impenetrable.

-Bastaría una ráfaga de ametralladora para deshojar tus margaritas. Ni que decir de un padrenuestro.

-¿Qué tenés para ofrecernos?

La brusca y directa pregunta le desacomodó un instante que trató de disimular bajando de su espalda la espada, negra y cubierta de harapos, que apoyó en el suelo de punta, como un caballero que apoyara sus manos escamadas en acero, sobre la cruz de la empuñadura. Sus manos peludas y negras con flacos dedos de basquetbolista que se sabían miradas un poco con admiración y otro poco con pavor.

-Tecnología de punta.

-¿Flechas?

Antes de seguir hablando Mandinga pestañó tres veces y analizó tres cursos posibles para continuar. Al cabo sonrió. Como para sí mismo, mientras buscaba en el suelo las palabras justas que iba a decir al levante de la mirada sobre el horizonte que debería ser luminoso y sorpresivo.

-El poder está en la mente!

Un murmullo le aprobó.

-Mente ya tenemos.

-Pero no la saben usar!

-¿Y vos sí?

Mandinga comenzaba a encresparse en contra de su voluntad. No podía un niño desafiarlo de esa manera! Le iba a demostrar…! No. Aprendamos de nuestro pariente. Así…

-Tal vez vos seas la excepción, Manuel. Pero te falta el conocimiento de cómo es que la estás usando…Es una simple técnica que tarde o temprano descubrirías por vos mismo pero, ahora no tenemos tiempo. –Dijo con la más inocente de las miradas de aquellos ojos de puma enamorado.

Manuel lo registró, como se registra un conjunto de notas, al pasar, de una melodía, que son las únicas que recordamos después como un clip que nuestra mente repite al sonsonete buscando tal vez en ellas la razón de tan pertinaz memoria.

-Mirá Mandinga, no soy tan inteligente como vos decís. Así que decinos qué es lo que pretendés…¿Cuál es tu negocio?

-El de siempre, servir a mi pueblo.

-A cambio de qué?

Mandinga cambió rápidamente de postura. Ahora intentó tirarse en uno de los sillones mullidos y lo hizo medio a los golpes cuando las cubiertas de sus patas golpearon el suelo y rebotaron a los lados quedando una de ellas sobre la espada que también había caído.

-Manuel… No me trates como a un negociante! Te creés que mis familiares están contentos conmigo? No pido sacrificios a nadie y nadie por mí ha quemado corderos para que yo huela ese exquisito perfume.

-Si me dijeras qué es lo que querés, capaz que nos entendemos…

(Esta es una historia continuada. Sería aconsejable leerla desde el post n. 1)

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martes, febrero 27, 2007

226: EL PODER ESTA EN LAS BOLAS

Cuando levantó Cholo la mirada del piso, se encontró con la sonrisa incontenible de Manuel que le estaba mirando distendido entre los paralelos brazos de la Magda. Había un doble sentido en esa mirada. La diversión por el mal momento que le había hecho pasar y el placer de comprobar que estaban pensando en paralelo sobre las mismas cosas. Pero Cholo no quería tener líderes y no los iba a tener a menos que un fenómeno extraordinario le demostrara que hay alguien que en definitiva las tiene claras y cuyas intenciones son más transparentes que el agua entre las piedras… Y menos este guacho que está madurando a fuerza de cosas raras que le pasan pero que tiene una concha en la cabeza y en ves de pensar mira los culos…! Aunque sea un buen loco.

-No te la creas! O acaso vos resolviste el problema del poder?

Manuel hizo como si no hubiese entendido lo que el otro decía, en cambio atendió al movimiento brusco de la intención de hablar de Ernesto y le contuvo el silencio para que el negro grande explicara su punto de vista tranquilizador con respecto al peligro de ser dominado por el poder. Decía que el poder domina y destruye a los espíritus débiles que no tienen tanta coherencia interna como para soportar los salvajes pataleos del poder que se han tragado. Se hinchan desmesuradamente hasta perder contacto entre las partes y desaparecen disgregados por los espacios siderales dónde la falta de información les impide volver a juntarse. Pero los espíritus fuertes, en cambio, pueden contener una gran cantidad de poder que usan para hacer mejor lo que ya de antes querían hacer.

A Magda le pareció bien, dejó incrédulo al Cholo, dudoso pero indiferente al Dengue y ni fu fa a Manuel.

-Pero ahora tenemos sólo una bola y en cualquier momento se nos prende fuego. Eso no es tener poder…

Ahora el Cholo se puso pálido. Estaba hablando de la construcción del poder, de la acumulación! Magda sonrió. Ernesto se contuvo.

-Para cuando les digamos que no a los políticos tenemos que tener diez bolas más!

Todos corearon:

-O nos aplastan!

Desde un recodo de la Galería Máxima sonó un voz cavernosa que decía:

-No. No. No lo pienso permitir!

Era mandinga quien apareció detrás de la única estalactita que había, vestido como de Samurai con una enorme espada atravesada en el lomo, sus rasgos antropoides y unos enormes zapatones hechos con casi cuarta vuelta de viejas cubiertas de autos.

El Cholo pensó en una ridícula pareja con el Chapulín Colorado. Para Magda era demasiado caballuno. Para el Dengue un capo. Para Ernesto, aunque no quisiera que se dieran cuenta, una tranquilidad.

Manuel supo que todo estaba en marcha.


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lunes, febrero 26, 2007

225: SOS UN HIJO DE PUTA

Manuel guardó los guijarros con parsimonia sintiendo en las orejas las miradas silenciosas de todos. Lo hizo a propósito con la mirada baja en el cordón de la bolsita, que no quería correr por los agujeros y cerrar la boca para que no se cayeran las piedras. Mientras lo hacía iba pensando en esa definitiva respuesta que le iban a pedir llegado el momento pero que ahora esperaban de gratis. Ya todos querían la alianza con los políticos aunque no cargar con la responsabilidad si las cosas saliesen mal. Era comprensible. Si le dieran a elegir, él también se callaría.

-Les podemos pedir que nos consigan una casa con sótano.

En el silencio que siguió todos comprendieron que daba por descontado el acuerdo para reunirse y que ya había pensado en reservar esa caverna como un bastión que no se negocia.

-Que saquen esos milicos de alrededor de mi casa…

-…

-De la bola nuestra ni una palabra!

-Mujica la conoce…

-Se rompió…¡Se prendió fuego!

-Mujica se habrá dado cuenta de que era casera…

-Sí. Y va a preguntar…pero esa ciencia vale mucho! No hay plata que la pueda pagar!

-¿Querés decir que… Sí, tenés razón. ¡El que tenga las bolas va a tener el poder! –El cholo se había enganchado en las ecuaciones y las progresiones, claramente respiraba más seguido y ya estaba transpirando….

-Pero entonces…?

Manuel decidió dejarlo, confiaba en la inteligencia de Cholo.

-¡Nosotros tenemos el poder! –se puso todo amoratado. –El maldito, pelotudo poder! Me cago en Dios! ¡Sos un hijo de puta! ¡Vos ya lo habías pensado y me lo quisiste hacer decir a mí! Porque sabés que siempre he sido enemigo del poder y ahora…nosotros…¡Me cago…! No se puede manejar el poder… el siempre te va a terminar manejando a vos! Te va a corromper.

Ernesto sacudió la cabeza.

-Pero si sos honesto…

-Las pelotas! Nadie es honesto cuando tiene el poder.

-Nadie es exactamente honesto.

-Pero aparte de eso, el poder se hace cargo de vos.

Allí sobrevino otro silencio. La atención estaba puesta en la sufriente figura del Cholo que parecía dividirse entre dos frentes de batalla. Por una parte el estómago y las tripas, revueltos tormentosamente como si se hubieran tragado un lagarto vivo. Y por otra la cabecita que le volaba en premisas y consecuencias que confirmaban a cada ronda de pensamientos que las conclusiones anteriores eran correctas y hasta demasiado modestas para la cantidad infinitas de transformaciones que podría traer aparejado el uso de las bolas y por eso incrementar el poder. El poder es lo que transforma y quién puede transformar puede acumular más poder transformando que el que gasta para transformar. Pero el poder…Si ya es sabido que el poder yace en cada ser, en una misma cantidad –desde el punto de vista de la justicia- y que se pierde o se entrega de diversas maneras para incrementar el poder de algún otro ser inteligente que a su vez se lo entrega a otro y así hasta depender todos del PODER, el verdadero diablo! Aunque, dejando de lado lo que es lógico y basado en toda la historia de la humanidad, se podría pensar que ha de ser distinto si somos nosotros mismos los que tenemos el poder, que nosotros con el poder no lo vamos a usar para hacernos ricos ni para cagar a nadie…Honestamente –se vio a si mismo diciendo esa frase en un lugar cualquiera tantas veces para poner el todo definitivo de te lo digo y andá a cagar! –Pero… (Sí, honestamente yo no tengo ganas de cagar a nadie a no ser a los poderosos…que en este caso sería yo…) La objeción filosófica sería que los otros también son nosotros mismos visto desde otro lado. Claro que nosotros somos buenos y muchos de los otros no. Lo que nosotros llamamos bueno y que visto desde otro lado es malo, por lo que los otros no ven objeción en usar su poder contra nosotros. En fin…


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domingo, febrero 25, 2007

224: ¿Qué están cocinando?

