jueves, marzo 22, 2012

873. Amistad

    Y entonces el puto y áspero contraste entre las ideas abstractas que te vuelan la mente detrás de perfectos conceptos que nunca terminas de pulir, y la realidad doliente que nos rodea, que de pronto nos piala las patas delanteras y nos revuelca de dientes sobre el balastro. Amigo. Qué puede querer decir esa palabra para un espíritu de las más altas esferas..?. ¡Puta madre! Que la carne y la sangre duelen bajo las puñaladas que nos regala la brusca realidad 

El Dengue estaba destruido otra vez. Este o aquel o algún otro. Qué importaba. Magro  conjunto de miembros  resecos que nada saben de causas o consecuencias. Apenas que el dolor duele mucho más cuando la soledad y las noches y el frío. Y también que hay una sola cosa que por un instante lo olvida. Una mala cosa, dicen, tal vez con alguna razón... porque después el dolor siempre vuelve....

-Qué es de tu vida? Tiempo que no nos veíamos ...
-Amistad!
-¿Dónde estás viviendo...?
-Manuel, amistad!
-¿Vos... seguís con tus parientes cuidando los chanchos... o ya te habías ido?
-El Manuel. ¿Eh? El Manuelito, mi amigo.¿Eh?
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miércoles, marzo 21, 2012

872. Reflejos y perspectivas

  Si algún día se filmara la película de Manuel seguro que esta escena se filmaría con una cámara que se aleja de los personajes entre ramas de árboles que poco a poco cubrirían el espacio en el cual la conversación bien podría continuar detrás del susurro de la brisa , supuestamente, como medio de sugerir que se trataba de un diálogo sin conclusión posible, La verdad de la apariencia y la apariencia de la realidad. La verdad y la mentira bailando su danza eterna, Figura y fondo, Fondo y figura. Contraste e ilusión.

Al cabo de una hora nadie en Lagomar fue testigo de que sobre las copas de los pinos de aquellos solares deshabitados se hubieran refractado por segundos los rayos del sol formando arcos y diagonales de iridiscencias aéreas, tal cual se forman cuando miramos a lo lejos con uno de esos prismáticos chinos de insólita baratura. Cosas que no existen. Como no existen las personas dobles ni triples, ni en múltiplos pares o impares, o algo que se parezca. Ni cosa alguna más allá de la sólida materia, el pan llamado pan y el vino, vino.

A Manuel no le interesó por el momento, la forma que su doble hubiese elegido para colarse en este mundo y partir de regreso luego rumbo al suyo. Se sentía cansado. Desconocía la herramienta adecuada para darle término a la sucesión infinita de argumentos reflejados que en su mente se alineaban hasta perderse en lo hondo de la perspectiva.Mucho cansancio, tanto... Tanto que... de pronto ya estaba fuera del monte. La bicicleta tomada por el manubrio, a su lado y al lado de sus championes que caminaban paso a paso sobre la fina graba del callejón.

En algún momento futuro, sí seguramente posterior a aquel lapso sonámbulo, una voz repetida le trajo de vuelta al lugar presente. Era el Dengue. El Dengue de acá, o el de allá, o algún otro Dengue, todos distintos aunque parecidos, con lastimero aspecto otra vez, desgreñado y hasta tal vez algo sucio. El Dengue. Su amigo que le reclamaba con la mirada mucho más que con la voz...


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