Manuel pareció enojado. Le preguntó a Ernesto por los guijarros y contestado que arriba en la casa, subió él mismo a buscarlos sin preguntar en cual lugar de la casa. Sin embargo fue derecho a estirar la mano por entre los libros y el florero de cristal hasta reconocer la gamuza con los dedos.
Volvió en seguida.
-Abelardo no me está cantando la justa.
Magdalena dudó si ayudarle a hacer bailar las piedritas pero por último concedió que si el viejo podía mandar un emisario dibujado bien que lo podría haber hecho antes y ayudarlos cuando Manu estuvo raptado. ¡Sale ahora con consejos!
-Tomá flaca andá controlándome las letras.
Lo había escrito en un papel.
-Primero llamá…
-Sí. Bueno, largá!
-“Abuelo, me estás cagando”
-A-bu-e-lo…
-“Qué negocios tenés con Mujica, vos?”
-Qué…
A los pocos segundos las piedras cayeron de pronto de costado. No habían más ondas y muchas interpretaciones posibles salvo la de que los ángeles controlándola la habían cortado. Ellos hubieran aprovechado para hacer el rastreo de la llamada y encontrar el escondite de Manuel como aquel detective que le daba charla al asesino serial para encontrarlo.
O también que a las piedritas se les hubiera agotado la energía.
Nada de eso, enseguida las piedras se pusieron erectas y comenzaron a bailar…
-“Manolito, eso te lo puedo explicar. He estado tratando desde aquí de conseguir alguien que te proteja.”
-Pero si todo esto lo empezaron ustedes!
-“No, muchacho cuando vimos la que se venía quisimos protegerte. Perdoná que las primeras operaciones de Germán hayan sido medio a los ponchazos, no dominábamos la técnica del manejo de las coordenadas… ni de los tamaños.”
-¡Abuelo, no me hagas versos! Yo ya estuve manejando una bola!
-“Pero date cuenta de que las nuestras eran teledirigidas!”
-¿Nuestras?
-“Es un decir! Hemos tenido tantas charlas y discusiones con Germán que ya no sabemos qué idea la propuso primero quién”
-¿El Eternauta a quién se le ocurrió?
-No! Me refiero a las conversaciones de después de muertos!
-¿Vos nunca escribiste guiones?
-“No…¿Pero para qué me llamaste?”
-Para preguntarte que están cocinando ustedes con el Pepe Mujica.
-“Yo, a mi manera le hice entender que no te podía dejar en banda. El ahora sabe, por experiencia propia que nosotros existimos, este otro mundo del segundo tiempo.”
-¿Y cómo te enteraste vos de lo que pasó?
-“Y bueno Manuel! Es lo que siempre te quise explicar de las cuerdas del universo. En la medida en que te ponés en resonancia con un conjunto de cuerdas, toda la información que tiene que ver con ese sectorcito del universo pasa a estar en vos.”
-Mejor que los guijarros.
-Si pero no sirve para hablar entre dos. Solo te enterás de los hechos y de los lugares, casi como un cine mudo
-El sonido ha de andar por otras cuerdas que no sintonizaste, capaz?
-Claro. Pero nuestra mente no da abasto para tantos canales simultáneos! Viste como ya vas entendiendo?
-Y si sintonizás el sonido y dejás de lado la imagen?
-Es más complicado. El sonido es una energía que se dispersa enseguida…Pero Manuel esto de comunicarnos por este medio ahora es muy peligroso para vos. Te llamo en unos días…cuidate.


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sábado, febrero 24, 2007

223: EL SANGUCHE

Manuel y la flaca bajaron al otro día sonrientes y bañados. Pepponne ya no estaba, había sido llamado de urgencia a Montevideo. Vittorio tampoco ni el Rulo con la Julieta. En la rueda de los sillones y la mesa baja estaban los otros tomando té, Dengue con su vaso de vino y Trum Urum con jugo de macachines. Parecían deprimidos Nada extraño después de tanta excitación refrenada de golpe por el análisis de las posibilidades reales. Estaban cercados. Por un lado las bolas de los ángeles que continuaban patrullando la zona y por otro los milicos con sus carromatos y sus fusiles, supuestamente al servicio de la sociedad y a las órdenes del gobierno.¡Un Sanguche! El pan de abajo proponía alianza al sólo precio de ponerse al servicio de una causa política bastante confusa y bajo la protección de…
Manuel les tranquilizó. Porque sabía o supo en el momento que esperaban su opinión para serenarse. No tenía esa opinión y tal vez no la iba a tener hasta no enterarse de lo que hablaban, pero, sonriendo y con algún chiste volvió a reflotar los ánimos al tiempo que probaba el vino del Dengue y un sorbo de los macachines que Trum le ofrecía con aquellos movimientos de bigotes al borde de su vaso.
Ernesto era el más preocupado.
-Estamos los Tucus y los humanos en la misma disyuntiva. No sabemos si se puede confiar en los únicos que pueden ser nuestros aliados.
-Para peor, no es el gobierno el que nos ofrece alianza, es sólo Mujica y tal vez alguno de los suyos –redondeó el Cholo sin comprender por qué Trum le estaba golpeteando las costillas con el morro de su ocico. Claro. Trum se reía de la nueva coincidencia.
-Nosotros podemos confiar en ustedes pero ustedes no pueden controlar la humanidad!
Fue lo único que dijo porque la aparición de un perfil humano a su lado le hizo retroceder hasta detrás del sillón de Ernesto, desde dónde siguió viendo lo que todos, la aparición, línea a línea –peladas, sin ningún acuarelado- de la figura completa de Juan Salvo, el Eternauta, con traje de apicultor y todo.
Apareció justo enfrente de Manuel y cuando hablo pareció hacerlo para él.
-Dice Abelardo que con todo, la alianza con el Pepe es la más conveniente. En estos últimos tiempos ha estado haciendo una serie de revisiones de su ideas y ha llegado a la conclusión de que no se puede hacer una revolución en base a una lucha económica. La economía tiene sus leyes, la primera de las cuales es la eficiencia. Quién le puede ganar en eficiente a un empresario capitalista y quién no se vuelve uno si pretende competir con ellos. La cuestión vuelve a ser espiritual. Al Pepe le da vergüenza pronunciar esa palabra, pero se lo ha dicho así al oído de Lucía y le ha pedido ayuda para pergeñar ese plan que les ofrece. Lo ven algo así como el peronismo pero más en serio, con un componente mistico que oficiaría de pega pega y de hilo conductor de las voluntades de las masas.
Dijo Salvo y desaparecieron todas sus líneas de una plumada!


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222: El olor de la espera.

Sonó el teléfono. Mujica lo miró con esa manera diagonal que tiene de mirar las cosas que rompen los huevos pero lo acercó a su pabellón con la mano que no golpeteaba el lápiz. “Se” –dijo apenas, sin mirar la pantallita pero reconociendo la voz de Peppo de cuando quiere disimular lo que dice por tener testigos al lado-Decime, entre uno y diez , por dónde andamos?-Por…catorce, yo que se. Pero va…va!-Bueno, teneme al tanto y acordate de que si hablás de esto con tus amigos periodistas te saco las tripas!

Manuel observó la manera que tenía Pepponne de separarse a hablar por teléfono y encoger casi la cabeza entre los hombros como escondiendo la cara o por lo menos la boca. Se miraron con Magda y sonrieron. Enseguida buscaron con la mirada a Ernesto y marcharon hacia él a pedirle prestado el dormitorio de arriba u otro, si es que tenía. Debería comprender que la situación no les estaba permitiendo estar ni un rato solos… Ernesto lo comprendía. Si lo podré comprender –les dijo cuando sin querer dirigía dulce mirada hacia donde Dengue se rascaba la espalda contra la pared de arenisca haciendo para ello extraños movimientos circulares. –Les presto mi dormitorio sí, vayan nomás que hoy he cambiado las sábanas.

Se abrió la puerta de golpe mientras Mujica intentaba dar con el dedo en el botón del teléfono. El que entró habló con calentura porque les habían quitado el otro hombre gris justo cuando lo iban a agarrar.
-El avión ese se lo llevó!
Lo primero que dijo el Pepe fue pelotudos! Para después recapacitar en lo que acababa de oír. ¿El avión otra vez? ¿Y no era que ya no corría el tratado militar secreto?
-Conectame con la Berruti. Al celular de ella!
El que había abierto la puerta de golpe tomo el telefonito de sobre el escritorio y se puso a toquetearlo para conseguir ese número, frente al Pepe que lo miraba con aquella lejana mirada, casi sonriente, que usan para mirar los ancianos muy sabios cuando están pensando cosas. Por ejemplo hasta qué punto se podía confiar en un sujeto como ese que tenía enfrente. Porque bien podría ser que el Pepe tuviera varios proyectos superpuestos en su cabeza y probara de evaluar quienes servían o no y hasta qué nivel. Mono viejo.

El dormitorio, estudio, de Ernesto estaba bien puesto una vez retirados los libros de sobre la cama y media docena de tacitas de té vacías que de la mesa de luz temieron tirar al suelo en algún momento. Estuvieron medios desnudos antes que medio acostados o vise versa, porque acariciar con mucha necesidad conlleva torpeza cuando no pasión que se desata con el primer roce de las pieles y el olfateo de aquel olor reconocido, más intenso entonces por la espera. En este caso después de la ansiedad fue la pasión



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viernes, febrero 23, 2007

221: ¿Privado de qué?

Los Tucus estaban dispuestos a lanzarse a la aventura del encuentro entre las dos especies pero pretendían un período de diálogo para encontrar la manera de evitar que algún grupo de humanos pretenda destruirlos una vez que se difundiera la noticia de la comunidad subterránea. En concreto mucho le temían a los fabricantes de camperas y a los de hamburguesas. Casi tanto como al común hobby, entre los humanos, de hacer daño por hacerlo. Si no sabés para qué te puede servir rompelo! Total Si está vivo, matalo! Si no lo comporendés escupilo! Y tantas otras cosas.

A esa altura Ernesto, justo el que más los conocía, comentó, sorprendido, sobre el extraordinario conocimiento que tenían los amigos Tucus, de la más profunda naturaleza humana.

-Si hace unos días no sabían hablar en español!

-Pero lo entendíamos desde hace años –acotó casi avergonzado Trum.

-¿Pero cómo se han dado cuenta de nuestros defectos? (¿Tan mal los disimulamos?)

-Tenemos muy buen oído y nuestras galerías pasan apenas por debajo de muchos dormitorios y esos que ustedes llaman baños y que usan para tirar las heces.

-¿Han estado escuchando nuestras conversaciones privadas?

-Y comentándolas. Gran parte del río sonoro trata sobre lo que vamos aprendiendo en base a las escuchas.

Ernesto se había acalorado mucho, no se podía contener dentro del cuerpo.

-¡Pero eso es una tremenda falta de respeto!

-¿Respeto?

Manuel se rió. Estaba claro que los Tucus tenían todavía mucho que aprender. Seguro que junto con la palabra “respeto” tampoco entenderían la vergüenza, sólo un poco al orgullo aunque parecían empezar a tener líderes.

-A los líderes como ustedes se les tiene respeto…

-Sí, pero eso no tiene nada que ver con escuchar una conversación!

-Es algo privado.

-¿Privado de qué?

El Cholo llevaba la mirada y el oído de un lado a otro. Su cara denotaba estar metido hasta las bolas en lo que iba descubriendo de la naturaleza de los Tucus y de cómo eso se relacionaba conque fueran los primeros seres inteligentes capaces de vivir en una sociedad sin gobierno.

-¿Pero ustedes han aceptado ser los líderes, los que hablan y piensan en nombre de los otros?

-Esto es una excepción. No podemos hablar con ustedes todos juntos, los volveríamos locos! –ese final lo remarcó Trum con mucho acento que fue muy útil para que entendieran lo que quería decir o hacer que se imaginaran un conjunto de máquinas picando el hormigón al mismo tiempo.

Cholo se puso amoratado y miró a Manuel. Manuel se rascó la nariz. Magda siguió recorriendo con sus dedos la piel de la cintura de Manuel. El Rulo estaba muy serio. Julieta sonreía con labios de embarazada mientras sentía al bebé moverse en su panza. Pepponne seguía con los súbitos rubores que no le dejaban pensar tranquilo en cómo lograr una buena respuesta a la proposición de Mujica. Mujica estaba en su oficina del ministerio pegando la punta y el culo de un lápiz sobre el escritorio en rotativa obsesión.

-(¡Ya el boludo de Pepponne tendría que estar de vuelta!)

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miércoles, febrero 21, 2007

220: ¿Manuel Político?

Entraron de vuelta a la caverna en un momento de ebullición. Habían pasado dos cosas sorprendentes, parecidas, de algún modo. Una revuelta o pequeña guerra entre los tucus que de pronto había empezado a salir explosivamente de las paredes o caer de boquetes que se habrían en la bóveda. Las batallas de libraban en las galerías menores donde un tucu enfrentaba a otro sin posibilidad de esquive y como en el juego de la gata parida tenía que saltar uno para algún lado cuando ya no aguantase los topetazos del morro del más duro. Pero la guerra ya había terminado luego de doce minutos y medio que estaban ya puestos en la memoria de los Tucus como “La Primera guerra” librada entre los partidarios de establecer alianzas cada vez más importantes con los humanos, y los enemigos de todo trato. Los triunfadores fueran nuestros conocidos Trum Urum y Porum Trucú, quienes en realidad no habían participado de los enfrentamientos por estar enfrascados en colarse al Río Sonoro de bando anti-humano para introducir en su discurso semillas de confusión que llegaron a dar excelentes resultados cuando el discurso del río se fue arremolinando sobre la idea de que la división que ahora estaban teniendo por primera vez respondía a la estrategia humana de dividir y reinar. Así que la guerra terminó de golpe y se restableció el gran río sonoro unificado donde como siempre todos rumoreaban y tenían iguales posibilidades de influir sobre las decisiones finales. Así fue que Trum y Porúm fueron elegidos como emisarios oficiales del pueblo tucu de El Bosque (Suncurúm) ante los humanos que se reúnen en la gran caverna. Tenían permitido estudiar y discutir alianzas pero el voto definitivo lo iba a tener el Río sonoro.
Eso fue una de las cosas sorprendentes que habían ocurrido durante su viaje en bola. La otra fue también con emisarios, uno al menos y también conocido. ¡Pepponne había aparecido con un mensaje personal de Mujica para Manuel y los Maquis del Bosque. Quería hacer una reunión –el estaba dispuesto a trasladarse- para planificar una campaña de esclarecimiento a nivel de las bases, rompiendo con la política de silencio que estaba siguiendo casi todo el gobierno. El punto era que sin Manuel no había propuesta. Manuel debería ser la cara visible, por ser quien la opinión pública sospecha que oscuras voluntades han estado ocultando.
-Podés hacer carrera política! –dijo Pepponne mirando a Manuel cuando le explicaban la propuesta. Y lo dijo en una risa cómplice que se puso para la ocasión, prestada de la idiotes general que aconseja no desaprovechar ninguna oportunidad de sacar provecho de lo que sea. Claro que al comprender la metida de pata quiso sacarla con la enorme torpeza que fue reírse exageradamente viniendo a decir ahora, que por supuesto no podía pensarse cosa más ridícula que querer transformar a Manuel en un político. No conforme con eso y aún todo colorado terminó:
-No, en serio que no son todos sinvergüenzas!
Cholo estaba de acuerdo y Giorgionne, los demás dudaban, necesitaban un tiempo para pensarlo.
De todas maneras desde el fondo de la galería ya estaban viendo como marchaban de cabeza alta Trum y Porum hacia ellos…

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martes, febrero 20, 2007

219: UN CHÉ CON CHÉVERE

-Viste jetón, te dije que no te metieras con Manolito. ¡Se está dando cuenta de todo! Va atando cabos de a uno y va a llegar a desarmar todo el enredo que vos le armaste. Te lo dije desde un principio un humano nace con una impronta que es posible desviar, como se puede torcer un árbol, pero no se puede hacer un manzano con un eucalipto.
-Yo nunca quise hacer de él otra persona! Sólo despertarle algunas semillas de conciencia que ya tenía.
-Sí para que lo mataran como al Ché.
-(remedando) Ah, pa-ra-que-lo-ma-ta-tan como al Ché… ¿Cómo si fuera gran cosa la muerte? Acaso no la pasamos bastante bien?
-Cada uno es dueño de su vida y de su muerte.
-Y bueno ¿?.
-Pero si vos le vas escribiendo el guión su vida deja de ser suya.
-¡Para la bola que me ha estado dando!
-Te das cuenta? Vos te rompés el culo inventando cosas y mi nieto se caga de risa y hace lo que quiere… Bueno, no todo lo que quiere.
-¡Casi todo!
-Pero cual ha sido su principal rebeldía?
-No creerse lo del predestinado.
-Pero eso justamente es cierto. El guacho ha nacido en un momento justo para que todas las ondas mejores se juntaran sobre el óvulo recién fecundado. Eso ya te lo explique. El no lo quiere aceptar porque…
-Yo no creo que eso se pueda saber con tanta precisión. Pero no importa. Cualquiera que le digan que es un predestinado salta y grita que sí, antes de entender de qué se trata. Tu nieto se hace el boludo!
-Mi nieto no es estúpido. Desde el principio olió que eso era mal negocio.
-Mal negocio llegar a ser un héroe para un guacho que se ha pasado leyendo historietas heroicas que desde chiquito le prestó su abuelo tratando de despertarle las ideas de la justicia y de su lucha? No me digas que tu nieto leía todo eso sin que se le sacudiera el pecho emocionado o se le encogiera de tristeza ?
-Claro, je je, tus guiones!
-Vos también los leiste...
-Y me gustaban, pero eso qué tiene que ver?
-América necesita un guía, el terreno está fértil, el momento es ahora. Un nuevo Ché pero con más chévere.
-Ahí lo tenés a Chávez!
-De pedo no dijiste Kirchner!
-No si te voy a decir Vázquez?
-¿Quién?


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218: ¿QUIÉN ME ESCRIBE?

Cuando Manuel ya agachaba la cabeza para entrar a la bola se dio cuenta de que Cholo se le interponía. Seriamente le interrogaba sobre la conversación que había presenciado y le aclaraba que él tampoco era un boludo.

-¿Qué pasó aquí hace cuarenta años?

Manuel demoró en empezar a hablar, pero cuando lo hizo su voz tenía un todo lamentoso. Con un gesto invitó al Cholo a sentarse sobre el pasto, lugar sincero de conversación cuando ha llegado el momento y se dejó llevar por las ideas que le iban surgiendo. Su vida anterior que Cholo conocía a grandes rasgos. Esa vida, tal vez pobre y carente de grandes cosas, había sido para él motivo de gran felicidad. El había sido feliz. Ahora lo comprendía, por comparación con los últimos tiempos en que le habían empezado a ocurrir cosas extrañas todos los días. Una sucesión de cosas que en parte ya le había contado o que Cholo se había enterado por su cuenta como protagonista de los últimos episodios… En parte. Sólo en parte, porque habían aspectos de la historia que eran muy personales y que transformaban todos los significados…

-Esto no es sólo la historia de una guerra entre los dioses y los diablos…En realidad…lo que me preocupa es si realmente somos libres… qué sentido puede tener la vida si nuestra historia ya estuviera escrita?

-¿Escrita por quién?

-Por quién sea! En mi caso, yo sospecho de mi abuelo y de Oesterheld, viste? El guionista de Hora Cero. Y pienso… ¿A quien se le hubiera ocurrido hacerme el personaje central de una historia tan importante y dramática si no fuera alguien que me ha querido? Con todo tengo mis dudas… ¿Yo existía de alguna manera antes de que ellos se hayan puesto a escribirme?

-¿Y qué queda para mi? En ese caso yo sería un personaje secundario de tu historia…

-No se…

-¡Dejate de joder, Manuel. ¡Vamos para la caverna que han de estar preocupados por nosotros!

Manuel lo miró al Cholo. Ciertamente parecía tan sólido allí en cuclillas sobre el pasto, iluminado de soslayo por la luna y recortado sobre un fondo de lejanas lucecitas, que aquí y allá brillaban hasta llegar al oscuro horizonte. Pero más sólida parecía su existencia.
El Cholo no podía ser una ilusión!

Se pararon y entraron a la blancuzca bola. De común y secreto acuerdo nadie se puso al mando, se sentaron frente a frente y al unísono quisieron volar. Elevarse sobre el enorme cielo de la Cuchilla de Haedo y sus palmares y sentir sin embargo el cri-crí de los millones de grillos que entre los pastos continuaban con sus ajetreadas vidas de violinistas errantes en busca de la mejor pareja que alguna razón les hubiera asignado para esa noche.


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lunes, febrero 19, 2007

217: Una expresión lateral.

En los cuarenta últimos años el tipo se había vuelto más cobarde o testarudo. No quería volver a hablar de los planes de Abelardo ni de para qué le había heredado aquel juego de piedritas.
-Yo sólo cumplí con una promesa. Por favor, no quiero saber de nada con ese tema.
-Pero si sólo te pido que me cuentes qué esperaba de mí mi abuelo. Yo estuve hablando con él pero ahora no podemos seguir usando los guijarros…Es importante que digas algo.
Bosco sonrió tristemente, miró el pasto, apenas iluminado por el camino de luz artificial que venía de la casa. Empezó a hablar como para sí mismo… apenas un recurso de expresión lateral.
-Esta historia se sigue escribiendo desde otras cabezas. Uno fue mi gran amigo hasta la pubertad y el otro…Un escritor de vidas y de situaciones que yo admiré porque me descubrió a los ojos los similares sentimientos que anidan en las personas de muy diversos lugares y culturas. Como ahora se diría, me abrió la cabeza, aquella cabecita mía muy encerrada en este pueblo y que miraba al mundo como el lugar de las grandes hazañas y los hombres más grandiosos, cosas de las películas de coboys, trayéndome al centro de la cuestión humana, el amor, la tristeza, la amistad, la soledad… Derribando algunas dudas que aun me quedaban sobre la igualdad de los hombres…Pero esas son cosas que a vos naturalmente no te interesan…Vos querés que te cuente de Abelardo…
-Te parece que yo no pude entender lo que dijiste?
-Entender… No. Es que te ha faltado tiempo…me parece.
-Claro! Y como pensás que soy un guacho boludo no me querés contar lo que Abelardo planeaba con respecto a mí? Porque podría ser que eso alterara mi vida, no es lo mismo hacer lo que uno se siente inclinado a hacer, que hacerlo porque ya sabe que es lo único que va a hacer aunque quiera hacer otra cosa? Tampoco es lo mismo que él haya visto algo sobre mi posible destino, horóscopos o esas cosas, a que fuera él mismo quién quisiera escribir mi vida como si yo fuese un personaje de historieta. Yo necesito saberlo y si me están escribiendo que por lo menos se dejen de joder con las bolas y los ángeles que no me dejan en paz. O me van a tener como al pobre Eternauta dando vueltas por ahí. Por lo menos que a él también le escriban alguna aventura interesante.
-¿De qué estás hablando…?
-De mi abuelo, tu amigo Abelardo y su amigo Oesterheld, que no me han cantado la justa. Hasta me hicieron aparecer en la tapa de Hora Cero dibujado por uno que imitaba a Hugo Pratt… vos sabés de qué te hablo.
-Me enteré por internet…
-No te hagas el boludo!
-Pero muchacho. ¿Qué suponés…? ¿Que yo estoy en contacto con tu abuelo muerto? Esas cosas me dan mucho miedo, como a cualquiera y la historia para mí terminó el día que te entregué los guijarros…Han pasado cuarenta años!
-Y además no me querés ayudar.
Bosco ya se había dado vuelta y comenzaba a caminar cuando desde la casa se asomaron personas que le hablaban de continuar la fiesta. Manuel y Cholo se perdieron por la avenida, en dirección a la curva de la carretera.

(Esta es una historia continuada. Sería aconsejable leerla desde el post n. 1)

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domingo, febrero 18, 2007

216: Un viejo de pelo blanco.

-Che Cholo vení, me tenés que enseñar a manejar.

Caminaban rumbo a la bola y el Cholo se había detenido apenas un instante antes de seguir a Manuel. Sorprendido en ese mismo pensamiento que le perturbaba cuando se ponía a actuar.
-Para vos va a ser muy fácil. Solo tenés que abandonarte a la idea de que la bola es como otro cuerpo que tenés y sentirlo.
-Y cuando lo haya sentido?
-Ahí empezás a conversar con ella, mentalmente.
-¿Es una persona?
-Ah, no. No me hagas pensar en eso! Tu mente se a puesto muy rápida.
-Por curiosidad, nomás.
El Cholo le indicó el lugar, más o menos, en que se tenía que poner y se fue a tirar al suelo del fondo.
-Sentilo, sentilo! Y no te apures…
Manuel lo sintió, lo entendió… la bola estaba fuera de la caverna, sobrevolando Lagomar por encima de Gianastasio, serena y sin apuro. A Cholo le llegaban suficientes ondas desde la bola como para darse cuenta de la trayectoria y la velocidad con que navegaban, por eso le sorprendió que de pronto estuvieran acelerando hacia la derecha y ganando altura como una jabalina que fuera apuntada bastante más allá. Pero no dijo nada hasta que tocaron tierra junto a las copas de grandes árboles y una carretera que se perdía ondulando en busca del horizonte oeste, justo a la hora del atardecer.
-¿Dónde es esto?
-Guichón. Vení ayudame a correr la bola más debajo de los árboles.
-Y porque vinimos acá?
-Tengo que encontrarme con un tipo de aquí…ha de ser viejo porqué lo vi hace cuarenta años.
-¿Qué…?
-Ja, no importa! Vamos a ver si lo encontramos. Me acuerdo de su casa.
Entraron al pueblo por la curva de la avenida mientras en las casas se iban prendiendo las luces y algunos gurises insistían en seguir el partido aunque ya no se viera la pelota. También se sentían algunos tambores a pesar del ladrido de los perros y los primeros cri-cri de los grillos. Algunas conversaciones entre vecinos a pesar de las mil pantallas encendidas…
-Aquí está el hotel argentino, es la casa siguiente.
Manuel llegó, subió el único escalón redondeado por el uso y dio dos golpes con el llamador sobre la puerta. Silencio. Por la otra puerta asomó una cabeza que preguntó que quería. –Quiero hablar con Bosco.-¿Bosco?-Sí, Bosco- ¿Y para qué? Quiero decir… que él acaba de llegar. ¿Ya se sabe en el pueblo que ha vuelto? –No, yo lo conozco de otro lado…¿Está?
-En la casa de otra hermana. Te explico…
Aquello parecía una fiesta familiar. Muchas risas y bastante bebida que se veían brillar en la cabeza del que quedaba frente a la ventana entreverando gritos en brasilero y carcajadas. Golpeó las manos desde el pastito del frente. El pelado había dejado de reír y una señora muy bonita salió a ver quién llamaba.
-¿Bosco? Si ya te lo llamo.
Manuel se sacudió cuando vió aparecer a un viejo de pelo blanco y arrugada expresión de extrañeza marcada en una cara bastante acostumbrada a la sonrisa.
Más se sacudió Bosco cuando reconoció a Manuel.

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sábado, febrero 17, 2007

215: OJOS PARA VER

No se iba a quedar encerrado ni aunque la flaca quisiera acompañarlo, como algunos estaban pensando, preocupados porque la persecución no parecía terminar. La flaca también, imaginando lugares dentro de la cueva dónde armar un nido, embalada como había quedado después del ratito que estuvieron solos. Pero tenían temor dentro de sus corazones, Manuel comprendió. Todos temían por él, en el fondo temiendo por todos y cada uno cada día más separados de las cosas y más pensándose espíritus solitarios enfrentados a a la soledad de lo infinito. También temían por él, sintiendo que debían proteger al único posible protector. Porque lo sentían. No como él que propiamente lo estaba sabiendo con otra claridad… El Dengue sintiendo confusamente que algo lo ataba a Ernesto bajo la mirada de Manuel. Ernesto Federico, profundamente enamorado esperaba la señal que Abelardo le había indicado para el inicio de la nueva época y la consumación de lo que estaba escrito que sería. Manuel era el faro que alumbraría ese camino y él estaba dispuesto a seguirlo. El Cholo sintiendo sin saber por qué que quedaba una esperanza para la realización de la verdadera anarquía y que esa esperanza era darle tiempo a Manuel para que por fin llegara a decir para dónde había que marchar. El Rulo olvidándose de que el trabajo lo había hecho casi todo y venciendo esa dosis de envidia que todos tenemos le estaba abriendo un crédito mayor cada vez, aun a sabiendas de que podría ser un crédito incobrable. (No es que se crea inteligente, es que lo es!). Ernesto y Giorgionne eran un caso aparte porque le preguntaban en esos términos que usaba el abuelo y que hay que contestar muy claro a no ser que les dejes ver que estás haciendo trampa.. ¿Cómo evitar ver las almas y las mentes desde que se le había despertado eso? Esa manera de ver no sólo las figuras sino lo que contienen. Pero también, ¿Cómo decírselos? Sin estropear esta relación todavía bastante natural. El no se sentía capaz de vivir sin esta gente!

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viernes, febrero 16, 2007

214: Vendedora de biyuta.

Giorgionne usó el celular para hablar con Pepponne pero Pepponne tenía el aparato apagado por encontrarse en una reunión súper secreta organizada en una chacra de un amigo de Mujica de Rincón del Cerro. Un asadito apenas entre cinco. Sin embargo a los dos minutos recibió un mensaje de texto:

“DECISIONES IMPORTANTES SECRETAS PRONTO EN CONTACTO”

Hubo Que explicarle muchas cosas a la madre de Manuel que nunca había supuesto que su hijo perteneciera a una secta desconocida de seguidores de ovnis de papel y engrudo. Justo él que se había siempre sonreído frente a los continuos cambios de iglesia que ella había practicado. Anglicana, Pentecostal, Dios Verde, Testículos y muchas otras sin olvidar a la gran madre católica apostólica romana que había sido el primer amor y el premier aborrecimiento en esa larga sucesión de experiencias.
Un tanto fuera de lugar, las explicaciones porque ya Margarita sabía que todo lo que viniera del lado de Abelardo, su padre, vendría con el germen de ese pensamiento tan racional que ella siempre había odiado por sus tajantes simplificaciones de todas las cosas, especialmente aquellas que no son sensibles y llenan de especial perfume nuestras vidas. Cosas de locos que pretenden decir que la razón es una herramienta adecuada para conocer y comprender siquiera una partícula de nada. Por eso se había ido de la casa el día anterior a cumplir los quince y se había negado a retornar cuanta vez Abelardo la encontraba mugrienta y flaca vendedora de biyuta sobre cualquier vereda del Cono Sur. Había ganado la libertad de no entender nada y entregarse al camino de la fe…Después… Bueno después una siempre comprende algunas cosas que nos gustaba pensar como incomprensibles y también que Abelardo era como tantos viejos alocados que abrazan una idea y pasan la existencia luchando por esa sola idea. En el caso de Abelardo empezó conque era ateo pasó luego a la paradoja de “Dios no existe, pero si existiera sería malo.” Y terminó amigo del mismo Diablo de puro viejo cabeza dura! Y después le decía terca a ella, que no lo había heredado más que de él. ¡Qué pretendía! ¿Qué le fuera a dar la razón?

“MANUEL NO ESTÁ REQUERIDO PERO LO BUSCAN”

La mejor época había sido con el Quique, cuando Manuel era chico, cuando hicieron la casita y los gurises acarreaban entre dos un bloc que ella se lo alcanzaba al Quique…

“SITUACIÓN CONFUSA FRENTE A LA CASA DE MANUEL, COLUMNA DE CAMIONES NO RESPONDE”

Y ahora él tan grande y simpático rodeado de toda esta gente que lo quiere…

“ENVÍAN REFUERZOS CON ORDENES DE DETENER AL HOMBRE GRIS”

Lástima que se hubiera metido en líos con esos tipos que se hacen pasar por ángeles. ¡Qué estupidez!

“HLICÓPTEROS NO LOGRAN LLEGAR”

(Tal vez si lo hubiese bautizado…)

“MUJICA QUIERE PROTEGER A MANUEL”

(Hubiera sido el colmo.)

“PERO NO SABE COMO HACERLO”

(La marca de la bestia, como decía papá.)

“PIENSAN EN ORGANIZAR LA RESISTENCIA”

(La gran ramera fornicando con los reyes de la tierra.)

“SISTEMA DE CÉLULAS”

(Haciendo portentos para mejor engañar.)

“COMO LA DE USTEDES”



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jueves, febrero 15, 2007

213: Cualquier estúpido rebuzno.

Los siguientes ganadores del sorteo de los palitos fueron Ernesto Federico y el Dengue. El uno fornido y negro de profunda negrura y el otro delgado chocolate sonriente en su elástica boca de buscar amigos. Subieron con entusiasmo y un poco de miedo como si fuera la primera vuelta en la montaña rusa y no una aventura imposible, reñida con todos los principios de la ciencia y el sentido común.

En el otro viaje subieron Giorgionne y Margarita dejando otra vez la casa sola justo unos minutos antes de que llegaran los camiones de la fuerza aérea a hacerse cargo de la zona.

El último se inició frente a la casa del Rulo, quien acababa de volver después de entregar trabajo terminado a Ferrari y poner los billetes en el bolsillo.

Al cabo estaban todos en la caverna, sanos y salvos, admirándose todavía de la bola y contándose los detalles del rescate, del país de los Mandingas, de lo que era el verdadero Purgatorio y de la estupidez de los ángeles.

El centro de toda conversación era el Cholo al que se le había despertado el don de la palabra para describir cosas nunca antes vistas.

En eso sonó la alarma de la computadora. Corrieron aun los que no sabían de qué se trataba. Se trataba otra vez de bolas que sobrevolaban la casa de Manuel! Estaban tres bolas detenidas justo en el lugar. Ernesto hizo unos ajustes y obtuvo la vista de satélite online por la que se enteraron de que allí estaban los camiones…Y las bolas aterrizadas al lado! No pudieron enterarse en cambio de que una de las bolas se había bajado el hombre de gris a increpar a los militares para que le entreguen a Manuel, ese terrorista, desclasado que se había atrevido a escapar del lugar donde se lo estaba juzgando peligroso ejemplo para sus semejantes y probablemente pasible de un tratamiento de reciclado. Ni de que el milico que estaba al mando de la operación “bloqueo negro” se había cagado tanto a la vista de las bolas y especialmente del tono soberbio con que el gris le hablaba que no atinó a decir otra cosa que “sí señor” reconociéndolo implícitamente como su jefe con derecho de ejercer sobre él cualquier tipo de meada.. Ni que por cierto aquello era sólo un frase de obediencia debida, sin ninguna relación con las posibilidades reales del miliquito para cumplir la orden anterior. Pero igual olfatearon el motivo complicado del encuentro que se produce cuando por distintas vías confluyen sobre un punto ordenes y sugerencias sugestivas de las posibles y conjeturales consecuencias que podría traer que no se cumpliera con la orden inicial aunque ella estuviera expresada con total torpeza y falta de sentido estético, a lo menos, aunque no llegara a humano y no con la elegancia que un millón de funcionarios al servicio de las más efectiva manera de ejecutar con elegancia lo que el genio creador del jefe hubiese ordenado con un movimiento de cejas, pueden imprimir a cualquier estúpido rebuzno. (¿quedó media larga no?)

-Me están buscando de los dos lados.

-Dos lados con un mismo jefe?

-El poder.

Desde el satélite se vieron llegar al lugar de los hechos a tres periodistas de radio que avanzaban con un micrófono hacia delante según se veía desde arriba, no de televisión porque más atrás se veían avanzar a lo camarámanos, tal vez un poco menos valientes.

-Poné la tele, Ernesto –pidió el Dengue.

Por poner la tele en la compu perdieron la visión de satélite, aunque no del todo porque podían saltar de una cosa a la otra después de ver este flash informativo que anunciaban.

-Noticia de ultimo momento. Según datos confidenciales el joven Manuel que fue raptado junto con el ministro Mujica, estaría bajo seria sospecha de integrar los cuadros del terrorismo internacional con lo que nuestro país deberá esperar en los próximos días una lluvia de pedidos de extradición de distintos países occidentales.


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miércoles, febrero 14, 2007

212: BOLAS X e Y

El tema se interrumpió porque Ernesto y Giorgionne les hacían señas de que se acercaran de nuevo. A ellos les preocupaba que los tipos del gobierno que vinieron a buscar a Mujica hubieran sospechado que aquel huevo de cinco metros que descansaba de panza sobre el pastito del frente pudiera tener algo que ver con el extraño rapto del ministro. Claro que Dengue con Magdalena se habían apurado a pintarle unos soles, unos corazones y unas caras sonrientes con restos de pinturas sobradas de los trabajos y hasta habían clavado en el suelo dos molinetes de cartulina, pero igual. No fuera a ser cosa que vinieran después a requisar los materiales sospechosos.
-¡Es…que eso que están viendo ha de ser más importante que lo que todos nosotros pensamos! –sentenció el licenciado.
Cholo contestó que a eso lo habían hecho ellos y que si lo llegaban a robar podían volver a fabricar todos los que quisieran. Con la técnica del Dengue para tejer botellas y las manos Julieta…Y mientras lo decía se le helaban los pelos de las sienes, mirándolo a Manuel al que no sabía por qué se lo imaginó de pronto al frente de una enorme flotilla de bolas que se perdían lejos entre las nubes. Parado arriba de la primera, se lo había imaginado y casi levantando el brazo derecho para señalar el sentido de la marcha, que era la marcha de la instauración de la anarquía de origen divino, avalada por el “verdadero” con un guiño que todo el universo conocido hizo en el momento convenido por anticipado para que significara un sí.
Ernesto y Giorgionne en cambio temían a dúo estarse imaginando el verdadero futuro cuando veían oscurecerse el sol por una armada de bolas con estrellas pintadas a los lados -las estrellas del bando X- y allá todavía debajo del horizonte imaginación 2 con otra flotilla igual pero con las bolas pintadas con una luna nueva en el costado –las lunas del bando Y- avanzando al encuentro de los otros para aniquilarlos!
Lo que se imaginó Manuel cuando tomó conciencia de que se podían fabricar muchas bolas… mejor dejarlo para otro momento.
-Tendríamos que encontrarle un lugar seguro…la caverna…
-Claro, la caverna!
-Pero no podríamos entrarla…
Cholo largó la risa diciéndole a Manuel que no había pensado en llevarla hasta allá sino que ella los llevara a ellos. Manuel entendió.
-Entonces vamos ahora!
-¡Solo tres conmigo que soy el piloto!
Se sortearon dos asientos con el viejo método de los palitos. El Cholo hizo el sorteo y capaz que lo trampeó porque salieron Manuel y la flaca. Casi un viaje nupcial con un cochero negro que bromas aparte condujo sobriamente la bola hasta el piso de la Galería Máxima donde todo estaba como lo habían dejado, restos de comida y almohadones, tiras de plástico y de papel…
-Los dejo un rato solos y voy a buscar otros dos…total esto no gasta nafta!
Cholo cerró la puerta de corredera y se ubicó en el lugar justo que su sensibilidad le indicaba (vamos bolita, ahora atravesemos la pared) Sintió enseguida el aire mojándole las orejas en la tentación de ponerse a hacer piruetas sobre los pinares y la costa, de allegarse a la vieja casa de Pando donde suponía que pudiera estar aquella única mujer que verdaderamente le había importado sin importarle que fuera bastante mayor y casada con familia, su profesora de historia. Sólo con sobrevolar la casa iba a saber si seguían allí sus ojos cuando se quitaba los lentes para mirarle parado dando la lección y ella haciendo apenas alguna correcciones menores con su voz cálida de hablar uno junto al otro.
-¿No es así?

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martes, febrero 13, 2007

211: Dale, estamos entre negros.

El había tenido muchas luces en la oscuridad aunque no abriera los ojos. Había presentido, había soñado cosas increíbles que encontrara después casi iguales en algún lugar… Y cuando allá en
Guichón, había agarrado entre sus manos la bolsita de los “objetos” había sentido que estaba metiéndose en otro mundo y que eso al mismo tiempo le atraía y le daba mucho miedo…
Ahora entre esta gente querida y todos preocupados por mi sin querer decírmelo por no atormentarme, como si yo no estuviera suficientemente cagado de miedo por mi mismo. Por ser unoquenacioconpoderes que en algún momento va a tener que usar…¿para qué? Si sería mucho mejor no tener ningún poder y que no anduvieran los putos ángeles persiguiéndome siempre. ¿Pero es que acaso mis poderes son tan importantes como para andar tras de mi? ¿Apagar la llama de un fósforo un poquito antes de que se hubiera apagado sola? Pero prender la llama nunca pude. Gran cosa. Ahora están divertidos. La Magda haciendo migas con Margarita, el Cholo en pleno, con toda la energía otra vez. Claro, la hazaña que se mando! ¡Qué se mandaron! Esa aventura no se la imaginaba ni Verne. Un viaje a través de los mundos. ¡Y Mandinga qué personaje más extraño…! Le voy a preguntar al Cholo a ver qué le pareció. La flaca dice que con ella todo estuvo bien, menos mal porque no ha ser lindo enfrentarse con ese King Kong. Y el tipo…parece que no dijo ninguna mentira….
-Che Cholo…Y Mandinga?
-Bien….Bien…bien.
-¿Un buen tipo?
-…yo que se…!
-Dale…Estamos entre negros!
-Y, yo le desconfío…fijate…
Tenía razón habían un montón de razones para desconfiar del famoso Mandinga. Mandinga y asociados era la empresa que controlaba las emisiones de los guijarros porque Abelardo no había cumplido con una promesa previa. ¿Qué tipo de promesa? Y los mandingas metían sus avisos de la guerra revolucionaria cósmica que iban ganando! Y que ahora perdieron junto con el diablo, millones de duendes, mi abuelo y Oesterheld.- Y el pelotudo de Ernesto Federico que me sale con que yo estaba predestinado!¿Predestinado para qué? ¿Para salvar a la humanidad? Salvarle ¿De qué? De la humanidad. De mi también y de vos. Que nosotros no tenemos poder y por eso no importa que tarados podamos ser? Importa, porque los que tienen poder son iguales a nosotros y en las cagadas que ellos hacen vemos lo que haríamos nosotros también si tuviéramos poder. Algo parecido dijo el Cholo en el comité. Ahí está la cosa. Pero el poder existe. Y hay que usarlo cada uno con la misma fuerza que el otro. Claro que… ¿Quién controla…que uno no haga más fuerza que los otros…¿uno más poderoso? No, la fuerza de la misma gente reunida…Ahí es que algunas meten fuerza. El poder que hace que…
-Pero lo que el hizo estuvo todo bien, metió pecho…puso la bola de él en peligro.
-Vos te arriesgaste mucho más!
-Sí. Pero yo lo hacía por un amigo…¿El, por qué lo haría?
-Se lo hubiéramos preguntado.

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lunes, febrero 12, 2007

210: METERSE A LO HONDO

-Y… siempre quise hacerlo pero recién lo logre allá cuando me tenían colgado del aire y la cabeza llena de luz.
-¿Cómo lo lograste…qué hiciste?
-La luz esa se metía en mi mente y me iba gravando ideas. Lo que logré primero fue hacer como un escudo que me volvía sordo y ciego para todo lo… Después me dí cuenta de que eso era manejar la mente. Lo que yo siempre había querido hacer porque una vez lo había leído en una historieta.
-¿Y cómo lo hiciste?
-Preguntale al Dengue que está con ganas de decir algo.
Cholo miró a Dengue no comprendiendo que pudiera tener que ver con lo que había hecho Manuel en el Purgatorio. Pero Dengue sí que tenía ganas de decir algo hasta con el brillo de los ojos.
-¡Aja! Es como dice Manuel, uno se defiende con lo que tenga. Yo lo hice cuando gurí…cuando me pegaban y me puteaban…
Ahora preguntó Manuel.
-¿Y después cómo quedabas. Después que ya te habían dejado de putear?
- Ah, después? Y…que quedaba medio tarado por un rato, no me importaba nada. Es lo mismo que cuando chupo…Me acuerdo que un día que me habían dado una biaba bárbara y me habían dicho… Bueno, salí a los tumbos disparando y me choqué con el Chumbo que venía por la calle. No lo podía conocer y el me sacudía la cara para despertarme…!
El Cholo insistió con su punto.
-¿Y cómo lo hacías?
-Ah, cuando no te queda otra lo hacés. Te metés más para lo hondo, donde nadie te puede seguir.
Entró Giorgionne.
-Una técnica de supervivencia perfecta!
Y Ernesto Federico:
-¡Ahora son dos los…
-¡Vieron que yo no soy tan raro!
-Qué vas a ser raro m’ijo. Sos inteligente como tu abuelo.
Manuel se rió. Había pensado que también por la locura se le parecía, pero no lo dijo para no meterla a Margarita en su viejo trillo de despotricar contra Abelardo al que siempre había querido y admirado sin poder reconocerlo como ahora.
-¿Y acaso no hay tipos que transmiten el pensamiento? Lo que hicimos con el Dengue es pura defensa propia.
-Defensa propia… No como el día que cacé un palo y se lo reventé en la cabeza a mi tío, que fue el día que me disparé de esa casa.
-¿Lo heriste? –preguntó interesado Ernesto.
-Me dijeron que no fue mucho.
-¡Qué lástima! –se le oyó terminara a Ernesto al mismo tiempo que se le vio ponerse muy colorado.
Giorgionne dictaminó:
-Eso también es defensa propia… al menos se lo merecía!
Manuel se felicitaba por toda la actuación. Y se avergonzaba también por mentirle a las personas que más quería. Sabía con largueza que eso no era todo y que a él siempre le habían pasado cosas con la mente. Pero nunca había querido ser el hijo de la directora de la escuela que lo ponían a recitar poemas para que todos aplaudieran. El había hipnotizado al más idiota de los torturadores, que por muy idiota que fuera tendría su propia voluntad. El había…

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209: Hablando en otra boca.

La manera de hablar de Manuel impresionó más que lo que dijo. Especialmente sus allegados se sintieron de pronto frente a un docto discurso, que entendieron, sí, pero mediante el esfuerzo de pensar que tras esas palabras, escondido, por alguna razón agazapado estaba el que siempre habían conocido. El Manuel.
Al Dengue le temblaban los labios. Siempre había sido muy supersticioso, pero era la primera vez que frente a sus ojos se le presentaba un portento de los que mucha gente
se ríe. Una persona que se pone a hablar por dentro de la boca de otra.. Sentía miedo. Suerte que ahí cerca lo tenía al Cholo que es de fierro, al que consultó con la mirada en el sentido de preguntarle si a él le habían parecido tan extrañas las palabras de Manuel, como a él. El Cholo tenía cara preocupada. La voz de Manuel había sonado extrañísima y mucho más las palabras mismas. Había sido una voz cavernosa…¿Pero ahora por qué cambia tanto de cara y se rieee se leeeestá estiraaanddooo la geeetaaa…?
Manuel se cagaba de risa.

-¡Lo hice!! ¡Por fin! –y reventó los nudillos contra la otra palma. Abrió la boca hasta mostrar la campanilla pero queriendo tragar aire, tragarse el mundo en festejo de haber logrado que su mente se ordenara al servicio de un propósito consciente y conectara las imágenes de su abuelo aquel día cuando venían de vuelta con su pensamiento que buscaba una respuesta para darles a los doctos, ¿qué mejor que las palabras de Abelardo? transmitidas a la garganta para que reproduzca los sonidos de la memoria. Lo había logrado! Les debía una explicación.

-Ese era Abelardo, mi abuelo.

Margarita no se había desmayado porque hace como un siglo que nadie se desmaya, pero le faltó bien poco para caerse para atrás contra el costado de la puerta que fue lo que la detuvo. Aquello había sonado con todo realismo a un típico discurso del loco de su padre cuando la quería volver atea por la fuerza. Aunque no tanto como para irme de casa a los quince años. ¡Qué impresionante!
El Cholo tartamudeo:

-¿Cómo lo hiciste?

Hasta la flaca le había retirado las manos, sin querer, de debajo de la remera roja, cosa que nunca. Y ahora casi con distancia lo miraba.

-Se me antojó que si quería hacerlo…¡Yo qué sé!

-Manuel, no me cagués! Haber…¿cómo lo hiciste?

El Cholo casi le metía la nariz encima, estaba serio, mucho más serio que cuando en el comité de base dijo aquel discurso defendiendo la anarquía ya, o algo así. Pero ahora el Cholo está preguntando en serio y habría que decir verdad, hermano…¡Cómo si fuera tan fácil! – Fácil no es pero la mentira también te complica-¿Y decirlo se creen que es fácil?-¿porqué va a ser difícil?-Bueno, decilo vos- ¿Cómo decirlo?-¡Claro que lo digas! Si te parece tan fácil decilo!-¿Y qué era lo que había que decir?

-Siempre quise hacerlo!
-¿Y te salió de golpe perfecto?....Ma…nuel!

Le podría mentir que se había pasado tiempo probando cuando nadie andaba cerca,.Pero no le podía mentir al Cholo…

-Bueno… Yo soy medio loco. Aprendí a manejar mi pensamiento de otra manera.
-¿Cuándo, aprendiste?

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sábado, febrero 10, 2007

208: ESO A DIOS NO LE PREOCUPA

Margarita le miraba enternecida, no sabía si ponerse orgullosa por su hijo al que había criado de a ratos cuando su trabajos y sus amantes le dejaban tiempo y no como su padre, Abelardo hubiera querido. No sabía si avergonzarse por no haberle dado un hogar estable, un padre y un ejemplo. Tal vez lo había hecho todo mal y por eso el muchacho deambulaba por esos mundos, perseguido por los ángeles… O tal vez…lo había hecho bastante bien y Manuel estaba pasando las duras pruebas de la vida sin quebrarse ni avergonzarse de quién era, ni de ella, ni de su abuelo, ni del precioso color de su piel, triunfando sobre las carencias propias de la pobreza y encantando a todos con su vitalidad y su natural inteligencia…
-Y vos…¿cómo andás vieja?
Le había dejado esta casita que siendo niño hasta había ayudado a construir y que ahora con la Magda podrían disfrutar llenándola de hijos morenitos a los que ella visitaría cuando los ahorros le alcanzaran para los pasajes y algún regalito.
-Te tenés que cuidar, Manuel.
-Si, vieja… Yo me cuido.
Cholo, la flaca y el Dengue coincidieron casi en la misma frase.
-Todos lo vamos a cuidar!
Llegaron Ernesto Federico y Giorgionne disculpándose, habían creído que Manuel iba en la caravana con Mujica. Enseguida de los saludos se acomodaron en la rueda, tomaron un par de mates, hasta comieron algún bizcocho de los preparados por Margarita, pero traían una inquietud que se les notaba en el continuo poner y sacar las manos sobre las rodillas. Ernesto habló.
-Manuel, no queremos molestarte pero hay un asunto que entre nosotros ya hemos hablado y que ahora también Mujica nos ha referido como una conclusión a la que ha llegado en este tiempo de peripecias que compartió con vos…
Manuel no se molestó aunque supo desde la primera palabra a qué se refería “El Hombre Primitivo”
-Sí, está bien. ¿Cual es esa conclusión?
Ernesto miró primero a los presentes que sentados en la rueda de taburetes, con los labios poblados de migas de bizcocho habían dejado de masticar o de chupar la bombilla y se habían aquietado en un silencio que la dorada tarde de Lagomar festejaba respetuosa desde las desflecadas nubes y la luz dorada que ya se acercaba al poniente.
-Te buscaban a vos. Sólo a vos. Mujica fue raptado por estar ahí como otra vez otra bola se llevó a Giorgionne… Y…nos parece que te buscan por alguna razón muy poderosa…Tal vez en esa guerra que ellos festejan haber ganado, eras una pieza de valor estratégico que ahora han perdido…
-Me parece que están exagerando.
No obstante decir eso con natural desenfado la mirada de Manuel se había detenido en los ojos de la flaca y la flaca sintió de pronto un horrible frío que le corría hasta los huesos de las piernas. La mirada de Manuel contenía una abismal tristeza que ahora lo envolvía por entero, que lo callaba, que lo retenía en un mundo interior, desconocido para todos y que por cierto era un lugar lleno de sufrimiento.
-¿Exagerando…? Bueno, por lo menos me concedés que algo de eso hay.
-…
-Tal vez vos ya tenés alguna idea del porqué de esa persecución…
Manuel levantó la palma derecha de la manera que aparecen los indios saludando o los blancos pidiendo silencio y calma.
-Muchos de ustedes no creen en dios, no han creído en la existencia de un Dios, durante mucho tiempo. Eso a Dios no le preocupa. Tiene suficiente poder sobre la mayoría como para hacer lo que él quiere. Muchos otros, como yo, ignorantes o sabios, hemos nacido con el convencimiento de que ese dios existe pero que es una mierda. Buscábamos en nuestras pequeñas cabezas una explicación y no la encontrábamos, al mismo tiempo que no nos resignábamos a obedecer o adorar a un ser que teniendo más inteligencia y más poder que los humanos, era igualmente imperfecto y lleno de mezquindades…

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jueves, febrero 08, 2007

207: Piel mulata y championes rotos.

Cholo pidió refuerzos a los otros Maquis y pronto pudo formar un cordón para dejar afuera a los curiosos. Mujica fue llevado, con custodia, por una caravana de autos oficiales –sirenas ululantes y motocicletas- hacia Montevideo, la revisación médica, las reuniones urgentes y las promesas de conferencia de prensa. Manuel, sentado en un taburete, quedó a la vista de Magdalena, Margarita y el Cholo. Todavía miraba las paredes y las caras con la misma expresión, vacía, sin una pizca de sorpresa, pesar o alegría. Parecía más pálido y más flaco…De pronto pronunció una sola palabra;
-No.
Magda pidió disculpas a los presentes y se fue a sentar sobre sus piernas, enfrentando las caras y los labios, acariciándole la espalda con ambas manos y humedeciéndole la boca con su propia lengua.
-Ah.
Cholo y Margarita salieron de la pieza. Magda le quitó la remera y se quitó la suya, logró entreabrirle los labios, que fijara sus ojos en los suyos…
-Fla…ca…
La flaca le fue besando todo, recorriendo ese cuerpo tan conocido, oliendo y dejándose oler en profundidad, como recuperando la atmósfera de siempre, la que les había dado vida tantas veces…
-Sos vos…flaquita…
Magdalena se terminó de desnudar e invitó con la mirada y la mano en el cinto a que Manuel hiciera lo mismo.
Se fueron al dormitorio…


Dos horas después Manuel estaba recuperado. Salieron juntos al patio dónde tomaban mate Margarita, el Cholo y el Dengue. Ellos callaron la conversación, cedieron asientos, como si llegaran un par de personas de edad, visitas importantes o… Es que la mirada de Manuel no era la misma de siempre. Había recuperado la conciencia plena, la vivacidad y el brillo de sus ojos pero…miraba de otra manera. Cholo se atrevió a preguntar.
-¿Qué te hicieron?
Manuel le miró en silencio. Parecía primero querer entender la pregunta. Después encontrar las palabras de alguna posible respuesta.
-Quisieron…destruirme desde adentro…
-¿Borrarte la memoria?
-No…
(No era eso, al contrario, castigarme por ser yo mismo)
-¿Cambiar tu personalidad?
-Tal vez…no sé…
(Más bien hacer que quisiera ser otro, herirme con las cosas más queridas hasta que empezara a odiarlas… Eso! Que admirara lo que detesto y que detestara lo que me gusta. Que me odiara.)
-¿Cómo?
-(Ah ¿cómo podría explicar lo me hacían sentir cuando me llevaban para atrás en el tiempo hasta la escuela con mi piel mulata y mis championes rotos junto a los otros gurises, los hijos de los ricos que sacaban de sus carteras cajas enormes de lápices de colores, o fibras y cuadernos nuevos que la maestra miraba con ojos de decir qué bien, y aquella sonrisa que no me daba más que cuando la torcía con desprecio, o cuando mucho lástima, por el que nunca se iba a destacar ni merecía la pena, venido de la calle y destinado al trabajo bruto y los lugares grises, la ropa ordinaria y todo eso que yo sé que no es lo importante pero que me dolía, porque me lo hacían doler y me lo refregaban por la cara y por el alma mientras me hacían mirar, no sé cómo, el brillo de los otros, los con padre y madre y auto y casa bonita con tejas y agua corriente y caliente para bañarse y no ser un negro sucio como yo)
(Esta es una historia continuada. Sería aconsejable leerla desde el post n. 1)

206: El viejo cielo de Lagomar

Todo se hizo muy rápido. Fueron detectados ya cuando cruzaban las fronteras, las relativas fronteras del permanente armisticio. Más allá hubiera sido necesaria toda una escuadra de bolas angelicales para seguirlos. No era cierto que las bolas de los Mandingas estuvieran tan alertas ni tan armadas, pero… Se necesitaban mas huevos para cruzar esa línea imaginaria que los que pudieran tener todos los ángeles juntos y los arcángeles y las cohortes romanas. Mandinga reía. Se miraban con Mujica y ambos reían satisfechos. Ya sobrevolaban el planeta de los simiescos Mandingas, sus selvas y aquella graciosa fauna ocupada en continuos jugueteos que terminaban en los que siempre terminan los jugueteos. La continuidad de la vida.
Bajaron junto a la bola de cartapesta. Hicieron el trasbordo dejando a los ángeles de pergamino en poder de los Mandingas y se despidieron agitando las manos, como aquella escena de Tarzán y Jane al borde de la catarata gigante, cuando era Tantor y sus congéneres los que se alejaban luego de haberlos ayudado a derribar los muros de la fortaleza de Kun donde había estado prisionera la benévola pareja de científicos ancianos.
Despegaron sin novedad y cuando ya superaban la cumbre de la montaña verde Cholo fijó su mente en el paisaje de Lagomar, su costa, lamida por el río ancho, sus dunas apenas sostenidas por los ingentes pinares, el parador del Pichi, la cara del Dengue, el comité de base…Y en un momento supo que ahora el cielo brillaba de aquella manera que había siempre brillado sobre su cabeza, desde que fuera chico, correteando sobre el polvo de esas calles, hasta que su madre lo llamaba por la comida pronta poco después del mediodía.
Bajaron certeramente en el pastito de la casa de Manuel ante la sola presencia de Margarita, su madre, que resecaba sus manos en la tela cuadriculada del delantal, sin asustarse por tamaño engendro descendido de los cielos, porque sentía que eso le traía buenas noticias. Las buenas noticias que esperaba.
Pero se sorprendió sin duda cuando por la puerta asomó la fea trucha de Mujica y sus nervudos dedos que agarrados a los bordes parecían ayudarlo en aquel parto de si mismo que era atravesar bajando aquel pequeño hueco cuadrangular.
-Buenas tardes, doña, –fue el saludo.
-Buenas, -contestó ella- ¿tiene noticias de mi hijo?
-¿Noticias? Je,je...
Atrás venía el Cholo, reculando con los hombros de Manuel de tiro y la flaca trastabillando por no soltar los pies. Lo trajeron así, todavía muy flojo y atontado como para embocar sólo por una puerta estrecha, pero ni bien tocaron tierra le dejaron parado frente a su madre a la que contempló absorto, sin contener las lágrimas que rodaban por sus mejillas.
La escena fue emocionante pero prontamente arruinada por un ejercito de fotógrafos y reporteros que habían salido de detrás de los árboles portando flashes y cámaras y cables, gritando cosas tontas en jerga profesional y preguntando todas las bobadas que se pueden preguntar a una persona que no logra distinguir el pasado del presente y que tiene el alma inundada de la más elemental de las angustias.
Llegaron el comisario nuevo, la ministro de defensa, el embajador de Andorra, el Pichi en persona, las tres vecinas junto a las hermanas Bronté, el perro del Toba y varias personas que por casualidad pasaban.
Margarita anunció que tenía la comida pronta.


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miércoles, febrero 07, 2007

205: El enterito celeste.

Aprovechando el susto del ángel Cholo le atenazó los dedos sobre las mejillas obligándole a abrir la mandíbula.
-¿Dónde tienen a Manuel? ¡Hablá o te rompemos las bolas a patadas!
Mandinga se rió.
-No tiene bolas, Cholo. Estos son clones de pollitos bb. Pero que nos despierte a Mujica primero o le separo la cabeza del cuerpo!
El pollito mojado –de transpiración- apenas pudo decir “en el laboratorio”, tirando la mirada hacia un costado con un esfuerzo tal que le enviscaba los ojos al modo del carnero degollado por sorpresa. Mandinga le insistió.
-Despertame a este y ponémelo de pie.
-No puedo…
-Vas a poder!
El brazo de Mandinga sobre la boca ahogó un grito y el rodillazo sobre el sacro le aflojó la lengua para decir que era peligroso desconectar al pecador de su campana y que sólo se podía hacer desde el laboratorio dónde también estaban tratando de curarle unos pecados gravísimos al “otro”. Mandinga y el Cholo se miraron y miraron a Mujica. Magda opinó que el Pepe estaba entero y que la campana apenas envolvía al cráneo pero sin entrometerse en él. Cholo puso la oreja sobre el pecho. Late, dijo y sintió el brusco tirón con que Magda sacaba aquel bonete…
El Pepe se sentó sobre la cama. Extrañado de verse vestido con un enterito celeste y mucho más de encontrarse con ese negro gigantón que mantenía agarrado a un enclenque pajarito… La amiguita del Manuel…Este lugar tan enorme y gris…
-¿Quién me ha traído hasta aquí…?...Ah, ya me acuerdo…nos mandaron por un tubo…
En eso ya mandinga terminaba de subir al angelito a la cama y le sunchaba el secapelos en la cabeza. Mujica se rascaba, el Cholo le preguntaba si seguía pensando lo mismo, la Magda buscaba con la mirada la posible puerta del laboratorio y…el ángel se había dormido
Marcharon todo lo sigilosos que pudieron hacia aquella puerta que en celestiales jeroglíficos rezaba algo que no podía ser otra cosa que la palabra laboratorio. Adentro otra clase de ángeles de piel apergaminada y cráneos largos rodeaban, en grupos circulares a tres o cuatro cuerpos humanos que levitaban verticalmente como colgados por sus cerebros de una potente zona de luz que vibraba en un zumbido. De un salto tuvieron tres rehenes y Magda tomó el control del tablero de mandos más cercano al cuerpo de Manuel. De alguna manera supo que aquella corredera del monitor de plasma, servía para bajar la intensidad de la luz…Manuel fue bajando con lentitud…Se le veía de mal color, inexpresivo. Les miraba y parecía no conocerles…
Magda le agarró de una mano y todos corrieron con su carga, otra vez por la sala, por las escaleras, por el techo del cubo negro…donde no se vió la bola hasta que Mandinga volvió a dar vuelta su bolsita al tiempo que le hacía una guiñada a Mujica
-Mandinga sabe por ser Mandinga pero más sabe por viejo.
Esa tarde –porque era una tarde- los transeúntes de las radas del Purgatorio levantaron la mirada a los cielos. Sabían que esa bola no era de las que traían casi a diario nuevos prisioneros. La vieron perderse velozmente en las alturas dibujando su trazo negro de esperanza. Algún día otras vendrían a rescatarlos. Algún día “El Verdadero” despertaría de su largo sueño de indiferencia y dejaría caer sobre los mortales aunque sea una gotita del divino néctar de la justicia.


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martes, febrero 06, 2007

204: ¡ SI CHILLÁS TE ESTROPEO !

El Purgatorio tenía forma de embudo. Era una isla solitaria en un planeta cubierto por un océano de caldo con olor a puchero de gallina. La isla era circular y el embudo escalonado y arenoso se iba hundiendo hacia el interior del planeta en una sucesión de rampas circulares por las que caminaban millones de prisioneros atontados por el aburrimiento.
Por suerte la bola de Mandinga era muy rápida. En pocos minutos dieron vuelta a la primera rampa, a la segunda y a la tercera. Esperaban sentir la presencia de Manuel, cuando pasaran por encima suyo pero llegaron al fondo del embudo, al cubo negro del fondo, sin registrar nada y ya se iban bajando de la bola sobre el techo de aquello, cuando vieron cómo algunos ángeles medio desplumados se perdían hacia abajo por estrechas escaleras. Simplemente les siguieron. Las escaleras terminaban en un ambiente enorme cubierto de camas de hospital ocupadas por cuerpos inertes cuyas cabezas estaban enfundadas en gorros secadores de pelo conectados a la consolas fijadas al respaldo. Había allí pantallas tridimensionales que mostraban un espacio poblado de puntos luminosos que cambiaban de colores y de intensidad todo el tiempo.
-Son matrices simplificadas de las mentes. –Explicó Mandinga
-¿Qué les están haciendo?
-Confundiéndolos para que no jodan.
Al fondo del salón vieron a los ángeles nuevamente. Estaban de espalda a ellos ocupados observando vertiginosas cifras que corrían por los monitores. Mandinga tomó entre sus dedos la bolsita que colgaba de su cuello. La dio vuelta de adentro a afuera y la soltó.
-¿Qué hace? –Le preguntó Magdalena.
-Me había olvidado de hacer invisible mi bola. Ahora ya no la pueden ver.
Caminaron lo más sigilosamente que pudieron, agachados entre las hileras de camas, sin perder de vista a los ángeles enfermeros. Magda se encargaba de observar las caras de los cuerpos que impávidos apenas respiraban…
-¡Aquí está el Pepe!
Habían tenido suerte. Era efectivamente Mujica el que descanzaba relajadamente sobre esa especie de nube de gas espeso que hacía las veces de colchón. ¿Pero cómo despertarlo sin hacerle daño? ¿Cómo preguntarle si tenía noticias de Manuel?
-¡Agáchense! –Susurró Cholo casi demasiado fuerte.
Se estaban dispersando de frente a los monitores y un ángel con cara de idiota enfilaba ya hacia donde ellos se escondían. Esperaron quietos debajo de dos de las camas –que por cierto eran bastante altas- y cuando el sujeto iba pasando enfrente Mandinga lo agarró por los atrofiados alerones y le cruzó el brazo por frente a la garganta.
-Si chillás te estropeo! –le dijo llenándole la asustada cara con un ola de aliento a ajo y aguardiente de Saturno.
El gris angelote temblaba como una hoja. Perdió sus adminículos y toda compostura. Era un simple subángel enfermero de cuarta, no había sido preparado para lances de esta clase y sí, en cambio para temer con todas las células de su cuerpo a todo lo que se pareciera a esto que estaba viendo, esta cara simiesca, procaz y desacatada que le estaba llenando de aromas fétidos y le estrujaba los muñones de sus pobres y atrofiadas alas, lo único que aun le identificaba con la vieja y gloriosa estirpe de los ángeles.
-¡¿Satanás?!


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lunes, febrero 05, 2007

203: Vayamos al Purgatorio.

Por fin Mandinga se decidió. Vengan, -dijo, al darse vuelta y enfilar hacia las altas palmeras que parecían formar una avenida de copas redondas por sobre el follaje abigarrado del oeste. Allí nomás, ni bien atravesaron cien metros de espesura, estaba la ciudad -gran aldea, entre nosotros- tal vez la capital de aquel reino de gigantes desnudos que parecían no tener otra preocupación que el baile y la sensualidad. Mandinga les llevó por entre chozas redondas puestas en lugares sin orden ni propósito, cuyas puertas y ventanas abiertas apenas ocultaban los interiores con livianas cortinas de gasa que ahora volaban silenciosamente en la brisa que se había puesto a soplar.
-Ahí adelante tienen la plaza principal, enfrente la vieja casa de mi familia y hacia la derecha, en esa casa muy alta vamos a encontrarnos con todo lo necesario para una expedición de rescate.
Era una especie de garaje inmenso que por fuera presentaba la misma traza que las chozas y por dentro estaba lleno de cosas raras, entre las que Magda y Cholo pudieron reconocer un bola totalmente negra con tibias cruzadas a la manera pirata.
-Es mi bola personal, -apenas dijo.
-Por qué no fuiste con esta a la tierra?
-No, me hubieran dado caza enseguida. ¡Estamos muy vigilados!
-Entonces no la podremos usar…
-No tenemos otro medio. La de ustedes no tendría potencia como para hacer lo que tenemos que hacer…
-Y qué es lo que tenemos que hacer…?
-Entrar al purgatorio.
-¿Nos estás jodiendo?
Mandinga hablaba en serio. El Purgatorio resultó ser un lugar como cualquier otro donde desde tiempos antiquísimos Yahvé había encerrado a sus enemigos políticos… Como cualquier otro entendiendo que todos los lugares no son más que lugares hasta que una mente perversa los transforma en centros de tormentos y encierro. El Purgatorio era eso y también con la mayor hipocresía, el lugar donde se intentaba recuperar a los pecadores con métodos parecidos a los de La Naranja Mecánica., pero desde dentro de la mente. Generando pensamientos que se confunden con las experiencias reales hasta en los detalles más crueles. Se suponía que eso debería generar en el sujeto una fuerte voluntad de cambio adaptativo a lo que se suponía era las reglas del juego, cosa que no ocurrió en ningún caso tras siglos de tratamiento, llenando en cambio todos los “pozos-del-ser” con mentes tan enmarañadamente confusas que con seguridad iban a necesitar algunos millones de años para volverse a poner en orden e intentar salir de aquel agujero. A Manuel y al Pepe posiblemente le tenían reservado algún lugar así porque no era imaginable que ante la corte celestial hubieran optado por declararse arrepentidos…
-Para que los soltaran pudieron haberlo hecho.
-Los ángeles no son tan tontos…Les miran el aura cuando ellos hablan…
-¿Así que aquí nadie puede mentir?
-Es difícil, pero no imposible. Hay que estar convencido de que la mentira es verdad.


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sábado, febrero 03, 2007

202: Aoé, aoá...

Era un verdadero baile. Acalorado, sudoroso y desnudo. Una centena de cuerpos que brillaban a la luz de las hogueras, movían sus partes de una manera brutalmente sensual, sin modales ni educación. Se dejaban llevar por la música de adentro que era la que también seguían los músicos y la que prontamente se les iba contagiando a los visitantes. Mandinga se detuvo como para dejarles ver.
-Este es mi pueblo.
La música se interrumpió cuando se abrieron los bailarines para dejar pasar a un hombre coronado y decorado como un rey de bastos de Etiopía.
-Haz vuelto, hijo.
-Sí, viejo.
-Veo que traes invitados…
-Vienen a rescatar a un amigo.
-¿O a dos?
El tipo se llamaba Mandinga Tongo VII y por sus barbas blancas y risadas cualquiera le daría varios siglos de edad. Tenía veinticinco cuando le dijo a su hijo que mostrara el lugar a sus amigos, la ciudad, las maravillas del paisaje y la fiesta misma.
-Que se diviertan! –dijo, cuando ya se había dado vuelta junto con los pajes que le sostenían la capa de armiño sobre esa armazón que no la dejaba tocar la piel. Al irse caminaba de una manera graciosa, moviendo el culo según una música imaginaria, parecida a la que cuando dio la orden, levantando una lánguida mano, volvió a sonar.
Cholo se arrimó a los tamborileros, pidiendo con el gesto una bolada para también batir las lonjas. Lo hizo bien y fue festejado tanto como cuando se metió a la pista y fue tirando sus ropas por encima de las cabezas al tiempo que cantaba desacatado una melodía primitiva de tres notas que se repetían siempre distintas
Aoé, aoá, eoá, eoé…
Mandinga y Magda lo siguieron aunque esta última no se llegó a sacar las ropas porque justo cuando las manos trataban de hacerlo recibió aquel pantallazo de conciencia que le hizo gritar.
-¡Cholo! ¡Tenemos que ir a buscar a Manuel!
Cholo, en el medio del baile, se paralizó pálidamente. Descubrió su desnudez y se avergonzó. Salió de aquella fiesta, sin oír más la música y con las dos manos cubriendo las entrañas.
-Habría que llamar a Mandinga.
-Y recuperar tu ropa.
-Estos mundos son muy grandes, sólo él puede saber por dónde empezar a buscar.
-Porque con las manos en los huevos no vas a poder hacer nada, eh. No te compliques. Sos muy lindo, pero no te podés comparar con el flaco.
Apareció entonces Mandinga con rezongos del tipo ya se van? Y reproches de ser los terráqueos la gente más aburrida de la galaxia.
-No se pueden perder esta fiesta. Es la más importante que se hace y de ella es que terminamos naciendo todos, hijos de parejas que se forman al azar en medio de la danza.
-¿Y cómo saben después cual era el padre?
-A veces no se sabe…

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